Alexis Paredes R.
El presidente regional del Colegio Médico, Juan Eurolo, analizó la crítica situación que enfrenta la salud pública en la región, lo que se ha visto acrecentado con el paro de los funcionarios fiscales, movilización que suma tres semanas, generando una serie de trastornos para los usuarios de los hospitales y consultorios de la red estatal. Las situaciones más complejas están relacionadas con la postergación y reprogramación de cirugías electivas, que en la región ya superan las 1.600 intervenciones, y las prestaciones médicas, que bordean las 2 mil.
"Los médicos que se dedican a especialidades no hemos podido hacer nuestro trabajo. Para hacer funcionar los pabellones debe estar el resto del personal y tiene que se personal adecuado, no cualquier persona, porque pueden cometer un error que puede ser fatal. Esto se está prolongando por la tozudez tanto de las autoridades como de quienes están negociando por parte de los gremios, lo que está perjudicando las listas de espera y el desincentivo de los médicos a seguir en los hospitales de la red, que se están yendo porque ya no toleran más el paro y esas cosas. Con ello se pierde un capital humano precioso, ya que va a costar muchísimo que esos médicos vuelvan al sistema público, tal vez nunca más lo hagan", explica el jefe de Neurología del hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
-¿Este prolongado paro podría aumentar el éxodo de especialistas al sistema privado?
-Aquí en la zona sí han habido casos de gente que estaba con las intenciones de irse, porque las carencias, las malas condiciones de trabajo, con médicos que tienen que operar algunas cirugías muy complicadas donde ven que no les compran los materiales, sino que les compran insumos de poca calidad, se complican cuando le ponen este tipo de insumos en sus procedimientos y los que tienen que responder son ellos ante cualquier sumario o complicación, incluso judicial. La calidad de lo que se está haciendo se está resintiendo. Más allá del paro de los empleados públicos, se está produciendo una crisis sistémica de la salud. Eso preocupa porque no vemos en el Gobierno ni en las autoridades actuales ninguna preocupación por arreglar el problema de la salud, siendo que es un aspecto más relevante para la ciudadanía.
-¿Cuáles son los riesgos de postergar operaciones electivas y las consultas de los pacientes, algunos que esperaron por meses para obtenerla?
-Los casos más graves son, por ejemplo, si a una persona le encontraron un posible cáncer de mamas. Tiene los tiempos exactos para poder acceder a las cirugías que correspondan, en este caso de los ganglios, lo de la misma mama o extirpar tumores. Eso tiene un tiempo porque sigue avanzando; si se pierde la oportunidad de operar en el momento que se había definido, esperar meses más significa avance en la enfermedad y que, eventualmente, esa persona quede fuera de la posibilidad de tener una curación a su cáncer. Ese es un caso extremo, pero se puede dar. Por eso nos alarma no ver ninguna preocupación de las autoridades para abordar el problema. Estoy de acuerdo con racionalizar el presupuesto de salud, hay muchas fallas organizacionales, donde es necesario mejorar la gestión, pero ningún Gobierno de los últimos 30 años ha sido capaz de definir cuáles son los elementos que hay que mejorar. Por otro lado, la estructura de los empleados públicos impide realizar una reforma eficaz y nadie se ha sentado a pensar una reforma de salud eficaz.
-¿Cuánto tiempo podría demorar normalizar todos los retrasos en atenciones de salud que se están generando?
-Eso va a depender un poco de la proactividad que las propias autoridades de los hospitales, la colaboración que el cuerpo médico preste, programas de resolución de listas de espera de atrasos que se produjeron, compras de servicios a la disposición presupuestaria, para paliar en parte el tremendo atraso que se ha producido. Eso dependerá del espíritu de colaboración que tengamos y que las autoridades planifiquen. Probablemente sea un año al menos, porque es un volumen inmenso de procedimientos y cirugías médicas para la mitad de la población en Chile, sin embargo no está la mitad de los hospitales en Chile en el sistema público, entonces va a costar normalizar. En las regiones probablemente no sea tan grande el problema, hay que evaluar el tamaño del problema antes de decidir qué tiempo y qué idea se va a implementar. Los principales problemas estarán en los hospitales de Valparaíso, Viña, Quilpué, Quillota y San Antonio.
"Más allá del paro de empleados públicos, hay una crisis sistémica de la salud. Preocupa porque no vemos en el Gobierno ni en las autoridades actuales ninguna preocupación por arreglar el problema" "Es un volumen inmenso de procedimientos y cirugías médicas para la mitad de la población en Chile; sin embargo, no está la mitad de los hospitales en Chile en el sistema público""