"El retraso del T2 no fue por grupos ciudadanos o el municipio, sino por estrategia mal planteada"
Como director ejecutivo del Centro de Neurociencia de Valparaíso (CINV), el arquitecto Juan Carlos García tiene como rol apoyar el liderazgo de Ramón Latorre como director del recinto e impulsar el edificio que proyecta en el barrio Puerto dicha institución de la Universidad de Valparaíso, así como vincular al Centro con la comunidad y otras instituciones. En lo referente al edificio institucional, dice que su construcción está detenida mientras se resuelve el tema de la preservación de los restos arqueológicos hallados en el lugar, por lo que espera iniciar obras este año para, idealmente, inaugurar el 2020.
Pero no es lo único que le interesa, y tal como se aprecia en su cuenta de Twitter, opina activamente de otros temas que están en la palestra , siendo uno de ellos es el Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), que sufrió un traspié en su tramitación ambiental.
-¿Cuál es su visión sobre el Terminal 2?
-Hoy día nos encontramos en un punto crítico. La Ministra de Transportes (Gloria Hutt) y el presidente de la Empresa Portuaria de Valparaíso (Fernando Ramírez) plantean que hay muy poco tiempo para pensar otros proyectos, que es necesario acelerar el proceso del Terminal 2. Sin embargo creo que cualquier proceso que se haga -continuando el del T2 o un proyecto nuevo-, requiere también una etapa de reflexión y de autocrítica de lo hecho hasta ahora. El retraso del T2 no es responsabilidad de grupos ciudadanos ni de la Municipalidad, sino de una estrategia mal planteada. Es de todo conocimiento que los proyectos de gran envergadura, como éste, tienen sus procesos de evaluación de impacto ambiental antes de licitarse a los privados, y no después. Segundo, es un proyecto que tuvo dos licitaciones, una primera fallida y una segunda que tuvo que tener condiciones muy especiales para adjudicatarios, para poder continuar en el proceso, donde se incluyó una cláusula de salida. Tercero EPV tomó la decisión frente a un proyecto en problemas, ya años atrás, de ir extendiendo progresivamente esta cláusula de salida. Por lo tanto, cualquier decisión que se tome respecto al futuro de Valparaíso, por la envergadura de la inversión, por lo que sirve para el puerto de Valparaíso y por la estrategia de la macrozona central, requiere una reflexión antes de seguir tomando decisiones apuradamente. Creo que aquí se requiere una autocrítica de todos los involucrados.
-¿Esa reflexión también implicaría plantearse la posibilidad de cambiar la ubicación del T2?
-Es una de las posibilidades. Primero una reflexión sobre los procesos mal hechos, en vez de responsabilizar a otros. Yo creo que es mejor hacer un proyecto que no le genere un impacto económico negativo a la ciudad. Es verdad que tiene impactos positivos el desarrollo portuario, por supuesto que sí, pero lo que omite la Ministra de Transportes y el presidente de EPV es que eso también genera impactos negativos muy relevantes en la plusvalía del sector que queda detrás del puerto, y eso significa que se desincentiva la inversión en el sector.
-En esa reformulación del proyecto, ¿también habría que reformular el trato con las fuerzas de la ciudad?
-Creo que empezar a criminalizar ciudadanos, responsabilizar a alcaldes y otros, no es un camino. Creo que el puerto es una actividad fundamental para Valparaíso, y así como es fundamental, hay otras que son importantes. Esa estrategia fue la que fracasó en este camino y la que es necesario cambiar, y para eso tenemos que establecer un camino de diálogo donde se puedan ver las diferentes posibilidades, sea continuar con el T2... Que me parece que no es una buena idea, pero hay que respetarlo, porque el diálogo entre los actores es la manera. Caricaturizar al otro, ya sea al puerto o a quienes están en contra de este proyecto, claramente es un camino que no nos va a llevar a ninguna parte y vamos a terminar perdiendo todos.
