Pareja se salvó solo porque no estaban en su habitación cuando un tronco atravesó la pieza
Emergencia. Los diversos damnificados relataron cómo perdieron todo y reiteraron llamado a Esval para que responda.
La pieza que arrendaba junto a su pareja en el Hotel Valparaíso está enterrada por metros de lodo. Está parado en un monte de tierra, donde antes estaba su cama. El techo y la muralla están destruidos, pero lo que más impacta es un largo tronco que atraviesa a todo lo largo la habitación. Eduardo Naranjo reconoce que se salvaron de milagro, ya que justo el día anterior habían ido a una fiesta de cumpleaños y no volvieron a su residencia. Su voz es calma, pero sus ojos muestran que está alerta, como no dando crédito a todo lo que pasó tras la explosión de la matriz de Esval en el cerro Ramaditas. Perdió todo y está preocupado por su futuro.
"Los escombros hubieran caído sobre nosotros y no hay escapatoria, nos pilla el barro y todo junto, eso es lo más impactante", cuenta Eduardo, quien tuvo que conseguirse ropa con un familiar ya que se quedó con lo puesto.
Sobre lo material, dice que perdieron un computador, una tablet, ropa y documentación laboral valiosa, entre otras cosas. "De Esval me gustaría que se ponga los pantalones y responda, porque ya se había informado de varios problemas".
Indignado
Por la misma calle Santa Elena, una cuadra más abajo del hotel, un vecino escucha atento las declaraciones que hacen las autoridades y no se muestra muy convencido con los anuncios de sanciones a la empresa y de las soluciones para los afectados. Es que simplemente para Edgardo Dinamarca el daño al barrio no será bien compensado por Esval.
"Aquí la Superintendencia cuando logra pasarles una multa, que es insignificante, más encima la apelan; y a los usuarios de estas grandes empresas normalmente tiene que hacerles un juicio. Al principio son puras buenas palabras, que van a reponer, que van a hacer todo, pero después empiezan a tirar para la cola, y una persona que ha perdido todo le van a pasar con suerte $ 10 mil".
Dinamarca siente que la suerte de la matriz era la crónica de una muerte anunciada. "La Superintendencia no cumple su función que es supervigilar la mantención del sistema sanitario. Aquí, hace menos de un año tuvimos una misma situación que nos mantuvo sin energía eléctrica, sin agua y sin locomoción".
Los niños
Coincidiendo con el temor de la autoridad sanitaria, una de las vecinas de calle Santa Elena reconoció que hay inquietud por la salud de los más pequeños de su hogar.
La preocupación no está relacionada solo con que se trate de aguas sucias, sino que por la humedad de las casas y la posibilidad de aparición de enfermedades respiratorias.
Así lo hizo ver Ruth Luengo, quien está a cargo de dos menores de edad y tiene de visita a una niña. Tras la tensión que vivió el día de la emergencia, 24 horas después siente que "hoy (ayer) es peor, porque ya tengo a los niños como congestionados, hay mucha humedad dentro de la casa, está todo mojado", y en la parte posterior de la casa "había una piscina de agua servida, que la tuvimos que sacar con baldes".
Otra habitante del barrio reconoce que siguen choqueados y que no es fácil ver la escena de destrucción que dejó el aluvión en el sector de Costa. Nelly Aguilera recuerda que "esto se sintió como una explosión, y la gente gritaba".
Y si bien en su casa solo entró un poco de agua, valora la solidaridad de los vecinos que salieron a socorrer a los más afectados.
"Vinimos a ayudar. Mi hija estudia enfermería en la universidad y vino a ayudar, a ver si había alguien herido, y se hizo presente para ayudar a la gente porque esto era una catástrofe". Sobre su estado de ánimo el día después de la explosión de la matriz, reconoce que "me da una pena terrible ver la calle así, en estas condiciones. Esval debería hacer una mantención de matrices".
SERNAC
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) ofició ayer a la empresa Esval luego de que aproximadamente 15 mil clientes quedaran sin suministro de agua potable producto de la rotura de la matriz.
El director regional (s) del organismo, Nicolás Corvalán, expuso que si producto de la investigación que realice la Superintendencia de Servicios Sanitarios se determina que hubo falla en el deber de profesionalidad al momento de prestar el servicio y no se tomaron las medidas adecuadas en forma oportuna para mitigar los daños a los clientes productos de las interrupciones, la Ley del Consumidor faculta a su institución a solicitar a la empresa sanitaria compensaciones adecuadas para los consumidores afectados.
"Hoy es peor, porque ya tengo a los niños como congestionados, hay mucha humedad dentro de la casa, está todo mojado"
Ruth Luengo Vecina de Santa Elena
"Me da una pena terrible ver la calle así, en estas condiciones. Esval debería hacer una mantención de sus matrices"
Nelly Aguilera Vecina de Ramaditas
"Al principio son puras buenas palabras, que van a reponer, que van a hacer todo, pero después empiezan a tirar para la cola"
Edgardo Dinamarca Vecino de Santa Elena