Cambio cultural impacta moda veraniega y deja a los teams playeros en vías de extinción
VERANO. En Reñaca ya no se ven despampanantenes jóvenes con minúculos bikinis bailando al ritmo de las canciones de moda. Hoy las promotoras recorren las playas más tapadas para resguardarse del asedio masculino y del sol.
Las marejadas también se han hecho notar. Con olas imponentes invaden la arena, mojan las toallas y pertenencias de los que descansan y aprovechan el más mínimo rayo de luz. No obstante, las actividades y panoramas no desparecen: cervezas, comida y baile son algunas de las posibilidades que ofrece este típico balneario viñamarino.
Lo mismo el chiste del entonces expresidente Sebastián Piñera cuando llamó a las mujeres a hacerse las muertas y a los hombres a hacerse los vivos.
No hay "Mister"
En el quinto sector mientras los veraneantes se divierten jugando a las paletas, escuchando música y tomando mate, Martín Townsend reafirma que "no se ha visto muchas promotoras ni teams. Sí hay muchas fiestas en comparación al año pasado, y sí puedo afirmar que frecuentemente (a la mujer) se la mira como objeto". Remarca: "Se puede observar que nunca o muy pocas veces hay un mister de algo, siempre es la miss, como es el caso de la Miss Reef, debido a que la figura de una mujer siempre va a convocar a más público". También está a favor de que se hagan manifestaciones a favor de la mujer. "Tienen la libertad de reclamar por sus derechos. Cada uno es libre de expresar su opinión y hay que saber respetarla. Todos tenemos un punto de vista y a partir de eso es posible conversar y lograr un común acuerdo", subrayó.
La guerra al bikini,
un giro en medio siglo
Han pasado 50 años desde que Monseñor Emilio Tagle le declaró la guerra al bikini en Valparaíso. Aunque parezca increíble, el Arzobispo de Valparaíso había emitido una pastoral en la que advertía que las mujeres que usaran estas prendas podían dejar de recibir los sacramentos por parte de la Iglesia.
Ya en 1952, recordaba El Mercurio, el cardenal José María Caro calificaba de "actos gravemente ilícitos" a los baños de sol mixtos "y el uso de traje de baño indecoroso, de una o dos piezas, con que se exhiben las mujeres, en forma que suele constituir ocasión de pecado".
El Cardenal Raúl Silva Henríquez, aunque no hizo referencia al largo de las faldas ni al uso del bikini, invitaba a los católicos a buscar otras formas de superar el ocio en las vacaciones, realizando acciones para el bien común y servicio para toda la comunidad.
Lo curioso, destacaba La Estrella de Valparaíso el 8 de enero de 1969, era que la "prohibición del bikini rige sólo para las playas de la diócesis de Valparaíso, no así para las de Santiago, situadas al sur de Laguna Verde, o las de Aconcagua, al norte de Maitencillo".
Aunque existen mosaicos romanos donde ya aparecen mujeres utilizando una prenda muy similar al traje de baño, se considera el 5 de julio de 1946 como la fecha oficial en que nació el bikini, específicamente, cuando el diseñador Louis Reard presentó esta vestimenta a la sociedad. La leyenda cuenta que el nombre se debe al impacto que causó y que era comparable a las pruebas atómicas que se estaban realizando en el atolón de Bikini.
En Chile, al igual que en el resto del mundo occidental, la popularización de esta prenda se hizo a través de algunas actrices famosas en películas que terminaron siendo icónicas por lo mismo. Marilyn Monroe o Brigitte Bardot fueron algunas de sus máximos exponentes.
Pese a la advertencia de Monseñor Tagle, muchas mujeres, incluso siendo católicas, desobedecieron la orden y comenzaron a lucir sus cuerpos gracias a los bikinis. No obstante, la amenaza se mantenía presente como también el sentimiento de estar ofendiendo a la moral cristiana. Era la misma época en la que se debatía respecto de otro tema mucho más importante, el uso de anticonceptivos femeninos por parte del mundo católico.
Resabios de esta estigmatización que se hacía a la mujer que se viste de forma provocativa, queda demostrado en una serie de ejemplos recientes. En una exposición de arte, se expuso ropa de mujeres que fueron abusadas y que surge como rechazo a la clásica pregunta que se le hace a las víctimas: "¿Qué estabas usando?" y que de forma tácita, culpa a las sobrevivientes y justifica a los perpetradores.
