Transparencia hasta que duela
Como nunca, hemos asistido esta semana a los mayores cuestionamientos a la probidad de los últimos tiempos con la transmisión en vivo -por televisión y portales de Internet- de todas las alternativas del llamado caso Penta y sus múltiples aristas, como si de una telenovela se tratase. Incluso se ha llegado al extremo de tener acceso a los mensajes privados por WhatsApp que le llegó a uno de los acusados por parte de un diputado, sin contar con la nueva lectura -línea por línea- de los incriminadores mails utilizados por la fiscalía para argumentar sus puntos. Simultáneamente, pero no por eso al mismo nivel, se ha escarbado en la sociedad de la nuera de la Presidenta, poniendo sobre la mesa de la opinión pública todos los antecedentes posibles sobre el escándalo que remeció el verano y que obligó a la posterior renuncia a su cargo en La Moneda del hijo de la Mandataria y a los juicios valóricos que llegan hasta el día de hoy. Ahora, y más allá del morbo y los rencores políticos que siempre rodearán sucesos de este tipo, no deja de ser sintomáticamente sano que el país tenga acceso a esta información, a exigir transparencia de autoridades y privados, tal como la ley se la exige a cualquier chileno de a pie. A nivel regional, cabe también valorar los controles impuestos por el actual jefe del Gobierno Regional, los cuales -al menos en la teoría- han conseguido evitar desaguisados como los producidos en los últimos dos mandatos, ambos (el primero, más que el segundo) fecundos en fraudes, sinvergüenzuras y con el triste corolario de funcionarios presos; un exjefe de gabinete condenado y fugado; y la próxima formalización de un diputado de la República. La honestidad, aquel valor no muy común en los tiempos que corren, vuelve a ser puesta a prueba con cada irregularidad, sospecha y asomo de denuncia. Quizás por eso sea tan importante seguir insistiendo en la autoexigencia de transparentarlo todo, lo que, pese a las heridas que pueda dejar, tanto bien le hace a nuestra sociedad. Sólo en estas últimas dos semanas, los controles detectaron una millonaria clonación de proyectos de juntas vecinales y la Contraloría abrió un sumario por eventuales cobros fuera de lugar y sobreprecios en el retiro de escombros tras la tragedia del megaincendio que devastó los cerros de Valparaíso. En algunos pocos días, también tendremos la antes citada formalización del congresista y volveremos a poner a prueba nuestra dignidad regional. En buena hora.