"La Presidenta Michelle Bachelet ya se entrampó en un curso del cual no veo que pueda salir"
Al hablar de educación en Chile, el nombre de Mario Waissbluth es uno de los primeros que se viene a la cabeza. Ingeniero químico de la Universidad de Chile, doctor en Ingeniería de la Universidad de Wisconsin, investigador del Centro de Sistemas Públicos del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, y exintegrante del directorio de la Fundación Educación 2020, es parte del currículum del profesor universitario, pergaminos que en definitiva le han permitido liderar el debate en torno a las reformas educacionales en los últimos siete años.
"Me defino como un ingeniero mutante", precisa mientras abandona el aula magna "Victorio Pescio" de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso (UV), donde impartió una clase magistral que dio inicio al año académico 2016.
Mirada crítica
Actividades que hoy Waissbluth lleva a cabo alejado de la dirección de la Fundación Educación 2020, organización centrada en mejorar la calidad y equidad de la enseñanza en el país, y que abandonó hace menos de dos semanas. "Presidir la fundación era algo que me estresaba, y mi nuevo lema de vida es "cero estrés", así que eso estoy desarrollando actualmente", puntualiza el ingeniero, tras atender a un grupo de jóvenes universitarios que le reprochan su abrupta salida desde Twitter, red social que según el autor del libro "Se acabó el recreo", abandonó sin ninguna posibilidad de resucitación.
"Actualmente estoy dedicado a escribir, lo paso chancho, estoy escribiendo un nuevo libro y también columnas de opinión, y eso no me estresa, pero mi antiguo cargo sí, así que estoy tratando de aportar en lo que pueda, desde un rol de jubilado", expuso Waissbluth.
Sin embargo, y a pesar de su nueva filosofía, Waissbluth no pierde su particular mirada crítica en torno a los procesos educacionales que el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ha buscado propiciar durante su último periodo a cargo del país, procedimientos que según el docente han estado marcados por el desorden, la rapidez y la improvisación, generando incertidumbre tanto en los docentes como en los alumnos y en los rectores de las diversas instituciones de educación superior.
Desprolijidad
-¿Qué le parecen las críticas en torno al proceso de gratuidad que el gobierno de Michelle Bachelet ha intentado propiciar durante los últimos años de su mandato?
-Todo esto se ha provocado por el apuro de dar la gratuidad, pues no era la urgencia nacional más imprescindible, y es por eso que se ha dado de esta manera desordenada, en que hemos visto a través de la prensa la desprolijidad de la gratuidad para el 2016, y ahora resulta que vamos a tener glosa para el 2017, lo cual sin duda va a causar problemas, y todo esto es fruto de que cuando las cosas se hacen apuradas, salen mal. La Presidenta Bachelet no ha querido entender eso, porque está apurada, y por ende, las cosas le están saliendo mal.
-Entonces, ¿qué se debió privilegiar antes de dar prioridad a la gratuidad?
-Tendríamos que haber empezado por ordenar el sistema de acreditación nacional no solo con la ley, sino que también con los recursos necesarios para cada institución, porque si hubiéramos comenzado por ese camino junto con la Superintendencia, esto ya estaría legislado, y no hubiera sido necesario juntarlo en una gran ley con el tema del financiamiento. Personalmente creo que este camino tendría el sistema mucho más ordenado, mucho más claro, y no tendríamos la tormenta política que se ha armado en torno a la forma en que se ha ejecutado la gratuidad durante el 2016, y me temo que esto se repetirá durante el 2017.
-¿Considera que el gobierno se centró demasiado en desplegar la gratuidad perdiendo el rumbo de las verdaderas necesidades de la sociedad chilena?
-La verdad es que ha sido un tema las prioridades del gasto público, pues creo que el país tenía otras prioridades más urgentes, como por ejemplo: formar educadoras de párvulos, ver la grave crisis que tiene el cuidado de los niños en Chile, el Sename, el sistema de protección judicial a los menores en Chile, resolver problemas gravísimos en las pensiones y en la salud primaria. En este punto, existe un concepto importante que tiene que ver con la existencia de los derechos humanos de primera generación y los de segunda generación. Los primeros son los derechos humanos básicos: derecho a la justicia, a la salud y a cubrir las necesidades básicas de los seres humanos, y esos hoy no se están cumpliendo en un alto porcentaje de la población de Chile, y en el caso de los niños, el maltrato ya es una cuestión que llega casi a niveles inhumanos. Entonces yo creo que en el orden lógico de los factores, uno resuelve primero los derechos de primera generación, y después avanza en los de segunda, como por ejemplo, el derecho a la gratuidad en la educación superior, y esas prioridades no se están cumpliendo.
Cambiar las prioridades
-¿Y cómo se puede solucionar el actual escenario en materia educacional?
-Cambiando las prioridades, pero eso es algo difícil de cumplir, pues yo creo que la Presidenta Michelle Bachelet ya se entrampó en un curso del cual no veo que pueda salir en lo que resta de su periodo presidencial.
-La semana pasada, los rectores de la universidades regionales se reunieron en la Universidad Técnica Federico Santa Maria, en donde solicitaron mayores aportes y beneficios para sus instituciones. ¿Qué le genera esta petición?
-Mira, si nos ponemos en el catálogo de la búsqueda de las lucas, nos vamos a encontrar con las necesidades de las universidades regionales, de la glosa de la gratuidad, y de muchos otros problemas, y todo esto se da porque no ha habido un ordenamiento del sistema de la educación superior, entonces cada uno pide lo indispensable para cubrir sus propias necesidades.
"La verdad es que ha sido un tema las prioridades del gasto público, pues yo creo que el país tenía otras prioridades más urgentes que la gratuidad, como por ejemplo: formar educadoras de párvulos" "Todo esto es fruto de que cuando las cosas se hacen apuradas, salen mal. La Presidenta Michelle Bachelet no ha querido entender eso, porque está apurada tramitando mal la gratuidad"