Christian Castro Toro,
Las disfonías, o enfermedades de la voz, son el tercer grupo de patologías más frecuentes entre los trabajadores chilenos.
Según la Asociación Chilena de Seguridad, en nuestro país se diagnostican cada año unos 400 casos de disfonías laborales severas provocadas por cuadros de laringitis, nódulos, pólipos u otro tipo de lesiones en las cuerdas vocales. Y el ochenta por ciento de estos casos afecta a docentes de educación básica y media.
Pero las enfermedades de la voz también las padecen a diario un número indeterminado de adultos y niños, debido -principalmente- al mal uso de su aparato fonador (sobreesfuerzo), a factores ambientales, ser fumadores o tener reflujo gastroesofágico, entre otras causas.
Por ese motivo, cada vez es más necesario contar con equipos y procedimientos que permitan mejorar tanto el diagnóstico como el tratamiento de las laringopatías. Sin embargo, a la fecha, en Chile las alternativas en este ámbito son escasas y la tecnología que se utiliza con ese fin se encuentra atrasada, incluso a nivel latinoamericano.
Métodos actuales
La mayoría de los diagnósticos de enfermedades de la voz que hoy se efectúan en los hospitales y consultorios de nuestro sistema público de salud se encuentra a cargo de un médico otorrino, el que puede considerar la realización de una nasofibrolaringoscopia o laringoscopía directa.
En términos generales, esos procedimientos implican la introducción de una sonda por la nariz o la boca, la cual posee una cámara que graba videos del interior de la laringe o las cuerdas vocales con el fin de recabar más antecedentes, antes de recurrir a la terapia fonoaudiológica o la intervención quirúrgica.
A su vez, los exámenes más modernos que se practican hoy en Chile a personas con problemas de voz son la estroboscopía y la electroglotografía, pero sólo en algunas clínicas privadas y centros universitarios.
Ambos representan un avance, pero son incapaces de medir todos los ciclos de vibración de las cuerdas vocales, por lo que representan una "ilusión óptica" de sus movimientos aparentes.
"El gran problema con los métodos actuales de evaluación es la dificultad para observar el detalle de la vibración de las cuerdas vocales, pues quedan muchas cosas a la interpretación de cada especialista. Además, se evalúa al paciente en un momento determinado, por lo cual es difícil saber cómo se comportará su voz a lo largo del tiempo, en las actividades del día a día, que es cuando realiza el sobreesfuerzo que después provoca alteraciones", afirma el fonoaudiólogo Christian Castro Toro, académico e investigador de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso.
Innovaciones
Precisamente con el propósito de modificar esta realidad, el especialista de la UV se incorporó hace un año al equipo de investigadores que lidera el ingeniero chileno, doctor por la Universidad de Purdue y académico del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Matías Zañartu Salas.
Este último, con el apoyo de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, trabaja en el diseño y desarrollo de un acelerómetro para evaluar la voz con ventanas de tiempo mayor, factible de ser implementado al nivel de los sistemas públicos de salud, ya que se trata de tecnología de punta pero de bajo costo.
Esta iniciativa se complementa con un proyecto financiado por Fondecyt que busca diseñar un sistema de monitoreo de la voz mediante un sensor que se adhiere al cuello del paciente (acelerómetro), el cual envía información que es procesada y transmitida por un teléfono celular.
"Este sistema será una gran contribución para la detección temprana de patologías de la voz, seguimiento, recuperación y tratamiento postcirugía, ya que al ser una aplicación portátil registra la actividad de las cuerdas vocales a lo largo del tiempo, permitiendo evaluar la voz de la persona en situaciones de la vida diaria, información que podrá utilizar el médico tratante para realizar recomendaciones, sugerencias o derivaciones", explica el fonoaudiólogo Christian Castro.
Cámara de velocidad
El profesor de la UV destaca la labor de Matías Zañartu, quien además obtuvo un Fondequip para adquirir una cámara de video de alta velocidad (de 45 mil frames por segundo), que permite grabar la vibración real de las cuerdas vocales.
Esta cámara -única en Sudamérica y una de las seis que existen en el mundo- es de alta tecnología, por lo que es cara para utilizarla a nivel clínico. Pero lo que este equipo de investigadores pretende es asociarla al acelerómetro, con el fin de obtener mejores datos, lo que representaría un avance revolucionario en el diagnóstico y tratamiento de la voz, tanto en Chile como a nivel mundial.