"Comencé como vendedor ambulante"
Daniel Gómez partió como vendedor ambulante. Recorría las oficinas del plan de Valparaíso ofreciendo comida a los trabajadores, aunque de eso ya pasaron casi tres décadas. Ahora, a sus 58 años, puede decir que a punta de esfuerzo tiene dos restaurantes en la calle O"Higgins que considera como hijos.
Al principio, su esposa, Carmen Parraguez, que atiende la caja del local "Nektari", se excusa y advierte que su esposo no podrá responder preguntas porque "está haciendo empanadas, súper ocupado". Finalmente, Daniel Gómez aparece, se limpia los brazos empolvados en harina y cuenta cómo nacieron sus locales, donde todo está hecho "como en casa".
- ¿Cómo parte su historia en el puerto?
- Nací en Iquique, pero me vine a los 5 años para acá, como en el 60. Y me quedé en Valparaíso. En el colegio estuve en una escuela de Casablanca, terminé cuarto medio en la escuela Industrial y luego hice el servicio militar. Me casé acá, así que tuve que trabajar para ponerle a la olla y no he parado.
- ¿Cómo se introdujo al mundo de los comerciantes?
- Fui vendedor ambulante; vendía productos para comer en oficinas, como por el año 1985. Desde allí cultivé la clientela que tengo hasta hoy, porque siempre he tenido buen trato con los clientes. Después decidí tener este local y supimos que nos iba a ir bien porque nuestros productos son buenos.
- ¿Hace cuántos años tiene este local?
- Hace 15 años que estamos acá en el Nektari y el año pasado tuvimos la oportunidad de arrendar un local un poquito más allá, a una cuadra, el "Nektari Plus" y hoy día estamos funcionando gracias a dios y el esfuerzo de una la familia.
- ¿Su familia trabaja con usted?
- Sí, mi esposa, mis dos hijos y mi nieta, que ya tiene 15 años así que puede trabajar y apoyar acá. Mi mujer es mi brazo derecho y me indica qué es lo que hay que hacer, qué nos conviene. Sabemos por nuestro cristianismo que tenemos que apoyar la gente en que coma bien, así que por eso hacemos comida vegetariana.
- El nuevo local le significó una gran inversión. ¿Se tuvo que endeudar?
- Gracias a Dios, no. Lo que conversaba también con mi señora hace unos días, le decía "vieja, este proyecto nuevo y sin deudas". Cero deudas, a costo de hombro y sacrificio y más la ayuda de Dios que nos ha acompañado en esto.
- ¿Piensa seguir expandiendo su negocio?
- Tengo un proyecto con mi hija, un proyecto para más adelante, y estoy muy entusiasmado. Quiero tener un negocio más, pero sería para este año o el próximo.
- ¿Ha tenido momentos difíciles en su negocio?
- Tuve una crisis cuando recién estaban poniendo las baldosas en la calle. Cerraron esta calle y me tocó estar aquí a mí. Eso fue más o menos en el noventa, no pasaba nadie por acá. Son cosas que de repente pasan, de ahí nunca más con el favor de dios.
- ¿Espera seguir creciendo?
- Yo voy quedando atrás y mis hijos tienen que ir tomando las riendas de este local, porque para ellos es esta cosa y todo el esfuerzo que hice.
"Este nuevo local tiene cero deudas, a costo de hombro y sacrificio y más la ayuda de Dios que nos ha acompañado en esto"