Everton ingresó a la siempre deteriorada cancha del estadio Municipal de San Felipe con la obligación de ganar. El triunfo de San Luis por la cuenta mínima sobre Coquimbo Unido había extendido, otra vez, a doce puntos la lucha por el primer lugar de la Primera B en favor de los quillotanos, lo que definitivamente ponía a los dirigidos por Carlos Medina contra la espada y la pared.
Entre los oro y cielo existía optimismo. Las últimas tres victorias consecutivas habían acortado la diferencia con los quillotanos y tal vez por ello es que, más que otras veces, la derrota sufrida anoche ante Unión San Felipe dolió de manera especial, más aún teniendo en cuenta que el segundo lapso anoche en el valle del Aconcagua fue muy malo.
Un 0-2 que a Everton le cuesta demasiado en la lucha por el único ascenso. Un duro golpe en lo sicológico ya que volvió a quedar a doce puntos de San Luis, perdió la oportunidad de superar a Unión San Felipe en la tabla para quedar como sublíder del certamen y ahora enfrenta un fin de semana sin fútbol que puede hacerle distanciarse aún más de los quillotanos y de la, a esta altura, cada vez más complicada opción de ascender a Primera División.
Everton perdió anoche el mediocampo en San Felipe y eso fue fatal para los dirigidos por Carlos Medina. Desde el primer minuto fue evidente que el mal estado de la cancha impedía la práctica del buen fútbol, lo que estimuló, equivocadamente, a los viñamarinos a saltarse en medioterreno. El tema es que arriba, Cristián Canío y Ezequiel Miralles estuvieron lejos de su mejor nivel, mientras por los locales, la velocidad de Jaime Droguett, Gastón Cirino y Matías Campos Toro tuvieron de cabeza a la lenta zaga oro y cielo.
El primer tiempo fue muy fraccionado, pero los locales siempre se mostraron más contundentes que los viñamarinos. Ya en el segundo llegó la diferencia: A los 57', Gastón Cirino y a los 88 minutos, Gustavo Lanaro marcaron la diferencia, asumiendo que incluso, de no ser por Gustavo Dalsasso, Unión San Felipe pudo haber aumentado el marcador de manera mucho más expresiva.
'Es un duro golpe', admitió el técnico Carlos Medina tras el encuentro, reconociendo que al interior del camarín de Everton existía una enorme amargura.
Medina también reconoció que sus dirigidos equivocaron el camino, apostando por los pelotazos y que la derrota no estaba ni en sus planes ni en los de los jugadores: 'Vamos a tener que superar este momento. Hay que levantar la cabeza porque queda torneo y sabemos que nuestros hinchas se merecen que sigamos dando la pelea'.
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