Pamela Boltei
Cesante. Solo. Enfermo. Y en espera de que le paguen el dinero que le deben. Así se encuentra Roberto Tobar, antiguo dirigente sindical de los trabajadores de la Universidad del Mar, y exsubdirector de logística y operaciones a cargo de las sedes de Reñaca, Recreo y Quillota, quien hasta el 31 de mayo de 2012, llevaba 25 años en la casa de estudios más cuestionada de Chile, la misma que cerrará sus puertas en el 2018 por descubrirse negocios fraudulentos para obtener su acreditación y por funcionar a través de inmobiliarias, la misma que se encuentra actualmente en quiebra y cobrando aranceles y matrículas atrasadas a sus exalumnos.
Su historia, quizás tan llamativa como la de algunos estudiantes endeudados y sin estudios, no es conocida no porque no sea importante. "Siempre todo giró en torno a lo que pasaba con los estudiantes y nosotros, los trabajadores, fuimos olvidados y desamparados por todos, Estado, diputados, todos", se lamenta Tobar.
Con solo estudios secundarios, este hombre de 68 años comenzó a trabajar primero en una editorial en Santiago y, luego, en la revista del Centro de Estudios Navieros (Cenav) como encargado de las publicidades y la parte gráfica, y más tarde de la parte administrativa.
"Ahí yo trabajaba con Héctor Zúñiga, conocía a Mauricio Villaseñor, Sergio Vera, Enrique Molina, que eran los socios de ese tiempo, Raúl Baeza, Juan Carlos Galdames. Baeza me llevó al nuevo proyecto educacional que estaban armando, que era una universidad. Había partido siendo el Centro de Estudios Navieros, después el instituto profesional de Valparaíso y después la universidad", dice.
- ¿Cómo partió?
- Éramos pocos en ese tiempo, teníamos que ver la parte de pasivos, el personal físico que había. Éramos como 10 personas trabajando y funcionábamos en Recreo. El '91 partió con los alumnos y el '92 creció y hubo que construir más salas. El '94 la capacidad de los alumnos era mucha así que necesitábamos otro lugar más y se arrendó el sector de Los Placeres, cerca de la U. Santa María, y se compraron micros para trasladar a los alumnos. Se habilitó esa sede para diferentes carreras. Recuerdo que la Universidad partió con tres carreras, que era lo mínimo que exigía el Ministerio: Ingeniería Comercial, Derecho e Ingeniería Civil.
Enfoque marítimo
Durante esa época la U. del Mar tenía claro su horizonte: ser una institución de educación superior de la zona enfocada en las habilidades marítimas. Así, por ejemplo, en Derecho se reforzaba el aprendizaje de Derecho Marítimo; y en Ingeniería Comercial, la parte de exportaciones y comercio internacional. "En general los fundadores a todos nos decían que era un proyecto futuro en crecimiento y la visión de universidad era relacionada con el mar", cuenta.
Después la gama de carreras creció hasta llegar a tener Psicología, Periodismo, Kinesiología y otras no tan relacionadas al mar.
- Como iniciadores de la universidad, ¿cuál era su visión?
- Lo que se veía era una institución grande que estaba creando una institución mayor hacia la comunidad en sí. Ellos (los controladores) no informaban los temas financieros a nadie... pero era un proyecto de universidad que a futuro tenía una consolidación en la región... no creo que en ese momento hayan pensado en el lucro, sino que pensaban hacer un proyecto educativo a su manera. El lucro nació al agrandar la universidad, el crecimiento fue muy grande y llegó el momento en que no podían controlar todo. Los gastos fueron mayores y los pagos de los alumnos menores...y las clases se seguían dando.
El 31 de mayo de 2012 Roberto Tobar - quien en esa época solo era socio del sindicato- se encontraba en la sede Reñaca trabajando cuando lo llamaron a una reunión de sindicato para informarle de la renuncia del entonces rector Raúl Urrutia. Desde entonces y hasta ahora su vida y la de 600 trabajadores, entre profesores y funcionarios, ha sido tanto o más difícil que la de los alumnos de la U. del Mar.
En 2014 se decretó la quiebra definitiva de la universidad, tras una solicitud del abogado Guillermo Claverie, quien representa a más de 500 trabajadores del plantel y, en ese tiempo, a Tobar. A comienzos de 2015 Tobar sufrió un infarto "y según el doctor se debía al estrés y crisis por lo vivido con la U. del Mar", dice. A fines del año pasado, el exfuncionario, quien vive solo en Gómez Carreño tras una separación, se quedó sin abogado, sin trabajo y sin dinero por haber sido reincorporado a sus labores meses antes por su calidad de dirigente sindical, y luego haber sido despedido.
"A muchos nunca les pagaron sus sueldos y a nosotros nos despidieron en la fecha que ingresó el síndico, solo quedó el aviso de despido, el periodo de vacaciones y la indemnización por años de servicio y eso aún no lo han pagado", se lamenta.
- ¿Qué opina de la indemnización que podrán recibir los estudiantes?
No se ha podido pagar a los trabajadores, menos se les va a poder pagar a los alumnos. La situación es crítica, porque los bienes que le quedan a la Corporación Educacional U. del Mar no alcanzan ni para cancelar las indemnizaciones de los trabajadores, que han sido consideradas no muy altas, en cierto sentido. El síndico no ha podido rematar todos los bienes y la deuda previsional no ha podido ser cancelada en su 100%. Solo a mí me deben un año de imposiciones, y somos 600 trabajadores.
- ¿Qué pasó con los organismos de Estado? ¿ Solicitaron ayuda?
- Desde el día uno no ha habido alguna protección hacia uno como trabajador. Hablamos con el Ministerio del Trabajo y su respuesta fue que esto un problema de particulares. La respuesta del Mineduc fue que no tenían nada que ver con los trabajadores... se habla de indemnizar a los alumnos, pero nosotros fuimos olvidados hasta por el Ministerio del Trabajo e incluso por la CUT.
"Se habla de indemnizar a los alumnos, pero nosotros fuimos olvidados por todos, incluso por la CUT, que nunca se nos acercó" "El lucro nació al agrandar la universidad, el crecimiento fue muy grande y llegó el momento en que no podían controlar todo. Los gastos fueron mayores y los pagos de los alumnos menores"
Mineduc dice estar preocupado de las reubicaciones
La ministra (s) de Educación, Valentina Quiroga, comentó brevemente el fallo del Tercer Juzgado Civil de Viña del Mar del 8 de enero, que pide indemnizar a todos los alumnos de la U. del Mar.
En un comunicado se dijo que "como Ministerio no nos corresponde comentar o dar opinión sobre los fallos de los tribunales". Agregó que "hemos estado en un proceso de acompañamiento, de ir resolviendo casi caso a caso la situación de los estudiantes de la U. del Mar, que sin lugar a dudas ha sido una situación dramática, que no solo ha afectado a los estudiantes sino que también a sus familias".
Quiroga afirmó también que la sentencia indemnizatoria del 8 de enero "es un proceso que lleva la justicia y habrá que ver cómo evoluciona. Como ministerio estaremos atentos al resultado de ese proceso y las posibles implicancias sobre los estudiantes, porque lo que siempre hemos buscado es resguardar los derechos de los estudiantes".