Claudio Ramírez

Un incremento significativo en la renegociación de deudas personales se evidencia en la región este 2016, según las cifras entregadas por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir).

Al mes de mayo, la gestión realizada por este organismo logró que 63 personas lograran repactar con sus acreedores, principalmente bancos y casas comerciales. Una cifra muy superior a las 23 que se contaban al mismo periodo del año pasado. En el balance también se consigna que, a nivel de pymes, fueron nueve las que consiguieron reordenar sus deudas en razón a su viabilidad, con lo que pudieron continuar sus actividades.

Pese a esta alza, la coordinadora regional de la entidad, María Soledad Meneses, percibe que la herramienta aún no es bien aprovechada por los deudores de la zona. "Recibimos un promedio de diez consultas diarias, pero pienso que aún esta opción debe ser más utilizada por las personas. Los resultados han mejorado, pero también es necesario que la gente que acuda sea perseverante para seguir la tramitación", comentó la abogada.

Asimismo, da cuenta del desconocimiento que tiene la mayor parte de los deudores sobre el funcionamiento del sistema financiero. "Cuesta explicarle a las personas lo que significa este procedimiento. Por ejemplo, cuando se le comunica qué se le van a cerrar las tarjetas se desesperan porque no lo entienden", agregó.

En cuanto a las liquidaciones de empresas y personas, en la región llegaron a 27 y 45, respectivamente. En el primer caso los emprendimientos no continúan y en el segundo, los deudores al no pagar sufren el embargo de sus bienes. El dinero obtenido se destina al pasivo y el monto que no alcanza a ser cubierto se extingue.

Sobre las características de los deudores hay un grupo que se destaca: los adultos mayores. "Hay mucha gente de la tercera edad que viene muy endeudada, pero es más difícil manejar esa renegociación porque en definitiva las expectativas de vida no van ser las mismas que si tuviera 40 años". También hay personas que no pueden responder sus compromisos al quedar sin trabajo. "Personas que trabajaban en la minería y que tras perder su trabajo volvió a la región pero ganando mucho menos, lo que provoca una merma en el ingreso y eso origina el endeudamiento", comenta Felipe Gaete, uno de los tres miembros de la Superir que atiende en la zona. Los requisitos para acogerse a esta opción son: tener dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días, no encontrarse notificado de un juicio ejecutivo en su contra, no haber emitido boleta de honorarios en los últimos 24 meses y que el monto de las obligaciones supere las 80 UF.

El abogado de Defensa Deudores, Ricardo Ibáñez, enfatizó que la gente desconoce las herramientas que la ley le otorga y que tienen muy poca aplicación, siendo una de ellas la Superintendencia. "Tenemos la ley de insolvencia y reemprendimiento que se ocupa muy poco. Hay más de 3 mil casos en el país que se han sometido a los procedimientos cuando según datos entregados por Dicom Equifax hay 3,8 millones de chilenos en Dicom, de los cuales al menos 380 mil cumplen con los requisitos para someterse a la ley de quiebras", dijo.

Esto, agregó, se explica porque la gente al no saber mucho de qué se trata "piensa que es un procedimiento caro, que está destinado a las empresas y que los requisitos son muy complejos".

"Recibimos un promedio de diez consultas diarias, pero pienso que aún esta opción debe ser más utilizada por las personas"

María Soledad Meneses, Coordinadora regional, Superintendencia de Insolvencia, y Reemprendimiento