Aún no terminaba el encuentro, ya igualado en cancha, y el entrenador quillotano, Víctor Rivero, mantenía un áspero diálogo y señas con el preparador de arqueros evertoniano, Matías Febre.

Y una vez finalizado el partido por parte del juez Christian Rojas, tanto Rivero como Febre continuaron discutiendo camino a camarines.

Ahí, lo que parecía una simple discusión, típica y propia de partidos que son intensos, comenzó a pasar a mayores.

La discusión entre ambos fue el inicio del altercado que incluyó entre otros al gerente técnico canario, Pablo Vergnano, con jugadores quillotanos y viñamarinos.

Al final, la entrada a vestuarios quedó colapsada por el entrevero que incluyó golpes, empujones e insultos entre los participantes.

Todo, a vista y paciencia del cuarteto arbitral, que aguardaba ahí para tomar nota de lo que pasaba. La situación más grave se produjo cuando entre los bruscos movimientos, el cuarto árbitro del partido, Héctor Jona, recibió un golpe.

Una vez más calmados los ánimos, el técnico Víctor Rivero se refirió a la situación como "un hecho propio del fútbol", y le bajó el perfil a lo acontecido, misma línea que siguió Carlos Medina, para quien el hecho no revistió mayor importancia.

Había que ganar para continuar con esperanzas de cara a la recta final del campeonato de Primera B, pero Everton sólo cosechó un empate frente al líder de la competencia, San Luis de Quillota.

El conjunto viñamarino logró la igualdad en los descuentos del partido, cuando parecía que éste ya estaba sentenciado, y a pesar de estar a catorce unidades de los quillotanos, la posibilidad matemática de conseguir el ascenso aún se mantiene en el vestuario oro y cielo.

El trámite del cotejo fue intenso a lo largo de los noventa minutos en el pasto del Elías Figueroa. La lucha en el mediocampo y las llegadas a través de los costados fueron la tónica con que ambas escuadras lucharon para quedarse con los tres puntos.

discreto inicio

En la primera mitad, las acciones en los arcos fueron escasas. A los tres minutos San Luis tuvo la primera llegada, pero sólo fue un tibio disparo de Cristián Campozano que Gustavo Dalsasso contuvo sin problemas. Más tarde, a los 15' minutos fue el mismo artillero quien tuvo una inmejorable opción de abrir la cuenta, tras un centro rasante que no pudo conectar cuando tenía el arco enfrente de sí.

Por su parte, Everton encontró su primer llegada, y la más clara de casi todo el encuentro, a los 25' de juego, cuando Fernando Saavedra colocó un centro al área que Cristián Canío conectó con dificultades. Sin embargo, de no ser por una tapada brillante de Fernando de Paul, los oro y cielo habrían abierto la cuenta con esa acción.

De ahí en más los dos equipos comenzaron a abusar de los envíos de balones largos, siendo poco relevantes para las pretensiones de ambos cuadros. Por pasajes largos, Everton no fue capaz de doblegar una ordenada línea defensiva de San Luis, que a su vez no intentaba generar muchas opciones de gol.

Así transitó la primera mitad, con un discreto juego que sólo se vio alterado cuando casi terminando la primera fracción el sanluisino Sergio Comba intentó "colocar" la pelota en un ángulo del arco de Dalsasso. La jugada casi le resulta, pues la pelota pasó rozando el vértice de la portería.

En el complemento, Everton ingresó con otra actitud. Tanto así que en los primeros quince minutos San Luis solo optaba al contragolpe.

En el 53', los locales estuvieron cerca de encontrar el gol, pero el ajustado remate de Nicolás Peñailillo dio en el poste izquierdo del arco de Fernando de Paul.

Luego de eso, se hicieron constantes las llegadas a través de las diagonales de Alfonso Urbina y Álvaro Madrid, los que no obstante las grandes jugadas que urdieron, no supieron finiquitar de buena manera ninguna de las ocasiones.

San Luis llegaba principalmente a través de balones detenidos, servidos siempre con peligro por Marco Estrada. Así hasta el minuto 80. Ahí, Cris Martínez sacó un centro desde el costado izquierdo que Sergio Comba amortiguó en el área, dejándole el balón literalmente servido a Jean Meneses, que con un latigazo cruzado batió a Dalsasso.

La algarabía amarilla era total. A falta de diez minutos, se replegaron aún más y continuaron apostando por las contras, las que no supieron aprovechar.

Así, Everton con más ganas que buen fútbol comenzó a asediar a la defensa canaria. Ezequiel Miralles tomó el mando de los ataques, y fue precisamente él quien en el minuto 92 (habían agregado cinco minutos) filtró un pase preciso para que Cristián Canío quedara mano a mano con de Paul. Ahí, el artillero evertoniano no tuvo complicaciones para deshacerse del meta y definir con el arco sin ninguna oposición para poner la igualdad.

Ahí quedó firmada la igualdad. En los minutos que restaban ninguno de los elencos pudo hilvanar más jugadas y terminaron repartiéndose los puntos.

Al final, una igualdad que dejó un sabor amargo en el camarín oro y cielo, pues no pudieron descontar ninguno de los catorce puntos que los siguen separando de los líderes del torneo.

El estratego evertoniano Carlos Medina destacó en su análisis del juego que lograron complicar a San Luis. "Hicimos un partido inteligente, hicimos ver bastante mal a un equipo que es líder del torneo. Nosotros sabíamos que era difícil, que era complicado, y pudimos mantener el cero en grandes pasajes del partido", dijo, añadiendo que "tuvimos hartas posibilidades, hartas llegadas y eso es bueno. Ellos defendían a muerte lo que estaban consiguiendo, pero en el juego y en la actitud tuvimos mucha mejoría", sentenció el estratego, quien en su visión considera que su escuadra dominó el encuentro. "Llegaron dos veces y anotaron, nosotros jugamos mejor", dijo.