Omar (36) y Lukas Araya son padre e hijo (11), físicamente son parecidos, se visten iguales y escuchan la misma música. Además del gran lazo paterno que Omar ha generado con su hijo al hacerse cargo solo de Lukas desde que el pequeño tenía 6 meses de nacido, ambos son trasplantados renales y sus riñones fueron donados por sus respectivas madres. Aunque Lukas ya tuvo un trasplante de riñón (donante cadáver) cuando tenía 9 años, el 10 noviembre le darán la fecha en la que será nuevamente intervenido para trasplantarle el riñón que su madre le donó.
Juntos han sabido afrontar las dificultades que presenta la enfermedad, como las diálisis. Omar, desde su rol de padre y con la experiencia de haber superado la insuficiencia renal que sufrió cuando tenía 17 años gracias al riñón que le donó su madre. 'A veces el Lukas se molesta y se aburre del cuento de las pastillas (que no puede dejar de tomar), y yo le digo 'hijo no sacas nada con enojarte, esta es la vida que nos tocó y hay que poner el hombro sí o sí y seguir para adelante'', relata Omar.
la historia de omar
Tenía 17 años y estaba cursando primer año de Comercio Exterior en la Universidad de Aconcagua, carrera que alcanzó a estudiar sólo 2 meses hasta que le detectaron la enfermedad al riñón. 'Me dio un resfrío demasiado fuerte, no comía, vomitaba, no me podía mantener en pie, y cuando me llevaron al médico me recetaron antibióticos, los que hicieron que se me hinchara la cara de forma impresionante. Ahí me hospitalizaron, y los exámenes arrojaron que tenía insuficiencia renal crónica terminal... No había nada que hacer, tenía que dializarme', recuerda Araya.
Después de un año y meses dializándose surgió la posibilidad del trasplante, y de inmediato los padres de Omar surgieron como posibles donadores, siendo la madre la compatible, quién según Araya, no dudó ni un minuto en ceder el órgano a su hijo para ayudarlo a llevar una vida normal.
LA FUERZA DEL AMOR
La salud de Omar continuó sin complicaciones luego del trasplante. Fue así que llegó a su vida Lukas, su hijo, quién también sufre insuficiencia renal, y aunque ya fue trasplantado de un riñón cuando tenía 9 años, hoy espera la fecha para ser intervenido nuevamente, y como si la historia se repitiera, también es su madre la que le donará un riñón.
Mientras el padre habla, el niño interviene para aportar a la reconstrucción de la historia de amor que ambos protagonizan, en la cual reina la esperanza de la recuperación para continuar juntos venciendo los obstáculos que la vida les depara, como la dificultad para encontrar arriendo momentáneo en Santiago, comuna de Providencia, mientras Lukas se recupera de su trasplante en el hospital Luis Calvo Mackenna.
'Mi papá es la persona que más me ha enseñado en la vida. Mejor dicho, me ha enseñado lo que tengo que seguir y lo que no tengo que seguir, lo bueno y lo malo acerca de la vida', responde Lukas cuando se le pregunta que es lo que más le gusta de su padre Omar.
'Aprendí de mis papás que siempre hay que apoyar a los hijos, hay que saber llevarlos por el buen camino. Yo soy estricto con él, pero es porque quiero que haga las cosas bien', dice el padre.