Cuba y EE.UU. sostienen su primera cita bilateral con diferencias sobre migración
Diplomacia. El representante de Washington en las negociaciones en La Habana se mostró esperanzado de trabajar en temas de interés mutuo.
Los gobiernos de EE.UU. y Cuba mostraron ayer sus diferencias en asuntos migratorios, en unas primeras negociaciones que ambas partes calificaron como "productivas" y "constructivas" tras el histórico anuncio de su acercamiento diplomático en diciembre.
Delegaciones de alto rango de ambos países se reunieron en el Palacio de Convenciones en La Habana para el arranque de un diálogo de dos días que debe trazar la hoja de ruta para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas en 1961.
Las conversaciones se centraron en asuntos migratorios, un campo en el que ambos países sacaron a relucir sus discrepancias pese al actual deshielo político.
"El hecho de que las conversaciones hayan sido productivas y en espíritu de colaboración prueba que a pesar de que hay diferencias y que éstas permanezcan, EE.UU. y Cuba pueden encontrar oportunidades para trabajar en temas de interés mutuo", dijo el negociador estadounidense Alex Lee, que estuvo ayer a la cabeza de la delegación de la Casa Blanca.
La política norteamericana de acogida para los cubanos que huyan de la isla y lleguen de forma ilegal a EE.UU. sigue en pie, aseguró Lee.
"Le explicamos al Gobierno cubano que mi gobierno está totalmente comprometido a mantener la Ley de Ajuste Cubano y que las políticas relacionadas con temas migratorios que normalmente se conocen como 'pies secos, pies mojados' siguen en efecto", comentó.
Ambas normas "siguen guiando la política migratoria de EE.UU. hacia Cuba", dijo también Lee sobre las directrices que rigen desde hace décadas la entrada de emigrantes cubanos a EE.UU.
La Habana reiteró por su parte sus críticas de que ambas políticas fomentan la emigración ilegal y el "robo de cerebros".
La Ley de Ajuste Cubano de 1962 y la llamada normativa de "pies secos, pies mojados" de 1995 permiten a los cubanos que lleguen a suelo norteamericano obtener un permiso de residencia después de un año y un día, pese a haber entrado de forma irregular a EE.UU.