Ambar Soruco tenía apenas seis años cuando sorprendió a su padre, Manuel. Luego de ingresar a una tienda viñamarina, la niña salió con unos zapatos de fútbol que quería en lugar de que celebraran su cumpleaños.
Hoy, próxima a cumplir los 18, la carrilera derecha que pertenece desde hace tres años a los registros de Everton, fue la única jugadora de la región que integró la Selección sub 20 que participó en el último Sudamericano en Uruguay.
Los resultados de ese combinado nacional no fueron los esperados, pero la experiencia vivida por Soruco la hacen abrigar con más fuerza su siguiente objetivo: jugar en un equipo del extranjero y poder vivir del deporte.
"Teníamos todo para haber ganado, la final debió ser entre nosotras y Brasil, pero nos farreamos el Sudamericano", reconoce, junto con decir que "ya cumplí el sueño de estar en la selección, ahora quiero jugar afuera, hay muchas niñas que ya lo están haciendo".
Una meta que no es nueva, ya que confiesa que bromeando con sus compañeras del colegio Nuestra Señora de La Paz les firmaba autógrafos y decía que algún día iba a destacar, por lo que esas firmas valdrían oro.
Y la oriunda de Achupallas va por buen camino, ya que a los 15 años fue nominada por primera vez a la Roja sub 17 y en el 2011 integró el equipo regional que salió campeón de los Binacionales disputados en San Juan, Argentina, al mando del DT Jaime Zapata.
"por amor al arte"
Con las oro y cielo, donde fue ascendida al primer equipo, la idea es recuperar el protagonismo en el torneo nacional, aunque será complicado ya que habrá una restructuración en el plantel que dirige Mario Vera, apostando por gente de casa y juveniles.
"Hay varios clubes que se están reforzando muy bien, estamos en el grupo con los mejores equipos, pero habrá que tratar de hacer una buena campaña", proyecta.
Pero la sobrina del exvolante evertoniano Juan Soruco ya entiende de desafíos y sacrificios, como los que tuvo que hacer para vestir la camiseta de Chile. "Nosotras hacemos esto por amor al arte, porque nos gusta, no ganamos plata jugando, aunque en la selección nos dan un viático", apunta, recordando que durante el proceso de preparación de la Roja "salía muy temprano en la mañana para estar en Santiago y llegaba bastante tarde a la casa".
"Me tengo fe", agrega de inmediato cuando se le consulta por la opción de llegar al equipo nacional adulto.
Por ahora, el proyecto más próximo de Soruco será trabajar como monitora en la escuela de fútbol de Jorge "Chicho" García que funciona todos los domingos en la mañana en la canchas del complejo de Marcelo Salas en el Sporting.
Con la presencia de la seleccionada nacional se pretende dar un nuevo impulso al ingreso de niñas que desean jugar y no tienen donde hacerlo, tal como le ocurrió a ella misma cuando debía enfrentar a sus hermanos o amigos en improvisadas pichangas.
"Tengo bastante paciencia con los niños y me encantará trabajar con ellas", concluye la lateral que trabajará junto al técnico Luis García.