Muelle para cruceros I
Sin duda, es una mala noticia para Valparaíso saber que, por el momento, no es factible la construcción de un muelle exclusivo para cruceros. La Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) ha hecho ver que los estudios de oferta y demanda no hacen económicamente viable la construcción de tal muelle.
Anuncia, eso sí, una futura Evaluación Social del proyecto, lo que significa considerar otros beneficios más allá de los meramente económicos. Quizás entonces se podrá analizar una eventual rentabilidad pensando en un muelle mixto para carga y pasajeros. Por el momento, EPV se centrará en sacar adelante el retrasado Terminal N° 2, lo que sin duda contribuirá a mejorar la disponibilidad de sitios de atraque para cruceros.
En el intertanto, las autoridades locales deberán buscar otras maneras de atraer a los cruceros, sin que necesariamente se exija que otros asuman esa responsabilidad. Por ejemplo, presentar una ciudad más limpia, sin grafitis, con menos comercio informal y más segura. Tampoco vendría mal una recuperación de la alicaída Plaza Sotomayor, centro neurálgico del turismo porteño.
Miguel Á. Vergara Villalobos Presidente Liga Marítima de Chile
Muelle para cruceros II
El no al muelle exclusivo de cruceros nos muestra la vieja y única cara de la EPV: promesas incumplidas, proyectos fracasados. Hace un par de años, cuando los portuarios de TPS bloquearon la llegada de un crucero, lo que gatilló la fuga de éstos a San Antonio, la EPV se comprometió con Valparaíso a un muelle exclusivo de cruceros operativo (y no a un informe de si era viable o no) para el 2020 y lo hizo ante toda la ciudad en un compromiso que firmaron junto al alcalde, los trabajadores portuarios, los concesionarios de TPS, TCVAL y del VTP y representantes del gremio de turismo local.
Luego EPV fue a la Feria Internacional de turismo de cruceros Seatrade, en EE.UU., prometiendo lo mismo. Hoy nos confirman que nada era cierto. Amparados en el humo de un T2, lo único que está haciendo EPV con proyectos que no existen es frenar el desarrollo portuario, turístico y comercial de Valparaíso, riéndose de los porteños, de sus autoridades y gremios y poniendo en riesgo nuevamente a los cruceros.
Prioritario es que quienes firmaron ese acuerdo, lo hagan cumplir y como mínimo, que la EPV comprometa a los concesionarios a priorizar la recalada de cruceros en sus terminales mientras el muelle exclusivo no sea una realidad. Cuando los porteños reclaman por los rayados, ambulantes, inseguridad y la vulnerabilidad y más encima se les inculpa porque le piden todo al Estado, bueno ya saben adónde hay que mirar: a la EPV, la empresa del Estado que funciona como empresa privada, a cargo del filete de la ciudad como es su borde costero, lugar de la riqueza histórica y del futuro de Valparaíso. Y ahí está el alambre de púas, símbolo penitenciario del Valparaíso sitiado, alejado y separado de su riqueza que es el mar.
Los cruceros y el propio puerto por si solos no son la salvación de Valparaíso, pero la decisión de EPV de cerrar las puertas a un muelle exclusivo son el símbolo de su descaro con la ciudad y un fiel retrato del centralismo del Estado, sus ministros de transportes y sus distintos gobernantes.
La única culpa de los porteños es no tener el orgullo ni el arrojo para defender los que a todos nos pertenece: el mar para Valparaíso.
Gonzalo Ilabaca Astorga
Prudencia
Recientemente hemos sabido que no a todos los diplomáticos chinos les enseñan la virtud de la prudencia. Hay uno de ellos que, por no ser prudente, le salió el tiro por la culata y aprendió que por la boca muere el pez. Lo interesante es que a pesar de todo lo anterior, persiste en ser imprudente y en demostrar falta de tacto, tino y criterio.
Si quedamos espantados con las instrucciones de Mike Pompeo, la versión china está resultando ser más sorprendente y compleja. No sólo nos está impactando en lo económico la guerra comercial, sino también en lo político y lo diplomático, y quizás más temprano que tarde, tendremos que aprender a navegar estas aguas tormentosas.
Richard Kouyoumdjian Inglis
Tren
El que se precie de conocer el tema ferroviario sabe que un tren rápido circulando entre dos puntos determinados (Santiago-Valparaíso), sólo será rentable si el número de habitantes entre estas dos ciudades permite que los trenes vayan repletos de pasajeros. El proyecto que chile necesita es un tren normal (120 km/h), transportando gente de día y carga de noche. Por algo China Railway Group se retiró del tema y ahora Acciona, firma española, desea continuar el tema del tren rápido, que actualmente no tiene futuro alguno. La Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), dirigida por alguien que sepa del tema ferroviario, está capacitada para llevar a cabo la solución del tren normal en un tiempo prudente, con equipos fabricados en el país y mano de obra nacional. Se lo dice un ferretero, fiel al riel.
Renato Norero Valenzuela