La Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE) ha desarrollado planes de inversión por 1.040 millones de dólares que se proyectan hasta el año 2016, iniciativas relativas al transporte tanto de pasajeros como de carga.
Dentro de esa planificación se contemplan recursos para estudiar el trazado óptimo, las demandas y subsidios que requeriría una vía ferroviaria destinada a unir Valparaíso y Santiago.
Precisando sobre la materia, el presidente de EFE, Joaquín Brahm, señaló que se trata de un proyecto que podría ser licitado al sector privado con un subsidio.
Este anuncio, aun cuando se trata más que nada de un propósito, es una muy buena noticia, pues significa que dentro de los planes de desarrollo de la entidad estatal existe conciencia de la importancia de la interconexión ferroviaria entre la capital y el Gran Valparaíso.
Hay que recordar que el servicio ferroviario de pasajeros fue suspendido en 1986, manteniéndose solo, con bajo movimiento, el flete de carga.
Esta virtual desaparición de un sistema de transporte con casi siglo y medio de existencia tiene variados orígenes. Por un lado está el largo recorrido del tramo ferroviario, 187 kilómetros contra 119 de la carretera. Además, el creciente desarrollo de los servicios de buses y camiones, unido a la masificación del automóvil particular contribuyó a una drástica baja en el uso de los trenes, aquejados por problemas de gestión y falta de renovación de equipos.
Con todo, el concepto de transporte ferroviario sigue vigente por su seguridad, capacidad, uso de vías exclusivas y baja contaminación. Así, la idea de restablecer un sistema de interconexión ferroviaria entre Santiago y Valparaíso tiene validez. Por cierto, se requiere inversión y quizás subsidio en el caso del transporte de pasajeros, subsidio que tiene un sentido de justicia si se consideran las altas inversiones que realiza el Estado en el transporte público de la capital. Además, un sistema ajustado a normas modernas para el movimiento de pasajeros y carga permitiría aliviar la creciente congestión que actualmente afecta, durante todo el año, a la Ruta 68.
Estamos en las puertas de un cambio de gobierno. Ello no debe significar romper la continuidad de iniciativas como la comentada, que significa un paso importante en el mejoramiento de la conectividad entre dos de las regiones de mayor peso económico y poblacional del país.