El histórico testimonio que vuelve a su autor 60 años después
ANDINISMO. A principios de los '50, Eugenio Carramiñana enterró un papel en la cima del cerro Cach. Ayer sus descubridores se lo devolvieron.
El cerro Cach Valparaíso tiene cerca de 4.500 metros de altitud y, la verdad sea dicha, no es un destino muy apetecido por los montañistas actuales. Pero en la década de los "50 existía una pequeña "fiebre" entre los excursionistas por lograr el primer ascenso en distintos lugares y eso fue lo que motivó a Eugenio Carramiñana, Orlando Pérez y Juan Figueroa a buscar la cumbre de este macizo. Lo lograron, dejando un testimonio en la cumbre que recién sería descubierto cerca de 60 años después.
Ayer, en el emporio Santo Domingo de Playa Ancha, se produjo el histórico encuentro entre Carramiñana, de 84 años de edad y único sobreviviente de esa primera expedición, y los integrantes del Club de Montaña Los Andes que encontraron los recuerdos de aquella jornada que lamentablemente no tiene una fecha exacta: pudo ser entre 1951 o 1954.
Pedro Campos era parte del grupo que subió el Cach en noviembre de 2011, encontrando enterrado en la cumbre algo que le llamó la atención. "Me puse a escarbar y apareció una cajetilla de Liberty. Me llamó la atención porque yo sabía que hacía muchos años que se habían dejado de producir esos cigarros. Adentro venía una hoja escrita donde don Eugenio y sus compañeros contaban cómo habían llegado a la cima, bautizando el cerro con las iniciales del Club Andino de Chile", cuenta el andinista.
Si bien ya han pasado casi dos años de ese descubrimiento, el encuentro con Carramiñana recién se concretó ayer. "Tengo una tía con el mismo apellido y le pregunté si lo conocía, me respondió que tenía un tío con ese nombre al que no veía hace mucho tiempo. Lo buscamos por internet, nos apareció su nombre relacionado con el teatro Mauri (fue su dueño) y así dimos con él", agrega Francisco Medina, quien también estuvo presente en la cita junto a Marcos Segovia y otros integrantes del club.
"Al principio don Eugenio no nos pescó mucho, pero como había este vínculo familiar entendió que esto era algo serio". La cita se fue posponiendo por distintos motivos, hasta que la reunión en el emporio playanchino cerró el círculo.
un grito para el cerro
El aludido, hijo ilustre de Valparaíso, reconoce que en un primer momento no le tomó el peso al asunto. "Yo jamás he sufrido de "orgasmos protagónicos", así que no pensé que estaba haciendo historia", dice entre risas, recordando que "cuando dejé ese testimonio, al principio me extrañó que nadie lo encontrara, porque además publiqué el tema en algunas revistas de la época. Después el tema se me fue olvidando, además que toda la gente que se dedicaba al andinismo fue desapareciendo. De los que eran famosos han muerto muchos, yo como no era famoso, todavía estoy aquí".
La hoja, arrancada de una libreta de apuntes, luce casi intacta. Los integrantes del club Los Andes creen que el aluminio de la cajetilla la protegió del paso del tiempo. "Además que estaba envuelta en un condón que llevó don Eugenio", bromean. Lejos de enojarse, él responde que "eso solo podría significar dos cosas: que yo usaba muchos o que los usaba muy poco".
Respecto a la fecha en que logró ese primer ascenso, oficialmente la guía Andeshandbook lo sitúa en 1951, aunque Carramiñana duda y cree que puede haber sido en 1954. Como sea, son casi 60 años en que el tesoro estuvo oculto en lo más alto del cerro Cach, en plena cordillera de los Andes.
El también exdirector del diario La Unión de Valparaíso recuerda que en esa época la única motivación de los andinistas era hacer cumbre: "Era una satisfacción enorme mirar el cerro para abajo y gritarle "te cagué conchetumadre"", revela con una tremenda sonrisa en su cara.
Un poco más en serio, dice que "el cerro no era difícil, era desconocido, pero las primeras ascensiones eran muy valorizadas en ese tiempo, le daban más bola que subir al Aconcagüa. Yo también hice una primera ascensión en el cerro Unión con Juan Figueroa".
aventureros
Los visitantes saben que están frente a una leyenda del andinismo y toman nota de cada una de sus palabras, que además quedan grabadas en video. El anfitrión no tiene problemas para evocar sus historias de montañismo en el sector de Portillo, saciando el hambre de conocimientos y anécdotas de los representantes del club andino.
"En esta época ya no hay andinistas aventureros como ellos, que iban y subían cerros que nadie más hubiese subido. Había una "fiebre" por bautizar cerros y hasta venía gente del extranjero, pero ahora las cosas no son así", le dice Pedro Campos. Y él asiente feliz.
Descubrimiento por casualidad
Pedro Campos cuenta que cuando descubrió el testimonio de Carramiñana, él junto a cuatro compañeros del club Los Andes pensaban que estaban subiendo el cerro Halcón Alto. "Al menos así figuraba en las guías, así que el testimonio de don Eugenio sirvió para corregir ese error", señala. "Nosotros queremos dejar constancia de que él y sus compañeros fueron los primeros en llegar a la cumbre", acota Francisco Medina. Por su parte, el exandinista agrega que "yo me había olvidado de esta historia, pero es muy bonita, ningún otro cerro en el mundo debe tener una historia así".
Eugenio Carramiñana
Exandinista porteño
"No les di mucha bola al principio"
Cuenta Carramiñana que esa ascensión debe haber sido en 1954 "porque en esa época conocí a mi polola, me fui a Europa en 1956, me casé y tuve cinco hijos tan malacostumbrados que comían todos los días los muy patudos... así que me olvidé del andinismo". Sobre el encuentro con la gente del Club Los Andes, acepta que "al principio no les di mucha bola, aparte que yo ya ni nombraba que había hecho esa cumbre porque el testimonio no aparecía. Pero después vi a mi hijo tan emocionado con el tema que pensé: "Debe ser verdad"".