Un paso concreto podría darse en breve para reflotar una idea o proyecto que se arrastra desde hace más de cien años, que es el de construir un tren rápido entre Valparaíso y Santiago, puesto que el Consejo Regional aportaría 150 millones y la Empresa de Ferrocarriles del Estado otro tanto, para encargar un estudio de prefactibilidad de esta iniciativa.
En el fondo se trata de generar una alianza estratégica entre el Gobierno Regional de Valparaíso y la empresa ferroviaria, para ir dando pasos firmes hacia la materialización de nuestra antigua aspiración regional, que no solo generará beneficios a la región, sino también a todo el sistema, los centros urbanos y productivos del área que cubriría, incluyendo ciertamente la Región Metropolitana.
Tiene razón el intendente regional, Ricardo Bravo, impulsor de esta iniciativa, porque esta sería la primera vez que se realizaría un estudio serio para determinar si el proyecto podría ser factible, desde el punto de vista económico, los costos de construcción y los beneficios que aportará a una amplia zona del país. Desde que se construyera el ferrocarril de Valparaíso a Santiago, que se puso en servicio en el año 1856, comenzó a hablarse de otros trazados y las iniciativas han surgido cada cierto tiempo, con interesados tanto nacionales como extranjeros, tales como Lipangue-Marga Marga y el ferrocarril por Casablanca, que fueron las ideas que más aprobación han registrado.
El tren rápido que ahora se está considerando podría contar con dos alternativas, que son un trazado a través de la cuesta La Dormida y otro paralelo a la Ruta 68. El primero es el favorito, pues permitiría utilizar la conexión con el Metro Valparaíso, mejorar el ramal San Pedro-Puerto Ventanas; realizar una sección nueva entre Limache y Polpaico y mejorar el trazado existente entre Polpaico y Mapocho, más un acceso nuevo a Quinta Normal, aprovechando la salida urbana de Santiago.
Tratándose de una idea que en su concreción es de largo aliento, lo relevante es partir con los estudios vislumbrar su materialización que, reiteramos, generaría muchos beneficios, como también un significativo aumento del movimiento portuario regional, si consideramos la expansión de Minera Andina y el futuro túnel ferroviario a baja altura que mejorará la conexión con la zona de Cuyo, Argentina.