Contralor: "Aquí se ataca a quien está haciendo el trabajo"
POLÉMICA. Jorge Bermúdez fue criticado por la UDI, que analiza acusación constitucional. Él se defiende y explica que metodologías dependen de contabilidades de cada municipio.
Un fuerte respaldo al trabajo de la Contraloría Regional de Valparaíso y a todas las del país, en medio del cuestionamiento a las auditorías en Viña del Mar y otras comunas, hizo el contralor general, Jorge Bermúdez, asegurando que "se ataca a quien está haciendo el trabajo".
En un punto de prensa ofrecido en el ex Congreso Nacional en Santiago, la autoridad fiscalizadora se refirió a las dudas que planteó un reportaje de La Tercera sobre las metodologías de cada repartición a nivel nacional para auditar los distintos municipios y entidades, poniendo en cuestionamiento la cifra de $ 17 mil millones que el órgano contralor detectó como déficit en el municipio de Viña del Mar a 2017.
"Aquí no hay ninguna distinta vara para medir a nadie. Lo que nosotros hemos hecho acá, en la municipalidad de Viña, en La Florida, en Illapel, en Guaitecas, en Lo Espejo, etcétera, es aplicar la metodología que siempre ha aplicado la Contraloría. Es hacer, tomar la contabilidad de los municipios y realizar la auditoría de la manera que lo ha hecho siempre la Contraloría. Me parece que eso hay que desmentirlo inmediatamente".
Ahora bien -recalcó- "cuando llega el auditor a realizar una auditoría a una municipalidad lo primero que tiene que hacer es hacerse de esa información, es decir, tomar la información, y un principio básico de la auditoría es la fiabilidad de la información. Cuando esa información no es completa, está desactualizada, está escondida y tiene que buscarla en los recovecos de la municipalidad, obviamente tiene que empezar a adaptar esa información que está recibiendo".
Eso, dice, es lo que ha ocurrido en este caso. Por ello defendió al equipo de fiscalizadores de la Región y su trabajo en la auditoría al municipio de Viña del Mar: "Los equipos de auditoría de la Contraloría, y en particular, los equipos de la Contraloría Regional de Valparaíso que auditaron la Municipalidad de Viña son equipos con mucha experiencia y tienen todo mi respeto y toda mi confianza en el trabajo que han realizado".
Sobre este punto, enfatizó tras consultas hechas por este Diario, que "el respaldo es completo al trabajo realizado por la Contraloría Regional de Valparaíso", y reiteró que el principal desafío fue que "hay información que no está sobre la mesa, que se está omitiendo y el auditor va a tener que ponderar para saber cómo llevar a cabo su auditoría".
En cuanto al informe que habría detectado los supuestos errores en el proceder de Contraloría en Viña del Mar y otros municipios, y que eventualmente se habría intentado ocultar a modo de borrador, Bermúdez respondió que "lo peor que puede hacer un jefe de servicio es no reunirse con sus directivos y sus jefaturas. Yo permanentemente me estoy reuniendo para que haya coordinación, fluidez y mejoramiento continuo del trabajo, con los jefes de división, de departamento y los contralores regionales. Eso es lo que hay ahí. Hay borradores de trabajo, hay discusiones, hay opiniones y obviamente eso es lo que pasó y a lo que hizo alusión un reportaje de un periódico".
Sobre el cálculo del informe de auditoría N°577 de la Municipalidad de Viña del Mar, puntualizó que "el saldo inicial de caja corresponde, para decirlo bien en simple, a los recursos que pasan de un año a otro en un determinado servicio público, en este caso, en una municipalidad".
Ese saldo inicial de caja, para poder ser utilizado, asegura, "necesita una cuestión fundamental que es que sea de libre disposición para poder aplicarlo al presupuesto. En el caso de Viña, ¿por qué no se consideró el saldo inicial de caja que era de $ 5.200 millones? Porque esa plata estaba destinada por parte del Ministerio de Cultura, a poder terminar, de una vez por todas, después de nueve años, con las reparaciones del Teatro Municipal y del Palacio Vergara. Por lo tanto, esa plata no era de libre disponibilidad y por eso el auditor, correctamente, no lo consideró como saldo inicial".
Respecto a los ingresos devengados, el dinero que se supone el municipio va a recibir, explicó que "el criterio que utilizó el auditor fue conservador. ¿En qué sentido? Históricamente, por esos mismos conceptos, en que el municipio consideraba que iba a recibir $8 mil millones y fracción, en realidad lo que recibía históricamente eran $500 millones. Por lo tanto, obviamente, si históricamente si usted ha recibido por un determinado concepto, por ejemplo 'pago por servicios' o 'arriendo de inmuebles' $500 millones, ¿por qué de un año a otro va a pegarse un salto de $7.500 millones o más para considerar que iba a ser un ingreso?".
En tercer lugar, aseguró que "lo que se hizo fue considerar los compromisos, es decir, el devengado, pero además cuando aparecen en una caja documentos con facturas que no están en la contabilidad o con documentos representativos de deudas que no están reflejados en los libros contables, obviamente que el auditor debe incorporarlos en la auditoría para señalar que todo eso es parte del pasivo".
Consultado sobre si va a renunciar, respondió que no: "¿Por qué voy a renunciar? ¿No se da cuenta que estamos haciendo el trabajo? Lo que pasa es que aquí siempre ocurre el problema del auditor y del contralor. Cuando empiezan a aparecer cosas que empiezan a molestar, entonces hay gente que lo que cree que hay que hacer no es perfeccionar el control ni hacer mejor su propia pega, sino que atacar al que está haciendo su trabajo", en clara alusión a las declaraciones de varios políticos sobre las conclusiones del reportaje, aunque ante la pregunta de las intenciones de la UDI de presentar una acusación constitucional en su contra, descartó conocerlas.
Sí afirmó que "hay confianza plena en el trabajo que han realizado los equipos auditores. Acá no hay ningún cambio de metodología y como hay que basarse en la realidad, y a veces es distinto de lo que están mostrando los libros, es pega del auditor, del fiscalizador, encontrar cuál es la realidad desde el punto de vista financiero".
La Municipalidad de Viña del Mar también se pronunció sobre el tema, a través de un comunicado, en el que reiteran lo dicho por la alcaldesa Virginia Reginato sobre que la verdad prevalecerá. "En octubre del 2018, la Contraloría General de la República fijó en 17 mil millones de pesos el déficit municipal. En la respuesta al preinforme expresamos nuestra absoluta disconformidad con esa cifra. Hoy, a la luz de los nuevos antecedentes emanados desde la propia Contraloría General de la República, que admitiendo nuestros reparos reconoce distintos procedimientos y métodos para determinar la situación financiera de los municipios, es evidente que las cifras que se han anunciado en el caso del municipio viñamarino no corresponden a la realidad. Ellas han sido utilizadas para fundar acusaciones falsas y aprovechamientos políticos electorales".
Añadieron que "reiteramos a los viñamarinos que las finanzas municipales están en equilibrio financiero, la casa está ordenad", y finalizaron con que "tenemos confianza que la verdad siempre se impone".