Paola Passig
"¿De qué manera afecta a la institución matrimonial que dos personas del mismo sexo se casen?", sentencia el vocero y encargado del Departamento de Derechos Humanos del Movilh, Rolando Jiménez, al analizar el rechazo que genera el proyecto de matrimonio igualitario en sectores más conservadores.
La propuesta incluiría la adopción homoparental y sobre este tema Jiménez subraya que "un niño necesita afecto y contención y un hogar estable no es patrimonio de la heterosexualidad", señalando, a su vez, que más de un tercio de las familias en Chile están conducidas sólo por mujeres y que miles de niños que están en hogares de protección son hijos de parejas heterosexuales. "¿La heterosexualidad garantiza el bien superior del niño? ¡No!", remarcó.
- ¿Por qué ahora?
- Era una promesa que la Presidenta hizo en campaña, pero tiene que ver con el acuerdo de solución amistosa que logramos con el Estado a través de la mediación de la Comisión de DD. HH. de la Corte Interamericana. Esa mediación estableció el envío de un proyecto de ley en un plazo que se cumple el 28 de agosto y que tiene que contener adopción, porque si no, no sería igualitario. Y lo que hace el proyecto es muy simple: abre puertas y ventanas para que las parejas del mismo sexo puedan acceder al vínculo matrimonial con los mismos derechos y deberes y con los mismos nombres de esos derechos y deberes.
- ¿Qué tanto influyó Movilh en que este proyecto se presentara?
- No habría pasado nada de lo que ha pasado en términos de reconocimientos de DD.HH. fundamentales como la ley antidiscriminación, la unión civil y ahora el matrimonio igualitario si no hubiera habido una sociedad civil organizada y organizaciones como Movilh que estuvimos presionando y que llegamos, incluso, a la Corte Interamericana para exigir que se garanticen nuestros derechos de igualdad. Este nunca fue un tema que surgió desde los partidos políticos, sino que tal como pasó con la despenalización del aborto o la despenalización del cultivo de marihuana, esto surgió desde la sociedad civil.
- ¿Sin recurso ante la Corte Interamericana no habría habido proyecto de matrimonio igualitario?
- Probablemente este proyecto no habría visto la luz en este periodo, entendiendo las complejidades que ha tenido el gobierno de Michelle Bachelet con una serie de reformas trascendentales. No sé si hubiera sido prioridad la promesa de campaña. Lo que hace el acuerdo de solución amistosa es colocar un marco institucional que compromete al Estado a presentar el proyecto en un periodo y con contenidos determinados.
- ¿Qué le diría a las personas que no están de acuerdo con el matrimonio igualitario y que rechazan la adopción homoparental?
- Que están en una posición inútil, porque habrá ley de matrimonio igualitario; esto tiene que ver con el devenir histórico, con el avance cultural y con el reconocimiento de las distintas formas de hacer familia y pareja. Por tanto, la discusión se prevé álgida porque habrá grupos fundamentalistas y violentos que rechazarán la propuesta, pero esto no va a impedir la legislación. Son los mismos grupos que se han opuesto al divorcio, al aborto terapéutico, a la ley de unión civil, a ley antidiscriminatoria, y han perdido todas estas batallas, batallas que se han dado desde la sociedad civil, y que son parte del acervo cultural, de la profundización democrática y de la dignidad humana. Y por eso siempre van a perder esas peleas, siempre.
- ¿Eso explica que el Tribunal Constitucional, contra todo pronóstico, aprobara la despenalización del aborto en tres causales?
- Yo no me sorprendí, fui uno de los pocos que dijo que el TC iba a apoyar las tres causales. Eso fue lo que pasó y que tiene que ver con el cambio cultural profundo que hay en la sociedad chilena, que también impacta sobre los sectores más conservadores. Y eso quedó demostrado en el TC con el aborto terapéutico.
- ¿Primó también la necesidad de sustentar su propia existencia?
- Hubo racionalidad política y ética respecto a no suplantar el rol del Parlamento, se escuchó a la opinión pública.
- El proyecto que establece el matrimonio igualitario se alcanzará a visar en este gobierno?
- No, imposible. Vamos avanzar todo lo que se pueda en estos ocho meses. Por lo menos demandará un año en cada cámara y por eso no hay duda de que este proyecto no se aprobará en este gobierno. Para nosotros es relevante que quede ingresado con el respaldo del Ejecutivo y, de hecho, ya estamos conversando con las distintas bancadas.
- ¿Y cómo están los apoyos en el Congreso?
- En la Cámara hay un respaldo transversal. Claramente va a haber resistencia, opiniones caricaturescas, talibanas, pero no harán mella a la tramitación.
- ¿Pero sí será un debate con una impronta violenta?
- Por cierto. No descarto que desde la próxima semana la Iglesia Católica contrate buses y lleve a niños de los colegios católicos del barrio alto a manifestarse en contra del matrimonio igualitario frente a La Moneda.
- ¿Al Movilh la preocupa que un cambio de gobierno, eventualmente más conservador, pudiera frenar el matrimonio igualitario?
- Durante el gobierno de Piñera se mandó la ley de unión civil y se aprobó la ley antidiscriminación. Por lo tanto, no tengo ninguna duda de que independientemente del gobierno de turno, habrá matrimonio igualitario en el próximo periodo.
"La discusión se prevé álgida, porque habrá grupos fundamentalistas y violentos que rechazarán la propuesta, pero esto no va a impedir su aprobación. La resistencia es inútil""