"No tenía ganas de volver a escribir de Historia y me interesó mucho la depresión"
Después de los éxitos en ventas de "Historia de Chile: 1891-1994. Política, economía, sociedad, cultura, vida privada, episodios" y "¿Quién era Jaime Guzmán?", entre varios otros, lo que se podría esperar de Cristián Gazmuri era otro libro académico o de política. Pero no. El también académico de la Universidad Católica (UC) decidió romper con su estilo ligado a la realidad histórica, y en algunos casos con atisbos de literario, y realizó "13 cuentos prohibidos para depresivos" (RIL Editores), una selección de algunos de los clásicos del siglo XIX y principios del XX "más terribles" en cuanto a sus historias como "El embudo de cuero", de Sir Arthur Conan Doyle; "En la cripta", de H.P. Lovecraft y "El cumpleaños de la infanta", de Oscar Wilde, y que llegará próximamente a las librerías de todo el país .
La idea de Gazmuri es contar a través de estos relatos lo que significa esta enfermedad para él, un depresivo. No es una obra psicoanalítica ni psiquiátrica, sino más bien una catarsis de sus propios miedos y deseos contados por grandes autores, quienes también sufrieron episodios melancólicos hace mucho tiempo. Según el historiador chileno no es apta para depresivos endógenos, pero sí para todos los que quieran saber qué se siente serlo.
-¿Por qué lo escribió?
-Es un gustito que me di.
-¿En qué sentido?
-La verdad es que después de terminar mi último libro de Historia, que fue "Historia de Chile 1891-1994..." no tenía ganas de volver a escribir de eso y me interesó mucho la depresión. No soy psiquiatra, no puedo escribir en términos científicos, pero sí de lo que yo vivo. Estoy cansado de escribir de Historia y este tema me interesa. Si me dediqué a eso es porque cuando era más joven me gustaba más, pero a medida que me he hecho viejo estoy leyendo más Literatura.
-¿Cuál es su inspiración para abordar esta temática?
-Me preocupa el tema de la depresión en el tiempo moderno. Como lo digo en el prólogo, depresión ha existido siempre. Antes a quienes la padecían les llamaban melancólicos, pero en el mundo moderno esta enfermedad está aumentando y eso incluye a Chile. Por lo que he leído y por mi propia experiencia, pues también he tenido bajones, es algo muy necesario de abordar.
-¿Es depresivo?
-¿Yo? Sí. Tengo períodos de depresión, no endógena, pero sí. Sobre todo en invierno en épocas de poca luz y con frío. Pasa mucho en Chile, es algo muy frecuente. El problema es que a medida que se ha ido investigando se han descubierto muchos tipos, como la depresión postparto, la post esto, post lo demás, porque se te muere un pariente, etcétera. La depresión va abarcando una cantidad de situaciones que antes no se consideraban como tal. Hay algunas que son pasajeras y no tan fuertes, pero la enfermedad está aumentando en el mundo moderno y eso creo que tiene que ver con el estrés e incluso con la polución. Lo he leído en algunos autores, pero definitivamente el estrés tiende a generar procesos depresivos. Todos están de acuerdo en eso.
-¿Cree que su obra puede ayudar a quienes tienen esta enfermedad?
-La depresión es una enfermedad maldita que te transforma en un marginal. Yo nunca he dejado de trabajar, pero hay gente que sí y se queda en cama un mes o más pasándolo pésimo. Un ejemplo es el caso de Longueira, él debe haber tenido una depresión grave como para renunciar a una candidatura a Presidente la República. Si estos cuentos pueden ayudar o no, depende de la persona. Tal vez pueden ayudar a alguien a darse cuenta de que no es el único en el mundo, hay muchos, pero puede perjudicarlo por lo terrible de los cuentos. En definitiva la depresión está en muchas personas, incluso no solo en los personajes de los cuentos, sino que también en los autores. Este es un libro de literatura, para nada de autoayuda.
-¿Cómo eligió cada cuento?
-Son cuentos bastante terribles, muy geniales algunos, pero muy terribles. Son historias de autores bien antiguos porque para poner un cuento de alguien que haya escrito hasta 70 años atrás hay que pagar derechos y en general son bastante caros. Y sobre todo porque es muy largo el trámite.
-¿Qué expectativas tiene con este libro?
-Nunca había escrito un libro entero que tenga que ver con Literatura, solo algunos textos que meto en revistas, así que no sé cómo me irá. Cuando saqué "Historia de Chile 1891 - 1994..." yo sabía que se iba a vender mucho porque era un libro muy útil para los profesores secundarios, universitarios y para los alumnos. De hecho se han vendido más de 2 mil 500 ejemplares que para un libro de Historia es un récord absoluto. El que saqué hace poco "¿Quién era Jaime Guzmán?" también vendió mucho, por encima de los mil, pero no creo que un libro como este se venda tanto.
-¿Es un paréntesis dentro de tus libros más históricos?
-No sé. De repente me dan ganas de seguir escribiendo sobre temas literarios, lo que no quita que me pueda meter en la Historia de nuevo.
(*) Periodista El Mercurio de Valparaíso y estudiante Magíster en Prensa Escrita UC-El Mercurio.
"De repente me dan ganas de seguir escribiendo sobre temas literarios, lo que no quita que me pueda meter en la Historia de nuevo".