-Sin embargo, la posibilidad de diálogo se ve remota, teniendo en cuenta que las autoridades no consideran abrirse a otra opción de proyecto...
-Etiendo que estén empecinados en llevar adelante un proyecto que han impulsado desde hace tanto tiempo, como la actual Ministra que fue la que lo impulsó como subsecretaria de Transportes. Creo que para poder seguir impulsando un proyecto, primero que debe hacerse una autocrítica y saber si es un buen camino el que se está adoptando. Yo hago la siguiente pregunta: ¿se hizo una modelación respecto al impacto que van a tener las marejadas en este proyecto? Creo que es el momento de hacer este tipo de estudios. Hace diez años ya se decía que Valparaíso estaba atrasado y que necesitaba obras urgentes, siempre viene esa amenaza para no profundizar en las cosas y hacerlas bien; y creo que lo único importante, más allá de cuál es la solución portuaria, es hacer las cosas bien, y en este caso no se han hecho bien por el momento. Creo que es el momento de aunar fuerzas dentro de los diferentes actores, para que el puerto de Valparaíso retome el liderazgo que debe tener la zona central, pero no a partir de repetir errores que se han cometido en el pasado.
-¿Es crucial la industria del turismo y concretar el terminal de cruceros, tanto como una expansión portuaria?
-El puerto es una actividad fundamental para Valparaíso. Sin embargo, ya en los últimos 20 años, no es la única actividad económica que crece en Valparaíso. Hay otras actividades que han crecido a una velocidad muy importante, como el turismo y el desarrollo universitario. El terminal de cruceros es fundamental en este esquema, y con la misma energía que quieren continuar impulsando el T2, me gustaría ver un compromiso del puerto de tener el terminal de cruceros habilitado en los próximos años; no sabemos su ubicación y es importante darle certeza a eso. Por otra parte, así como la ciudad tiene que generar las condiciones para que el puerto se desarrolle y es fundamental hacer inversiones en ese sentido, también es importante que las inversiones que se hagan en el puerto no impacten negativamente en las otras actividades económicas. Hay que pensar que el turismo es una de las actividades que más crece en el mundo como generador de empleo en ciudades como Valparaíso. Al mismo tiempo, creo que hay una necesidad de Valparaíso de atraer inversión privada para localizar oficinas, sedes de instituciones y ese tipo de cosas, de manera que se recupere y se reactive la ciudad. Los proyectos del puerto tienen que ir de la mano de esas actividades y no contra las otras actividades de Valparaíso.
-¿Las universidades deben involucrarse más con la ciudad y la región? Así al menos lo planteó el intendente la semana pasada...
-Yo no comparto la visión del intendente al respecto. Creo que las universidades tenemos un compromiso activo con la ciudad. Las universidades por supuesto que tienen que tener un impacto positivo en los lugares donde están. Pero del momento que hablamos, como entendí que lo hacía el intendente, de universidades regionales, me parece que es una visión errada. Las universidades son instituciones nacionales ubicadas en regiones, pues de lo contrario estamos renunciando a tener un rol para el país y entregándole ese rol sólo a las universidades que están en el área metropolitana. Me parece que el rol nacional e internacional de todas las universidades que están a lo largo del país es fundamental e irrenunciable. La manera de aportar de las universidades es tener centros de investigación de excelencia. Esa investigación, en materias como patrimonio y oceanografía. pueden ser claves para el desarrollo de esta ciudad, pero hay otras áreas en que también se podrían generar líneas en este sentido. Que falta, sí. Que las universidades estén al debe, me genera muchas dudas, pues la actividad cultural, de divulgación científica, de divulgación del conocimiento que tiene esta región no se compara, creo yo, con ninguna otra región del país.
-Se anunciaron grandes proyectos para revitalizar y remodelar el barrio Almendral, pero para el barrio Puerto no hay anuncios. ¿Qué le parece el estado actual del barrio donde está inmerso el CINV?
