Masacre ecológica
Si hay algo que queda claro de lo incendios forestales que han ocurrido en torno a la vía Las Palmas, es que todos han sido intencionales o al menos producto de la irresponsabilidad de quienes han lanzado objetos encendidos a la vera del camino.
En estos últimos años, los siniestros que han afectado al sector se han transformado en una masacre ecológica con consecuencias casi irreversibles, acompañada con un increíble silencio de parte de las autoridades locales, regionales y nacionales, quienes no han hecho lo necesario para terminar con el flagelo que significa el exterminio del valioso palmar y su riqueza florística que le rodea. Valga recordar que este bosque, junto a Ocoa y Cocolán, conforman los últimos reductos de estas joyas endémicas de la botánica nacional: la Jubea chilensis, conocida por todos como Palma Chilena.
Si bien la construcción de la propia ruta Las Palmas causó el primer gran impacto negativo en el bosque, al menos como consuelo se presentó como una oportunidad para que los habitantes del gran Valparaíso descubrieran en su máxima expresión este imponente palmar con ejemplares centenarios que conforman uno de los paisajes más bellos de la ciudad jardín.
El Palmar El Salto es una muestra genuina de la vegetación nativa, y su origen se remonta a miles de años, cuando climáticamente la región tenía índices pluviométricos mayores a los actuales. Es decir, las palmas son los últimos testimonios vivientes de un Paleoclima y, por lo tanto, la supervivencia de ellas es increíblemente meritoria. Por esta razón, esta especie es considerada como vulnerable, y en 1998 el Ministerio de Educación declaró a todo el Palmar como Santuario de la Naturaleza, nominación que no ha evitado los desastres posteriores, pese a los esfuerzos de quienes conocen el verdadero valor de este bosque esclerófilo.
Es hora de que tomemos conciencia de lo que hace años está ocurriendo en la zona del Palmar, y terminar con uno de los mayores atentados ecológicos de la historia de la comuna y del gran Valparaíso en general. La compra de los terrenos por parte de bienes nacionales y la concreción de un Parque Nacional, con conservación, reforestación, visitas guiadas controladas, miradores para paisajismo y fotografías, etc., son necesidades básicas que se requieren para salvar el bosque más importante de la provincia y que hoy lo vemos quemado, abandonado e incluso, en algún sector, convertido en un vergonzoso vertedero. Un crimen por donde se le mire.