Volviendo a los bikini, después de una década, el famoso concurso Miss Reef dejará de hacerse en las playas de Reñaca, siguiendo el ejemplo de Argentina donde se suspendió el año pasado, luego de una fuerte presión de sectores feministas que consideran que estos concursos instrumentalizan a la mujer, reduciéndola a un objeto. Hay que recordar que el país trasandino estaba conmovido luego del brutal asesinato de Lucía Pérez y que dio paso al movimiento #NiUnaMenos.
Aunque hubo rumores que especulaban con el fin del concurso en Chile, en su última versión, el 2017 los organizadores trataron de dar un giro, asegurando que elegirían a la concursante por sus atributos físicos generales, representación de los valores de la marca y no solo por el trasero, como había ocurrido tradicionalmente. El fin de Miss Reff en Chile deja claro que, bajo estas premisas y más allá de las buenas intenciones, el concurso perdía todo su atractivo.
Finalmente, es interesante cómo va evolucionando la sociedad, en este caso específico, la postura de las mujeres y su lucha por tener la libertad para vestir como ellas se sintieran mejor. Después de un tiempo, esto fue mal interpretado por parte de los hombres que buscaron instrumentalizar a la mujer y confundir esta libertad con libertinaje, siguiendo el discurso retrogrado de la Iglesia. El fin de este tipo de concursos, de los teams y del valor de las promotoras sólo por su físico son señales de los nuevos tiempos.
La visibilización de las desigualdades de género y la conciencia de que la mujer no es un objeto sexual también está impactando a los tradicionales team de verano.
Se acaba enero y la temporada de playas está en su apogeo y aunque más de la mitad de las mañanas de enero han estado nubladas, con vaguada costera e, incluso con llovizna, el balneario de Reñaca continúa concentrando veraneantes dispuestos a pasarlo bien. Por eso, en cuanto sale el sol, los visitantes llegan en masa y la larga avenida Borgoño una vez más es testigo de sus movidas y planes costeros.
Sin embargo, a inicios del año 2000, las modas y tendencias eran distintas a las de hoy. Programas televisivos como Mekano y Rojo, Fama Contrafama, eran espacios donde los jóvenes bailaban, cantaban y peleaban por polémicas que se armaban.
Llegaba el verano y los programas se trasladaban a las playas donde convocaban a una gran cantidad de fanáticos que esperaban ver a los participantes. Pasaron los años y los espacios desaparecieron, incluido Yingo, que tuvo un periodo intenso, pero al que también le llegó su final.
Por otra parte Miss Reef, (concurso donde las mujeres son seleccionadas y premiadas por tener los mejores glúteos), aún no da señales de vida durante esta temporada, y los teams de verano, que hacían furor hasta hace dos años, están en extinción.
¿Qué pasó con estos eventos emblemáticos del verano? En febrero del año pasado los organizadores de Miss Reef, que se hacía en Reñaca, anunciaron su suspensión debido al trágico mega incendio que azotaba al centro sur del país, luego de que en Argentina el mismo certamen se eliminara a causa de los numerosos casos de violencia de género ocurridos durante ese año. Pero en Chile el concurso sí se hizo: en abril y en un hotel en Santiago.
¿Que pasó en dos años? Para explicar el fenómeno hay que recordar primero que las mujeres han sido discriminadas durante décadas: reciben menos sueldo por el mismo trabajo realizado por un hombre, la posibilidad de que se embaracen dificulta su contratación respecto de un postulante masculino al mismo empleo y además, efectúan los llamados segundo o tercer turno, porque aunque trabajan fuera del hogar, no abandona el rol de dueñas de casa y madres en mayor porcentaje que sus parejas.
La invisibilización de estas desigualdades parece estar retrocediendo a un ritmo lento pero seguro, al igual que la utilización de la anatomía femenina como objeto de marketing. Así al menos lo demuestran iniciativas como el proyecto de ley que sanciona el acoso callejero -también llamada "ley del piropo"- y otras decisiones mediáticas que eliminaron la publicación de fotos de mujeres casi desnudas o desterraron de sus páginas las imágenes arregladas con Photoshop.
Basta recordar el revuelo que provocó el obsequio de la muñeca inflable por parte del presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi, al exministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, durante un evento de los exportadores de manufactura, situación que medio mundo calificó como ofensiva para las mujeres y que obligó a disculparse públicamente a regalador y regalado.
Todo esto muestra que algo está cambiando. Y se nota. Un ejemplo: caminando por la orilla del mar en los cinco sectores de Reñaca ya no hay chicas en colaless promocionando productos; ahora hay varones repartiendo folletos para auspiciar un boliche del sector.
Luego de un largo recorrido, en el paseo costero se observa a lo lejos el Team Cristal, equipo que hace un par de años, medios digitales calificaban como "infartantes" y "bellezas sobre la arena". Esta vez van con short, peto y sombrero para protegerse del sol.
