"Para cualquier biólogo marino debería ser importante conocer que está pasando en la Antártica, ya que ahí está uno de los motores de la circulación termohalina (de los océanos), además de la formación y/o derretimiento de los hielos que afectan la salinidad y temperatura, factores que, a su vez, afectan la distribución de todos los organismos en el océano. Esa fue la idea con que Catalina Velasco (22) postuló para ser parte de la misión Ice Bridge de la NASA, equipo que, desde 2009, se dedica a estudiar qué sucede con las capas de hielo árticas y antártica.

De este modo, 24 científicos de clase mundial, entre los que se cuentan biólogos, químicos, geólogos, físicos e ingenieros, llegan cada año a Punta Arenas para sobrevolar durante tres días el último rincón del mundo en un avión laboratorio DC-8.

- Iba un oceanógrafo que nos mostró las instalaciones y los equipos. Él decía que quería ser como Jacques Costeau y trabajar en el océano, cosa que hizo por un tiempo hasta que la NASA lo llamó para analizar unas muestras de agua, y aquí está ahora. Entonces ahí te das cuenta de cómo la ciencia te puede llevar a diferentes destinos, solo hay que tener las ganas y tomar las oportunidades que se presentan.

- ¡Todo!, responde entusiasmada. Recorriendo el DC-8 me sorprendí de cómo ha progresado la ciencia, al menos para ellos (ríe) y de todo lo que se puede hacer ahora, siendo uno de los artefacto más impresionantes el láser con el cual 'mapeaban' la superficie de la Antártica. Velasco siente la fortuna de ser una de las pocas personas que ha viajado con la NASA, ya que, debido a lo complejo del clima austral, ni los propios científicos saben con precisión qué día podrán trabajar, motivo por el que solo pueden postular quienes viven en Punta Arenas, donde la futura bióloga cursa un semestre en la Universidad de Magallanes gracias a una beca de movilidad nacional.