Malvina Contreras hacía dedo en la ruta 5 cuando de sopetón vivió un milagro. El gerente de proyectos de GNL Quintero, Guillermo Bollati, viajaba por esa vía, rumbo a Santiago, cuando se encontró con esta mujer a un costado del camino. "La llevo", le dijo este ciudadano argentino que reside hoy en Concón. Desde el momento que ella se sube al vehículo, su vida cambia radicalmente.
Quien cuenta la historia es Javier Espinoza, inspector técnico de GNL Quinteros y colega de Bollati. "Durante el viaje se pusieron a conversar. Hablaron del país, de lo que cuesta ganarse un espacio en el país y de otras cosas. La señora Malvina vive en Rungue, cerca de Tiltil. Allí Guillermo conoció las precarias condiciones que vive ella. Tiene una hija y cinco nietos y viven todos en una casita muy malograda. Una chozita que ambas armaron para guarecerse. Entonces Guillermo le pregunta a ella qué le gustaría que le trajera el Viejito Pascuero para Navidad. Entonces Malvina responde: Un baño".
solidaridad
Una vez de regreso, Bollati cita a todas las personas que trabajan con él y les cuenta la historia y los conmina a que lo ayuden a construir una casa para Malvina y su familia. "Así fue que empezamos a reunir dinero, más la colaboración de proveedores de la empresa, que se pusieron con las herramientas, con el material de edificación, con los andamios... Yo como constructor diseñé los planos y dirigí las obras. Hoy la casa está parada, solo faltan detalles para que Malvina viva una casa digna", explica Javier Espinoza, destacando el corazón solidario de quien él llama "su jefe".
"Partimos con las obras a principio de diciembre y el sábado montamos los tijerales. La casa está estructuralmente terminada", narra.
Agrega que "Malvina se enteró hace poco que le estábamos construyendo una casa. Se puso a llorar junto a su hija. Además Guillermo le consiguió trabajo en el centro de colaciones Sodexo de la empresa Cristalerías Chile".
Espinoza aclara que mientras se construía la casa de uno de los protagonistas de esta historia, "ella y su familia se fueron a vivir a una residencia que les consiguió Bollati. Durante este tiempo no solo conseguimos construirle una casa a Malvina. Ha llegado mucha gente con deseos de colaborar, así fue que nos han traído muebles, electrodomésticos... O sea, Malvina no solo tendrá una casa sino también una casa equipada".
La nueva morada de Malvina Contreras tiene 80 metros cuadrados de construcción, una cocina, un living comedor amplio y cuatro habitaciones. ¡Ah! Y un baño.
"Ahora ella tendrá una vida digna"
El Diario intentó conocer la versión de esta historia en boca de Malvina Contreras, pero estuvo ayer inublicable. Sin embargo, Javier Espinoza contó que ella "está muy agradecida de nosotros. Pero yo creo que todos los aplausos se los debiera llevar Guillermo Bollati. Es una persona de gran corazón. Gracias a él ahora una chilena tendrá una vida digna. Su anterior morada fue derribada por nuestras máquinas; pero le construimos dignidad. Ella quería un baño. Ahora no solo tiene un baño sino que una casa".