Dos astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) salieron ayer al espacio abierto para reparar un sistema de refrigeración del puesto orbital cuya avería fue reportada por la NASA el pasado 13 de diciembre.
La salida, transmitida en directo por la agencia estadounidense, empezó a las 12.01 GMT de ayer.
Estaba previsto que los trabajos extravehiculares se prolongaran por más de seis horas. En ellos, el italiano Rick Mastracchio y el estadounidense Michael Hopkins tenían como misión preparar para su desmantelamiento una bomba externa que registró una temperatura anómala.
Mientras, el japonés Koichi Watkata ayudó a sus colegas con un brazo manipulador, según un portavoz de la NASA en Moscú, citado por agencias locales.
Los especialistas de la NASA no descartan una fuga de amoniaco como consecuencia del reemplazo de la bomba, algo que ya había ocurrido en anteriores circunstancias semejantes. De ser así, los astronautas tendrán que ser sometidos a una limpieza especial antes de entrar en el módulo de la estación.
La avería reportada por la agencia espacial estadounidense no ha tenido graves consecuencias en el funcionamiento de la EEI de momento, según dijeron algunos de los participantes en la misión.
Sin embargo, obligó a postergar hasta mediados del enero el lanzamiento del carguero Cygnus de la empresa Orbital Science, que fue previsto para esta semana.
La siguiente salida para instalar una nueva bomba está programada para mañana y en caso de que no se resuelva la falla, habrá un tercer intento el próximo miércoles.
Además de Mastracchio, Watkata y Hopkins la tripulación actual de la EEI la integran los rusos Oleg Kotov, con el rango de comandante, Mikail Tyurin y Sergey Ryazanskiy.
La Estación Espacial Internacional, también conocida como la Estación Orbital Internacional, es un centro de investigación en la órbita terrestre, cuya administración, gestión y desarrollo está a cargo de la cooperación internacional.
El proyecto funciona como una estación espacial permanentemente tripulada, en la que rotan equipos de astronautas e investigadores de las cinco agencias del espacio participantes: la NASA, la Agencia Espacial Federal Rusa, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Está considerada como uno de los logros más grandes de la ingeniería.
La Agencia Espacial Brasileña participa a través de un contrato separado con la NASA.
De manera similar, la Agencia Espacial Italiana tiene contratos separados para las varias actividades no hechas en el marco de los trabajos de la ESA en la ISS (donde participa Italia también completamente).
De muchas maneras, la EEI representa una fusión de las estaciones espaciales previamente previstas: la Mir-2 de Rusia, la estación espacial estadounidense Freedom, el previsto módulo europeo Columbus y el JEM (Módulo Japonés de Experimentos).
Los primeros planes de montar una gran estación internacional se remontan a los años 80. En ese entonces, la estación se planificó también bajo el nombre Alpha.
La EEI está en construcción desde 1998 y en el presente es el objeto artificial más grande en la órbita terrestre. Completa una vuelta aproximadamente cada 91 minutos y se encuentra a unos 400 km de altura (datos de junio de 2012), aunque su altura real puede variar en varios kilómetros debido a la fricción atmosférica y a las repetidas propulsiones.
La estación ya alcanza dimensiones aproximadas de unos 110 por 100 metros, con una gran superficie habitable. Según los planes, debería mantenerse en operaciones por lo menos hasta el año 2020.
Presencia humana permanente
Gracias a la EEI, hay presencia humana permanente en el espacio, pues ha habido siempre por lo menos dos personas a bordo de la estación desde que el primer equipo permanente entrara en 2000. La estación se mantiene principalmente por las lanzaderas rusas Soyuz y la nave espacial Progress; y anteriormente gracias a los Space Shuttle norteamericanos, que operaron hasta 2011, puesto que después el programa de transbordadores de EE.UU. fue cancelado por sus altos costos.