Una vez más Valparaíso vuelve ubicarse en la cima de algunos hitos en el desarrollo de la medicina en nuestro país, esta vez con la puesta en servicio de la más moderna tecnología para las intervenciones quirúrgicas y tratamientos en neurocirugía del cerebro y la columna vertebral.
El tradicional hospital Carlos van Buren de Valparaíso, el primer del establecimiento de la ciudad que nació con el nombre de San Juan de Dios, acaba de adquirir un neuronavegador Brainlab y un microscopio Pentero 900, que son equipos de última generación mundial, y que coloca a este establecimiento como líder en el país en esta especialidad y a la par de los más adelantados centros de Europa y Estados Unidos, permitiendo realizar intervenciones más seguras y en puntos previamente pesquisados, que anteriormente costaba mucho precisar el sitio preciso de estas delicadas cirugías especialmente en el cerebro.
Como decíamos, Valparaíso ha sido pionero en muchas especialidades médicas, como el recordado primer transplante de corazón en Chile, el 28 de junio de 1968, en el Hospital Naval de Valparaíso; la primera operación de apendicitis por médicos del Hospital Alemán, en mayo de 1894; la primera hibernación artificial por médicos anestesiólogos del Hospital del Viña del Mar y del mismo Van Buren; y la primera hemodiálisis realizada en provincia en 1960, en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Deformes, entre otras.
En la línea de la innovación y de incorporar tecnologías de punta, señalada por estos logros en el pasado, se inscribe ahora, haber concluido con éxito la adquisición de estos equipos, con un costo de 750 millones de pesos, por el Servicio de Neurocirugía del Van Buren, que encabeza el doctor Leonidas Quintana, quien ha informado que las intervenciones se iniciaron en mayo pasado, todas con éxito, precisando que permiten efectuar cirugías más seguras y precisas en la mayoría de los pacientes con problemas cerebrales como tumores, hematomas, cavernomas, abcesos, hidrocefalias y parasitosis y también de la columna vertebral.
El subjefe del servicio, doctor Patricio Yokota, explicó que antes de contar con estos equipos, el médico se encontraba con un extenso mar, donde se miraba la superficie sin saber que había abajo, lo que dificultaba hallar, por ejemplo, un tumor.