"El sistema penal humano tiene ese riesgo... que queden culpables en la calle, e inocentes presos"
Este lunes será el último día como defensor regional de Valparaíso para Eduardo Morales, quien tras diez años al mando entregará el cargo al nuevo jefe regional de la Defensoría Penal Pública, Claudio Pérez, quien por estos días lo reemplaza en su período de vacaciones.
El año 2001 Eduardo Morales fue nombrado defensor regional en Atacama y el 2003 se trasladó a Valparaíso tras ser designado como titular para esta zona. Fue encargado de instalar la Defensoría Penal Pública en esta región y poner en marcha el nuevo sistema procesal penal.
-¿Qué balance hace tras 10 años?
- Mi trabajo en la Defensoría ha sido extraordinario. Como defensor regional desde el 2001 en Copiapó y luego el 2003 en Valparaíso, haber visto la implementación de la Reforma en todo el país y la construcción, crecimiento y desarrollo de la Defensoría Penal Pública es una experiencia extraordinaria.
El trabajo en la Defensoría planteó desafíos maravillosos y entretenidos que se tradujeron en cosas difíciles de explicar, pero que hay que decirlas. La Defensoría Penal no existía. No existía la idea de que el Estado proporcionara un abogado para la defensa de las personas que se veían imputadas y no tenían abogados. Se creó y junto con crearse surgieron desafíos como por ejemplo, cómo poder llevar carteras de defensas penales masivas.
Hasta ese momento los abogados penalistas llevaban pocas causas, 4 a 5 causas en forma paralela. Hoy los abogados en la región llevan 600 a 700 causas durante el año y más de 100 en paralelo. La incorporación de la gestión, de la ingeniería al ejercicio penal ha sido una de las labores apasionantes.
-¿Conforme con los resultados?
- En esta región hemos hecho una defensa exitosa con indicadores extraordinariamente buenos. Se creó una mística y un sentido de pertenencia entre todos los abogados públicos y privados. Me quedo con un sentimiento de satisfacción y mucha gratitud".
-Siendo defensor regional desde el inicio del sistema, ¿cuáles son a su juicio los temas pendientes?
- El sistema de justicia penal y la Defensoría son construcciones humanas y siempre perfectibles. Por lo tanto, la defensoría enfrenta el desafío de mejorar la capacidad de gestión. A la capacidad técnica del abogado, los profesionales e idoneidad de los profesionales que tienen que estar constantemente perfeccionándose, hay que agregar elementos de gestión que faciliten esa labor de prestar defensa de calidad a miles de personas. Eso no es fácil y cada día presenta nuevas demandas.
La Defensoría se está haciendo cargo del proyecto "Inocentes". Esta iniciativa analiza aquellos casos de personas declaradas inocentes, pero que estuvieron privados de libertad, y pretende establecer por qué ocurrió eso. Se está analizando o discutiendo cuáles son los errores del sistema que pueden llevar a que haya personas presas, que no han cometido delito.
Todo el sistema penal humano tiene ese riesgo... que queden culpables en la calle e inocentes presos y hay que minimizarlo e inclinarlo porque es mejor que haya un culpable en la calle que un inocente preso.
-¿Cómo se puede mejorar?
- Tenemos que mejorar los sistemas de reconocimiento ocular y de control de testimonios porque se cometen muchos errores. O se miente mucho o se cometen muchos errores. Los informes periciales tienen poco control. Si tenemos políticas tendientes a endurecer las penas, a aumentar la prisión preventiva, tenemos que tener sistemas de control aún más eficientes. Éste es un desafío importante que está enfrentando la Defensoría.
-Usted dio a conocer las falencias que observó. ¿Cómo ve hoy las condiciones de los menores vinculados al Sistema Procesal?
- El sistema penitenciario en general es de muy mala calidad. En Chile ha mejorado el procedimiento penal, se está trabajando en la elaboración de un nuevo Código Penal para tener uno moderno, pero lo que está muy atrás es la ejecución. El cumplimiento de las penas en el caso de los adultos está abandonado a un mero reglamento; y en el de los adolescentes a las deficiencias del Servicio Nacional de Menores.
Creo que han habido avances en el caso de los adolescentes, pero no son los sustanciales. Nuestros niños son lo más valioso que tenemos como país y deberíamos estar dispuesto a destinar a ellos mayor cantidad de recursos.
-¿Al dejar el cargo se irá al ámbito público o privado?
- En este momento no descarto nada. Sí puedo decir que siempre he ejercido una actividad pública, incluso desde una oficina particular. Yo fui intendente de la región de Atacama durante 6 años en el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle. No sé lo que venga para adelante, sí sé mis fortalezas: una fue haberme desempeñado como intendente y otra haber sido Defensor Regional e instalar la Reforma en Valparaíso.
-¿Un futuro político en la región?
- Si se refiere a postular a algún cargo político o público, no lo tengo bajo ninguna circunstancia pensado ni previsto. Durante los años en la Defensoría Penal yo me auto limité. No existe prohibición legal para defensores de participación en actividad política. Yo consideré que como la Defensoría tiene la obligación de prestar defensa a toda persona que lo requiera, estimé que el defensor no podía abanderizarse para poder dar garantías a todos.
¿Qué caso fue el que más le impactó siendo Defensor en la zona?
- Hubo muchos casos complejos. Hubo muchos que me impactaron, algunos desde el punto de vista humano como el de la pequeña Francisca Silva, la niña que fue arrojada al mar.
¿Tras conocer el caso del triple homicidio de Peñablanca, a su juicio (Pablo Aravena) es culpable o inocente ?
- Habiendo visto los antecedentes, tengo la impresión de que es inocente de este crimen. Este caso nos lleva a otro tema que me parece que requiere perfeccionamiento. De acuerdo con los requisitos del sistema procesal penal, no deberíamos condenar a nadie a menos que no haya una duda razonable sobre su responsabilidad. Cómo es posible que se castigue a personas cuando en un tribunal de 3 jueces 2 están por condenar y 1 por absolver. Si hay un juez que está por dictar sentencia absolutoria, hay duda razonable y debería ser absuelto. En este caso de Villa Alemana cómo es posible que un tribunal de 3 jueces lo absolvió y luego otro lo condenó. Esos son problemas estructurales del sistema que hay que cambiar y particularmente si vamos a seguir endureciendo las penas.
"Hubo muchos casos complejos. Hubo muchos que me impactaron, algunos desde el punto de vista humano como el de la pequeña Francisca Silva".
"Yo tengo mi inclinación política. Fui intendente de un Gobierno de la Concertación y hoy, sin lugar a duda, estoy entusiasmado con la Nueva Mayoría y probablemente voy a desarrollar actividades de las cuales me inhibía"