El trabajo tras bambalinas que permite armar Puerto de Ideas
Festival. Chantal Signorio, directora ejecutiva del evento, cuenta detalles del Festival.
'Después de este Puerto de Ideas comienza a funcionar todo para el de Antofagasta, que se va a realizar el 10, 11 y 12 de abril del próximo año, y para el cual ya tenemos casi todo cerrado. Además, ya estamos cursando las invitaciones para el de Valparaíso, que se hará los días 6, 7 y 8 de noviembre', adelanta Chantal Signorio, directora de los eventos.
Aunque parece excesivo el tiempo de adelanto con el que se trabaja, lo cierto es que para tener un evento de esta naturaleza lo requiere, sobre todo porque todos los invitados tienen agendas copadísimas. 'Tienen que aprovechar el viaje, por lo que arman una agenda, hacen un circuito por otros países o programan sus vacaciones para esa fecha', asegura Signorio, detallando que la Patagonia y San Pedro de Atacama son dos de los destinos favoritos de los invitados.
'Hay que tener mucha paciencia', comenta la directora, ejemplificando que en el caso de David Grossman llevaban tres años invitándolo, pero este tenía una agenda complicada hasta que logró concretar la visita este año.
Una de las características que tiene el Festival Puerto de Ideas desde sus inicios en 2011, es traer a invitados destacados en distintos ámbitos. Pero, ¿cómo son elegidos? 'Somos una Fundación que tiene un directorio compuesto por ocho personas provenientes del mundo de las humanidades, que son grandes lectores, no solo de libros, sino de prensa y blogs, entre otros. Además, tenemos gente de confianza en la que creemos mucho en su criterio y vamos compartiendo nombres', explica Signorio.
Advirtiendo, eso sí, que 'no hay una receta exacta'; ya que también se aplica 'mucho el boca a boca, o los mismos invitados de ediciones pasadas nos dan nombres. Todos llegan de manera diferente'.
Por ejemplo, tras una conversación con el español Eduardo Punset sobre lo complejo que son las traducciones, y lo difícil que es hallar científicos que hablen español, este le mandó un listado de 30 nombres de personas de diversas nacionalidades que tienen esa característica.
Porque una de los aspectos que destaca Chantal Signorio es que con todos quienes han participado del evento siguen en contacto. 'Alberto Manguel me escribe todavía y aún no sale de su fascinación por lo vivido', a pesar de que ya han pasado dos años de su intervención.
Tras ubicar a quienes quieren que participen en cada evento, viene una serie de correos electrónicos que junto con confirmar la visita de alguien, se va conversando en que versará cada intervención. 'El primer año fue el más difícil porque los necesitábamos de inmediato', recuerda Chantal.
Y no es que el resto haya sido fácil, sino que la tres ediciones pasadas ya le han dado a ella y todo el equipo que está detrás del evento, el oficio para armar un Festival como este, el cual está lleno de pequeños detalles.
'Todo parte en la conferencia de prensa en septiembre (en donde se da a conocer la programación completa) y cada semana vamos cerrando cosas. Todas tienen un cometido'. Desafíos que van desde poner a la venta las entradas, hasta comprobar el alojamiento de los invitados, el transporte y otros. 'Siempre al final queremos mejorar, que queden todos contentos y por eso decimos que le ofrecemos la mejor hospitalidad posible', acota.
Y a pesar de toda la planificación que -a simple vista- parece funcionar como reloj suizo, es imposible que no aparezcan imprevistos de última hora. Para este año, por ejemplo, la obra 'Willygood' de la compañía francesa BAM está pensada para hacerse al aire libre, y en la programación la ubicaron en el Teatro Municipal. Sin embargo, lograron darse tiempo a cuenta y hacer una adaptación que calce con el espacio.
Otros desafíos son los que representan las actividades 'Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile' y 'La magia de hacer libros: cata de poesía y pensamiento', las cuales tienen una gran cantidad de personas sobre el escenario.
festival vivo
A ello se suman otro tipo de imprevistos que pueden poner nervioso a cualquiera como que un invitado a última hora cancele; o que falle la traducción. 'Pero esto es un Festival que trabaja con personas, y por ende, siempre hay imprevistos porque está vivo. No aspiramos a la perfección, porque no estaría vivo', comenta.
Por lo mismo, sabe que la próxima semana será de andar corriendo de un lado para otro, lo que la dejará agotada. 'Pero es un agote que me gusta. Es rico hacerlo y me da satisfacción', dice.