# Todos Somos Valparaíso
A 15 meses del inicio de su gestión, ya llega la hora de comenzar a exigirle resultados a la administración municipal de Jorge Sharp. Valparaíso, el Puerto y su gente necesitan muchísimo más que una alcaldía "correcta", que hoy parece más preocupada de ser recibida en La Moneda que de resolver los conflictos existentes.
Medianamente desapercibida ha pasado la administración de Valparaíso durante estos primeros días de instalación del nuevo Gobierno Regional encabezado por Jorge Martínez. Lamentablemente, tal silencioso retiro no parece coincidir con vientos calmos ni con una gestión digna de destacar, sino todo lo contrario. Para pocos es un secreto que el alcalde Jorge Sharp ha comenzado a alejarse -en espíritu, al menos- de sus antiguas bases ciudadanas que dieron origen al Pacto Urbano de La Matriz, de sus hasta hace pocas semanas incondicionales concejales del mismo grupo y hasta de otros referentes regionales del Frente Amplio.
Algunos hablan de emisarios llegados a Valparaíso desde la "Capital del Reyno", con libros de Marta Harnecker bajo el brazo (que, a todo esto, no son nada de pocos, casi 90 según los últimos cómputos), que habrían incidido en una "visión larga" de proyección política para el alcalde y su grupo de referencia, dejando de lado la mirada corta, la de limpiar la basura de las calles, desterrar la delincuencia y el comercio ambulante, y propiciar el desarrollo de Valparaíso, que para ello fue elegido.
Hoy, a ciencia cierta, el jefe comunal pareciera darles en parte la razón a todos aquellos que lo criticaron incluso antes de conocerlo y esperar el desarrollo de su administración, la que lastimosamente ofrece hoy un Valparaíso objetivamente sucio (¿dónde están los camiones, las bateas y las hidrolavadoras del Core?), marcadamente inseguro, con las plazas tomadas por vagabundos y con los pequeños, medianos y grandes empresarios asustados de traer la más mínima inversión al Puerto por el riesgo de que les cambien las reglas en el curso del día.
Sí, el alcalde Sharp ha disminuido la deuda municipal. Sí, el alcalde Sharp ha hecho ahorros y ha gastado menos que sus antecesores. Sí, hasta el minuto nadie podría decir que bajo su mandato se ha caído en las antiguas prácticas que dieron fama (y no de la buena) al edificio de calle Condell. Y sí, también ha instalado temas como el de la vivienda y el banco de suelos, esto último tomado al pie de la letra de uno de sus grandes referentes, el ex Presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien la ocupó para intentar alumbrar "la larga noche neoliberal", como bien gustaba de decir a quien quisiera escucharle.
Empero, Valparaíso, el Puerto y su gente necesitan muchísimo más que una alcaldía "correcta", que hoy parece más preocupada de pedirle al Presidente ser recibida en el Palacio de La Moneda u ofrecerle mar a Bolivia que de resolver los conflictos que comienzan a apiñarse sobre sus veredas.
Mientras tanto, los proyectos están paralizados, el paño de Barón va camino a convertirse en un basurero premium con vista al mar, hasta Von Appen quiere irse, los ambulantes campean y la ciudad sigue siendo una cantina y urinario 24/7.