Los equipos negociadores del Gobierno colombiano y las FARC iniciaron ayer en La Habana el primer ciclo de diálogos de paz de 2015 en medio de las críticas de la guerrilla al referendo propuesto para ratificar las acuerdos del proceso por considerarlo una 'solución postiza' y con 'afán electoral'.
Tras un largo receso por las fiestas de Navidad y año nuevo, las delegaciones de paz volvieron a sentarse en la mesa de diálogo en Cuba con el reto de cerrar el punto sobre las víctimas del conflicto y, en paralelo, empezar también a discutir la posibilidad de un cese el fuego bilateral.
'Se trata de la continuación del diálogo civilizado entre partes enfrentadas durante más de medio siglo (...) para una solución diplomática al conflicto político-social interno, que nunca logró su culminación con un vencedor y un vencido', afirmó el guerrillero 'Joaquín Gómez', alias de Milton de Jesús Toncel.
En un comunicado leído ante la prensa antes de reanudar las conversaciones con el equipo gubernamental, 'Gómez' señaló que las FARC vuelven al trabajo con 'pleno espíritu de reconciliación', el mismo que los llevó a proponer 'gestos de desescalamiento del conflicto' y ordenar un 'cese el fuego unilateral e indefinido, que sea verificable'.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han demandado desde el inicio del proceso en noviembre de 2012 una tregua bilateral, opción que siempre fue rechazada por el Gobierno de Juan Manuel Santos, hasta que en las últimas semanas cambió su postura.
El propio Santos ha reconocido que el alto el fuego de las FARC, en vigor desde el pasado 20 de diciembre, se está cumpliendo y encargó a su equipo negociador, encabezado por Humberto de la Calle, que comiencen las discusiones al respecto.
La delegación gubernamental llegó a La Habana con el mandato de agilizar y acelerar las conversaciones, ya que el Presidente Santos quiere que 2015 sea 'el año de la paz', aunque reconocen que la tarea por delante no es fácil.
Los dos puntos que están en la mesa de negociación; la reparación de la víctimas y el fin del conflicto, son los más complejos, aunque ya se han logrado pactos en temas delicados como el reparto de tierras y desarrollo rural, la participación política, y drogas y cultivos ilícitos.
Las partes tienen ya avanzado el punto sobre el resarcimiento de las víctimas, que comenzaron a tratar en agosto pasado y dentro del que ya se han completado las cinco audiencias de grupos de víctimas que participaron en la mesa de negociación.
Sobre esta cuestión, la guerrilla instó a su contraparte a 'convenir ya los procedimientos y mecanismos' para la reparación a las víctimas, por parte de todos los actores vinculados al conflicto 'sin consideración de su estatus, jerarquía, condición u origen', independientemente de su relación con el Estado.
Ayer, la guerrilla volvió a mostrar su oposición a la propuesta del Gobierno de que los posibles acuerdos de paz sean ratificados por los colombianos mediante referendo popular, lo que consideraron una 'solución postiza' con 'sabor y afanes electorales que escapan a lo ya convenido'. 'No nos sentimos aludidos por normas que pretenden invadir las esferas de competencia y decisión de la instancia única de entendimiento que es la mesa de diálogos de paz en La Habana', señalaron las FARC, partidarias de que el método de ratificación sea una Asamblea Constituyente.