Jessica Osorio, representante de las jóvenes que repartían cervezas sin alcohol, acentuó que "ha habido una evolución en la visión de las mujeres, ya no se quiere mostrar como antes. Más que nada lo que queremos hacer es exponer nuestro producto, no usar a la mujer como se hacía hace unos años".
Afirma también que "ahora se nota que las chicas que promocionan productos son mucho más recatadas. Nos preocupamos más de la vestimenta y principalmente de no mostrarlas como objeto. En definitiva nos enfocamos en evidenciar las cualidades de Cristal Cero Y esto está siendo transversal en muchas marcas", asegura.
El tema trasciende generaciones. Adultos y adolescentes son conscientes de todo lo que pasa, por lo que hay visiones encontradas respecto a la situación. Según cifras del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) el 76% de las mujeres ha sufrido ese asedio, que en muchos casos parte alrededor de los 14 años.
Fernanda Arce, una viñamarina de 25 años menciona que "los teams de verano son un reflejo de cómo la sociedad ha sido formada. La Miss Reef, que no se realizó el año pasado, era vitrina para que los hombres se volvieran locos con las famosas colitas. Claramente esas actividades hacen que eso se naturalice y la perversión se haga más potente".
Como dice el OCAC, las mujeres a muy temprana edad son víctimas de asedio. Una adolescente de 15 años, quien toma sol junto a sus amigos en la arena reñaquina, reconoce que eso es algo real: "Cuando las niñas nos ponemos bikini, igual se nota que llama la atención; los hombres creen que una los está provocando, pero no es así, porque una pueda usar lo que quiera. Pasa harto que nos sentimos acosadas, sobre todo cuando estamos con shorts, te silban, te piropean y eso es incómodo".
Siguiendo con la tendencia, una joven que recién pasó a primero medio manifiesta molesta "la inmensa inseguridad que se siente el andar con ropa más liviana. Sin la intención de provocar te gritan cosas y te tocan la bocina. Una dice, oye, apenas tengo 14".
Hay gente adulta que opina distinto y dice que las mujeres tienen un cierto grado de culpa. Yasna Candia, de 35 años: "a la mujer sí se la ve como objeto. Chile en realidad es un país machista, le falta todavía cultura. Con los teams de verano crece esto, pero las niñas también son responsables, ya que a veces se visten de una forma en la que obviamente le van a gritar y chiflar, además, de decirle piropos en las calles. También las mujeres tienen un nivel de responsabilidad respecto al cómo nos miran, porque igual provocamos".
Un conconino de 27 años que no quiso dar su nombre y jugaba a la pelota en el cuarto sector, echa de menos los usos que se han ido desterrando. "Es una lata gigante que ya no estén las chiquillas como antes, porque uno se podía sacar fotos con ellas. Lo de la Miss Reef era escandaloso, acá todos los hombres nos volvíamos locos". Según él en Chile no hay machismo. "Es un invento de las feminazis, como se les dice ahora, no entiendo qué tiene de malo".
Publicidad y desafío
La publicidad está pensada para que determinados productos o servicios generen un fuerte recuerdo en los eventuales compradores. Son muchos los comerciales y gigantografías que se graban en la retina del público.
Un reportaje publicado el domingo 21 en la sección Economía y Negocios de El Mercurio recordó el popular comercial de la sal, que publicitaba un medicamento para las molestias de la menstruación. En él, una mujer le servía un plato de sopa a su pareja, el hombre le echaba sal y ella se ponía a llorar, ante lo cual el marido se afanaba diciendo "¡le saco la sal!, ¡le saco la sal!", pero todo resultaba inútil.
"En el Chile de hoy un comercial como 'le saco la sal' es impensable", sostuvo enfático Armando Alcázar, miembro del directorio del Consejo de Autorregulación de Publicidad (Conar).
Para la organización uno de los grandes desafíos de la actividad es leer los fenómenos sociales y tomar conciencia de su capacidad de influir en la cultura.
"A la mujer sí se la ve como objeto. Chile en realidad es un país machista, le falta todavía cultura"
Yasna Candia
En playa Reñaca
"Ellas tienen la libertad de reclamar por sus derechos. Cada uno es libre de expresar su opinión y hay que saber respetarla"
Martín Townsend
En playa Reñaca
FOTOS DE RAÚL GOYCOOLEA
las promociones se mantienen en las playas.
"Ha habido una evolución en la visión de las mujeres.Más que nada lo que queremos hacer es exponer nuestro producto"
Jessica Osorio
Encargada de team
Gonzalo Serrano del Pozo*