Los 11 años que cumplió esta semana la Casa de Acogida Beatita Benavides de Quillota, sorprendió a esta institución en medio de un atractivo proyecto de crecimiento. Ya parecen lejos los días en nació solo para ayudar a 'bien morir', con dignidad, a enfermos terminales de cáncer de escasos recursos. Ahora se han consolidado como un centro de recuperación geriátrica y rehabilitación de enfermos cerebrovasculares, y esperan afianzarse como un centro de rehabilitación y desintoxicación para alcohólicos y drogadictos.
Estas metas y otras aún más ambiciosas se dieron a conocer la semana pasada dependencias del centro de acogida, en la intersección de avenida Condell y calle Maipú en Quillota. Allí se aprovechó de dar a conocer una reciente donación de $20 millones de una congregación religiosa anónima, que el recinto empleó en la compra de un furgón para traslado de pacientes y en adecuación de algunas dependencias.
En la actualidad, la Casa de Acogida Beatita Benavides, dependiente del Departamento de Salud Municipal de Quillota, atiende a 33 pacientes en sus instalaciones y en un anexo en la localidad rural de San Pedro. Su directora, Marcela Meza, explicó que el actual proyecto en el que están involucrados es la ampliación de la casa de acogida hacia dependencias contiguas, que hoy ocupa la solidaria institución de financiamiento social Banamor, para habilitar el centro de apoyo a personas que sufren drogadicción o alcoholismo.
'Tenemos capacidad para atender a 7 u 8 pacientes. Ya están las camas y el equipo técnico y profesional y este sería el primer centro con estadía en la provincia para hombres y mujeres', sostiene la directora. Respecto del equipo de profesionales que trabajada en Beatita Benavides, Meza destacó su juventud y gran energía. 'Nos vamos a complementar y organizar para que el mismo equipo pueda trabajar en este centro (rehabilitación de alcohólicos y drogadictos), pero sí llegarán nuevos técnicos en enfermería para atender a los pacientes en todos los turnos, porque esta es una institución de 24 horas'. Recalcó, a su vez, el compromiso de la comunidad quillotana con esta iniciativa, reflejado en una teletón en que se reunieron $25 millones para acondicionar el recinto.
En las mismas dependencias funciona el Centro de Rehabilitación Kimche, proyecto ganado por la institución ante el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama). Banni Mena, kinesiólogo del recinto, explicó que el centro nació para atender pacientes ambulatorios de la comunidad de Quillota, especialmente adultos mayores, quienes hoy reciben rehabilitación integral con kinesiólogos, sicóloga, terapeutas, fonoaudiólogos y de estimulación cognitiva en casos de accidentes vasculares que atacan los centros del lenguaje.
'El centro atiende a pacientes de Fonasa independiente de la comuna y entrega las atenciones en base a las indicaciones del médico que los deriva. Hemos atendido cada mes a más de 400 personas porque la gente se pasa la voz que acá la atención es buena, que el trato es humanizado, y quieres venir a atenderse acá', asegura.
El alcalde Luis Mella, quien además es el médico de cabecera del centro, sostiene respecto de la principal característica del recinto que se ha transformado en un verdadero lugar para mitigar el dolor humano, ya que muchas veces la gente, por motivos administrativos, no encajan en recintos similares de la red hospitalaria pública. Para qué decir en el sistema privado donde enfermos de escasos recursos de este tipo parecen no tener cabida.
La Municipalidad de Quillota, con un plan de inversión anual de 10 mil millones de pesos, destina 150 millones para mantener el centro de acogida. Pero Mella dice que al municipio no le importa porque es un dinero muy bien invertido: 'Nosotros lo hacemos con mucha fe y con alegría'.
De paso, el jefe comunal relata cuál es la gran aspiración del municipio, una vez que se materialice la construcción del hospital biprovincial Quillota-Petorca. 'Tenemos la esperanza de que el Ministerio de Salud, es decir, el Estado chileno reconozca nuestro esfuerzo y a partir de los próximos años nos dé aportes y nos pueda entregar la infraestructura del actual hospital San Martín de Quillota. Ese es nuestro sueño, y que podamos trasladar y podamos transformar estas 33 camas ojalá en 150, cubrir toda la provincia y la región si es que quieren, con un gran centro de acogida y de rehabilitación para este tipo de pacientes'.
'Nos encanta nuestro trabajo -agrega el alcalde Mella- nos da una alegría interior maravillosa rehabilitar a personas. Acá hay pacientes que sólo movían los ojitos cuando llegaron y hoy están caminando, otros se están moviendo, ya se comunican en sus afectos'. Para Luis Mella la clave del éxito en once años del Centro de Acogida Beatita Benavides, está en el amor que le entrega el equipo a los pacientes, 'el poder sanador del amor', como lo describe el propio alcalde. Y además, agrega, en la juventud y entrega del equipo médico, compuesto por quienes -como ellos mismos dicen- no atienden planillas con números sino a personas valiosas.