-Creo que el plan de Valparaíso tiene un atributo como pocos: es el que convoca a todos los que vivimos en Valparaíso, los que vivimos acá, los que vienen de otras comunas a trabajar acá, los que vienen de otros países a visitarnos. Ahí conviven estudiantes, trabajadores, comerciantes, niños, jóvenes, adultos. Invertir en el plan de la ciudad es invertir en mejorar la calidad de vida de todos, de los porteños y de los que vienen para acá. En ese sentido, no es necesraio elegir entre barrio Puerto o Almendral, hay que avanzar en los dos frentes. Venimos esperando estas inversiones hace 20 años, no hace dos, y creo que la apuesta de recuperar Barón y la avenida Argentina va a ser un impulso muy importante, junto con las modificaciones del Plan Regulador Comunal que se hagan, para volver a repoblar ese barrio, que debiera estar destinado a reactivarse, tanto para oficinas, departamentos de vivienda y comercio, para no seguir perdiendo población en Valparaíso. En el caso del barrio Puerto, al ser un sector mucho más acotado, que tiene mayores limitaciones, creo que el rol del Estado en sus inversiones es mucho mayor. Esperemos que pueda avanzar con éxito el edificio donde está el Liberty, por parte de la Municipalidad; esperamos que podamos avanzar con el proyecto del Mercado Puerto, que tuvo un diseño inconcluso, a mi juicio mal planteado; que se retome el edificio de Neurociencia y que eso pueda ser parte de una estrategia de un barrio más focalizado por sus características de Sitio de Patrimonio Mundial.
-Se cayó el proyecto de restauración del Subercaseaux por parte de EPV y ahora hay interés del grupo Zulueta, lo que da a entender que sería un centro comercial. ¿Qué le parece esa posibilidad?
-Partamos primero porque el Ministerio de Vivienda tomó la decisión de estar en ese terreno y se fue. Un poco más allá, Aduana tomó la decisión de instalarse también con su nuevo edificio en ese lugar, y se arrepintió. Ahora el puerto había tomado la decisión de estar en ese lugar y también se arrepintió. Creo que hay un primer llamado de atención al Estado y al sector público, a su real compromiso como conjunto, para tener apuestas consistentes de reactivación de la ciudad, y en ese sentido, como institución, como Centro de Neurociencia, nos sentimos bastante solos cuando vemos que las otras instituciones públicas desisten de estar en un barrio que es necesario reconvertir. Dicho eso, personalmente no me genera ni un problema que ese edificio sea comercial, incluso, eventualmente podría ser hasta mejor eso que las oficinas de EPV. Algún historiador me podrá corregir, pero si no es la primera, la calle Serrano fue una de las primeras calles comerciales de Chile, y se necesita mantener la vocación comercial que tiene, porque es también lo que puede generar empleo en el lugar. La calidad del proyecto deberá ser resguardada por quienes corresponda, que en este caso son la Municipalidad de Valparaíso, el Ministerio de Vivienda y el Consejo de Monumentos Nacionales, que deberán resguardar que sea un diseño de mucha calidad, que preserve la memoria histórica del lugar y que pueda integrarse adecuadamente al sector. Si un edificio de Neurociencia, con todas las complejidades técnicas que eso puede tener, con sus laboratorios logró hacerlo, ¿por qué no poder exigirle lo mismo a un edificio comercial?
"No me genera ni un problema que el Subercaseaux sea comercial, incluso, eventualmente podría ser hasta mejor eso que las oficinas de EPV"
"Es verdad que tiene impactos positivos el desarrollo portuario, por supuesto que sí, pero lo que omite la Ministra de Transportes y el presidente de EPV es que eso también genera impactos negativos muy relevantes en la plusvalía del sector que queda detrás del puerto"
"Cualquier proceso que se haga, continuando el del T2 o un proyecto nuevo, requiere también una etapa de reflexión y de autocrítica de lo hecho hasta ahora"
"¿Se hizo una modelación respecto al impacto que van a tener las marejadas en este proyecto (Terminal 2)? Creo que es el momento de hacer este tipo de estudios"