Cristián Rodríguez F.

La necesidad de incluir una visión antropológica en los próximos desarrollos tecnológicos y la forma de acostumbrarse a los impactos que tendrá en la sociedad fueron parte de los temas que se debatieron ayer durante la jornada que el "Congreso Futuro 2019" realizó en Valparaíso.

El encuentro se llevó a cabo en el Salón de Honor del Congreso Nacional ante la presencia de más de mil asistentes, y contó con la participación de Michael Kosterlitz, doctor en Física de la Universidad de Oxford y Premio Nobel en 2016 por sus estudios sobre las fases de la materia; Floyd Romesberg, magíster y doctor en Química; Anna Nagurney, directora del Virtual Center for Supernetworks y autora de 14 libros y más de 190 artículos sobre la materia, y Amber Case, licenciada en Sociología y Antropología en el Lewis and Clark College y experta en la interacción humano-máquina.

Fue justamente esta última expositora quien se encargó de encabezar uno de los paneles que provocó mayor atención en los presentes, donde se discutió sobre la interacción entre los humanos y la tecnología, y cómo ésta ha cambiado la forma de pensar y actuar de la sociedad en el último tiempo.

Uno de los conceptos en los que se hizo mayor hincapié durante el congreso fue el de "calm technology" (tecnología de calma). En el, la expositora buscó establecer que son las personas las que deben usar la tecnología a su favor y no al revés. En esa línea, dicho modelo que hace es promover que los dispositivos tecnológicos capturen la atención de los usuarios sólo cuando sea necesario para que así no afecte el desarrollo de la vida cotidiana.

"A medida que nos atomizamos e individualizamos frente a la tecnología de consumo, perdemos lazos con la gente, las empresas y las ciudades locales. Tendremos que contrarrestar esto con más propósito, empleos y oportunidades para que las personas se sientan más conectadas (…) Espero que veamos una tecnología más silenciosa, simple y fácil de usar que respete nuestro tiempo y no nos interrumpa constantemente", expuso la antropóloga estadounidense.

Tomando en consideración que para el próximo año se estima que unos 50 billones de dispositivos estarán en línea en el mundo, Case sostuvo que la tecnología "debe comunicar, pero no necesita hablar", y que a la hora de resolver un problema su uso debe ser el mínimo.

"Las máquinas no deben actuar como humanos, y los humanos no deben actuar como máquinas", afirmó la científica, en cuya exposición también participó como moderadora María José Escobar, doctor en Ciencias de la Universidad de Niza y profesora auxiliar de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM); Tomas Pérez-Acle, doctor en Biotecnología e investigador de la Fundación Ciencia & Vida del Instituto Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), y Mauricio Araya, doctor de la Universidad de Lorraine e investigador de la UTFSM.

Durante el encuentro se puso en discusión que uno de los errores que podría estar afectando a la sociedad es, quizás, la excesiva interacción que existe entre las últimas tecnologías y las personas, puesto que lo recomendable sería que los avances fueran más "discretos" y estén conectados a la sensibilidad que representan los potenciales usuarios.

De allí es que surgió la necesidad de que a futuro la tecnología vaya de la mano con estudios antropológicos que permitan un desarrollo armonioso y no invasivo con las personas, y mucho menos amenazante.

En esa línea, y si bien el doctor Tomas Pérez-Acle llamó a entender que la tecnología "ya está aquí y llegó para quedarse", aseguró que no hay que "demonizarla", puesto que "nos ha cambiado y nos va a seguir cambiando".

"En la medida que aceptemos que la tecnología nos cambia, tenemos que ser capaces de prepararnos para ese futuro. Tenemos que entender de qué manera hay que preparanos. Ya pasó con la máquina a vapor, con la electricidad o con la tecnología de la información. Cada vez que hay un cambio tecnológico también cambia la sociedad. Perdemos empleo, pero ganamos en otras cosas", dijo Pérez-Acle.

Justamente, el biólogo computacional del CINV insistió en que "se habla mucho que de aquí a 2050 se perderán gran parte de los trabajos que hacemos hoy al ser reemplazados por sistemas de inteligencia artificial", sin embargo, agregó que "esto también ocurrió antes, pero estas pérdidas vienen acompañadas de la creación de nuevos trabajos (...) todo desarrollo tecnológico trae aspectos negativos y positivos para la sociedad".

Una de las autoridades que estuvo presente ayer en la jornada que se desarrolló en Valparaíso fue el senador Francisco Chahuán (RN), quien justamente trabajó para que el Congreso Futuro se realizara en las otras regiones del país.

"Creíamos que era absolutamente necesario descentralizar el acceso a la ciencia, tecnología, información y conocimiento", comentó el parlamentario, quien sobre la materia sostuvo que "estamos empeñados en pedirle al Gobierno a lo menos llegar al umbral del 1% de inversión PIB en innovación, porque es la única forma de entender que hay que cambiar el modelo de desarrollo del país".

Por su parte, el intendente regional, Jorge Martínez, precisó que "el Congreso Futuro se viene a convertir en el espacio más importante de pensamiento en la Región de Valparaíso". "Probablemente los talentos más grandes que ha tenido Chile han provenido de regiones. Sin embargo, no hemos tenido las oportunidades porque el pensamiento también está centralizado en nuestro país", indicó Martínez.

"Espero que veamos una tecnología más silenciosa, simple y que respete nuestro tiempo y no nos interrumpa constantemente"

Amber Case, Antropóloga"

"Estas pérdidas (de empleos) vienen acompañadas de la creación de nuevos trabajos (...) La tecnología está aquí y llegó para quedarse"

Tomás Pérez-Acle, Investigador del CINV"

"

Estas personas deberán firmar ante la unidad policial o ante la autoridad respectiva durante el desarrollo de los partidos que juegue Wanderers"

Rafael González, presidente del club, tras la formalización de hinchas por incidentes