Luis Opazo viaja a Australia en busca de un nuevo título en el Mundial de Remo Master
remo. Mientras entrena en el tranque La Luz de Curauma, el deportista porteño habla de su nuevo desafío: Intentar revalidar el oro conseguido hace un año en Italia.
gustavo alvarado
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No son muchos los deportistas chilenos que pueden enorgullecerse de ser campeones del mundo. Sin embargo, los hay, y uno de ellos es porteño. Con 50 años, Luis Opazo es el mejor del orbe como remero Master y por estas horas entrena diariamente en el tranque La Luz de Curauma con el objetivo de revalidar su título en el próximo Mundial de Australia, a disputarse entre el 9 y 11 de octubre en la ciudad de Ballarat.
En el 2013, Opazo inscribió su nombre en lo más alto de la disciplina compitiendo en la localidad italiana de Varese junto a otros 3.800 bogadores provenientes de todo el mundo. Cruzó la meta en el primer lugar de bote Doble C junto al puertomontino Juan Carlos Diedrichs, condición que pretende revalidar, aunque aclara que en esta oportunidad también participará de, al menos, en otras cinco categorías.
'Quiero correrlo todo', advierte de entrada y con entusiasmo que logra aplacar el frío y despejar la niebla que temprano se apodera del histórico tranque.
El remero del club Sausalito no oculta su entusiasmo de cara al nuevo desafío, al tiempo que destaca el nivel que se logra en un certamen de esta categoría.
'Llegan viejos buenos', señala con una sonrisa en el rostro, explicando que ello se ve, especialmente, en los tiempos de las series A y B 'en donde si los registros se proyectan son verdaderas marcas de juegos olímpicos'.
Se 'proyectan', porque la distancia que se corre en el Mundial Master no es de 2 mil metros, sino sólo de mil, en una condición que según el remero, en un futuro no tan lejano, probablemente se replicará en el resto de los torneos: 'En los Juegos Juveniles Olímpicos en China ya se hizo y, pese a lo tradicional que siempre ha sido el remo, creo que los mil metros se van a terminar imponiendo por una cosa de emoción y que los botes pueden llegar todos juntos a la meta'.
Respecto del objetivo trazado en aguas de Oceanía, Opazo asume que 'tengo la secreta esperanza de volver a ganar un oro. Con una o más medallas quedo feliz... el esfuerzo ha sido enorme y tengo confianza en que se verán los frutos de ello'.
La mañana es fría en Curauma, sin embargo, Luis Opazo no decae en su entrenamiento. Los recuerdos se suceden con rapidez.
Sus inicios en la disciplina se remontan a 1977, compitiendo en el mar y junto a la ya desaparecida Casa de Botes. Seleccionado chileno en los Odesur que se efectuaron en nuestro país en 1986, rememora con nostalgia aquellos años.
'Entrenaba a las 6 de la mañana, después me iba clase y luego volvía a entrenar… en la universidad me molestaban porque pasaba con ropa deportiva todos los días', admite, no ocultando su satisfacción por el esfuerzo realizado para sacar las carreras de Ingeniería Mecánica en la UCV y Civil Industrial en la Santa María.
De todas formas, Opazo explica que no eran tiempos sencillos para la práctica de la disciplina en el Puerto.
'Eran tiempos difíciles. No había botes, después del mar nos fuimos a entrenar en lagunas pequeñas por lo que ir a los Nacionales era complicado', rememora, aunque de inmediato destaca lo que hoy se está viviendo en la actividad: 'El actual nivel de organización del remo es muy distinto. El Centro de Alto Rendimiento en Curauma y la posibilidad de tener al técnico de la Selección Chilena permanentemente en la zona ha generado un fenómeno muy bueno a nivel local'.
Para el campeón mundial Master la clave para triunfar en el remo 'es la constancia'.
'Un entrenador en Valdivia me dijo un día que en diez años puede salir un buen remero, pero para alcanzar ese nivel tiene que matarse los siete días de la semana', sostiene, mientras sigue con su entrenamiento.
La niebla desaparece del tranque La Luz mientras los rayos del sol se hacen presente ya cerca de la media mañan y Luis Opazo termina una nueva jornada de cara al Mundial.
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