Al momento en que una comisión presidencial da a conocer importantes propuestas para lograr la descentralización, una proyección del censo nacional establece que un 40,6 % de la población del país reside en la Región Metropolitana.
Pero esta cifra de concentración poblacional, conocida y creciente a través del tiempo, no sólo significa cantidad de personas; también se traduce en concentración de poder. De poder económico, político, cultural y social en general.
Así, ese poder se proyecta en crecimiento e inversión en la gran capital en desmedro de las regiones que son, precisamente, las que alimentan la caldera centralista con recursos provenientes de las más variadas fuentes productivas.
La Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización y el Desarrollo Regional que acaba de terminar su labor con conclusiones que serán entregadas a la Presidenta de la República Michelle Bachelet, ha establecido una serie de propuestas para lograr derrotar la inequidad territorial a través de medidas económicas y políticas que buscan mantener en regiones parte de los recursos que esas mismas regiones producen.
Tal es el caso de aquellos provenientes de los puertos, claves en el comercio exterior nacional, o de la minería, gigantesco motor de la economía nacional, entre otros.
Esas propuestas son de toda lógica, tienen el mismo sentido que la justa remuneración que recibe un trabajador proveniente de los ingresos de una empresa.
Ha culminado ya el trabajo de la Comisión. La representatividad de sus componentes y las conclusiones mismas de esa tarea evidencian visión de futuro y seriedad.
Ahora, para decirlo en fútbol, el Ejecutivo tiene la pelota y debe manejarla, acogerla, no entregarla y jugarla con acierto considerando que los tiempos de juego se agotan.
Lo anterior significa que las propuestas deben ahora ser analizadas por el Ejecutivo en su mérito con voluntad política para traducirlas en proyectos de ley, decretos y reglamentos que efectivamente concreten la descentralización.
Pero, téngase presente, no basta sólo con normas publicadas en el Diario Oficial. Es fundamental en el proceso descentralizador una voluntad colectiva, pública y privada, que se exprese en los hechos, en la aplicación de la norma y en emprendimientos creativos que sean detonantes de un desarrollo armónico de todo el territorio, de todos sus habitantes y de toda la diversidad cultural que encierra la complejidad geográfica de nuestro país.