Preocupación por el término de fuentes laborales y molestia entre los usuarios ha generado el paulatino cierre de los centros de pago en toda la región. Las tradicionales oficinas de Viña del Mar atenderán hasta este lunes, mientras que en Valparaíso ya se dejó de atender en calle Blanco, mientras que la sucursal de calle San Ignacio prestará funciones solo hasta noviembre.

En la Ciudad Jardín, al menos cinco cajeras y personal de atención al cliente no continuarán en sus funciones, los cuales tienen relación contractual con la empresa externa Inco Servicios, que efectúa dicha labor a la sanitaria. Personal de aseo y seguridad también está en la incertidumbre con respecto a su futuro laboral en las dependencias de calle 1 Norte con 4 Poniente.

Los clientes de Esval y habituales usuarios de las oficinas no escondieron su molestia con la determinación, ya que desde octubre deberán cancelar sus cuentas a través de bancos, Sencillito o Servipag.

Igual situación ha ocurrido con los centros de pago de Villa Alemana, Limache, Quilpué y Quillota. El subgerente zonal de Esval, Andrés Nazer, detalló que "el objetivo de este nuevo modelo de atención es optimizar el servicio. Se trata de una iniciativa que amplía y diversifica los centros de pago -a través de canales externos-, de tal forma de ofrecer múltiples alternativas que permitan a nuestros clientes ahorrar tiempos de traslado y atención".

El sistema se ha implementado en 17 ciudades, mientras que las oficinas comerciales se mantendrán abiertas.