Pese a las restricciones carnaval de los Mil Tambores tuvo masiva afluencia de público
valparaíso. Carabineros cifró en 5 mil los asistentes al pasacalle, entre participantes de batucadas y espectadores.
El frío casi invernal y los recursos legales interpuestos por las autoridades de la ciudad no fueron impedimento para que ayer se desarrollara en Valparaíso la decimoquinta versión del carnaval "Mil Tambores". Aunque el evento se realizó solo durante un día y con un recorrido acotado por avenida Altamirano hasta la playa Las Torpederas, cerca de 5 mil personas participaron en el evento. Carabineros estimó que 1.500 eran los integrantes del espectáculo del pasacalles, pertenecientes a cerca de 35 agrupaciones y comparsas, provenientes de distintos puntos del país.
Las delegaciones de jóvenes llegaron durante el fin de semana a la ciudad, por lo que Carabineros extremó las medidas de seguridad para que no se registraran episodios de violencia o desmanes como los ocurridos en versiones anteriores y que motivaron a las autoridades a solicitar que no se realizara el tradicional evento.
Durante la mañana de ayer, numerosas carpas amanecieron en la playa Las Torpederas, donde se congregaron los festejos de quienes hicieron "la previa" al carnaval. Algunos incidentes menores derivados de la ingesta alcohólica, como la violenta golpiza de la que fue objeto un joven batuquero, se registraron antes del desfile, que tuvo un ambiente festivo y de gran participación ciudadana, donde abundaron las familias.
cuerpos pintados
Los cuerpos pintados y el desfile de batucadas fueron los aspectos más llamativos del evento, que congregó a cientos de espectadores y visitantes a lo largo de la avenida Altamirano.
Santiago Aguilar, director del Carnaval Mil Tambores, comentó que una de las principales preocupaciones fue recolectar la basura generada en actividades que estaban fuera del programa oficial.
Las trabas legales que precedieron a este evento cultural, las calificó como "medidas prohibitivas, donde hubo escaso interés de las autoridades para realizar el evento de mejor manera. Nosotros nos hacemos responsables de la actividad convocada, que es un pasacalles desde Playa San Mateo hasta la subida Carvallo".
Aguilar sostuvo que se realizó una intensa campaña "para que la gente no se concentrara en la plaza Aníbal Pinto y subida Cumming para hacer fiesta y tocar tambores, y así colaborar en lo que es el orden público".
La organización enfatizó que los mismos integrantes de las comparsas y batucadas trabajaron en la recolección de basura y en el aseo del sector, sin embargo el llamado fue al Municipio para prestar un mayor apoyo en esta actividad masiva.
"Las familias del puerto y los turistas se acercaron en forma importante. Este es un proyecto cultural de organizaciones comunitarias de todo Chile, en su gran mayoría niños y jóvenes", declaró el director de teatro y gestor cultural respecto al objetivo del evento.
"Imposible controlar la ingesta de alcohol"
Una de las críticas que cuestionó la autorización del evento fue los excesos que se registraban durante las jornadas de carnaval. Al respecto, Santiago Aguilar respondió que "es imposible controlar la ingesta de alcohol o de otras sustancias, los problemas de alcoholismo que tiene este país corresponden a una política de salud pública que debe abordar el Estado de Chile con seriedad. Lo que hacemos es organizar actividades con jóvenes y niños". Durante el evento se observó la presencia de numerosos ambulantes, que ofrecían cerveza y alcohol al público, sin mayor fiscalización.