Al interior de la casa de Víctor Castro, destacado pintor de Valparaíso, se puede leer la siguiente frase: "La tradición no es usar el sombrero de tu abuelo, sino comprarse uno nuevo, tal como él lo hacía". De esta forma y tras su muerte en 2001, su hija Victoria continuó con la organización de la tradicional quema de Judas que su padre, junto a Aldo Caimi, empezaron hace 70 años en el Cerro Castillo de Viña del Mar.
En esta oportunidad, cerca de cien personas asistieron ayer para participar de una tradición que tiene sus orígenes en España, pero que fue en Valparaíso donde se adaptó por primera vez en el país, en 1680, en terrenos que hoy pertenecen al cerro Santo Domingo, según explicó el cronista porteño Víctor Rojas Farías.
Sin embargo, las tradiciones son totalmente distintas entre ambos países, e incluso dentro de Chile. A diferencia de Valparaíso, en el norte del país, por ejemplo, el muñeco se rellena con salitre y no con monedas, como se acostumbra en el Puerto, de acuerdo a lo relatado por Rojas, erudito conocedor de leyendas y tradiciones nacionales.
"La quema se impuso rápidamente en 1680, pero fue en 1800 cuando se consolida por completo. Después se traspasa a Viña, donde siempre han repetido las festividades que hace Valparaíso. En Coquimbo también se realiza, pero tengo la impresión que es por los porteños que se han ido hacia esa ciudad", puntualizó. Incluso, esta tradición se ha extendido en la región. En Petorca, por ejemplo, la tradición lleva más de 50 años y el sábado, en la noche, se concretó en la Plaza de Armas.
¿BAJA PARTICIPACIÓN?
La tradicional actividad ha mostrado, con el tiempo, una baja en cuanto a la participación, o al menos así se deja entrever ante la gran cantidad de Judas que se hacían años atrás. Al respecto, Victoria Castro, organizadora de la quema en el Cerro Castillo, cree que se debe "al peligro que empezó a tener, porque lo realizaban muchos niños y el fuego podía ser peligroso, sobre todo en Valparaíso y Viña del Mar que son ciudades tan propensas a los incendios".
Por esa razón fue que en la Junta de Vecinos del sector se decidió que tanto la fabricación como la incineración sea realizada por adultos, al punto de que las monedas son cada vez menos y han sido reemplazadas por monedas de chocolate, que son lanzadas mientras se quema el Judas.
Víctor Rojas reafirma la percepción en relación a la disminución de estos muñecos, porque antes se realizaban en todos los barrios. "Judas se ha transformado en una necesidad pública en los cerros de Valparaíso. Lo que pasa es que antes había en cada barrio, hoy son más por sectores o cerros, que cuentan con la presencia de más personas y con una mayor organización", señaló.
70 AÑOS de tradición
Durante la actividad en el barrio viñamarino, los niños que asistieron a la quema de Judas fueron llevados a bordo de una combi, que realizó un circuito por los alrededores del sector. Previo a la incineración, uno de los participantes que oficia de juez y que acostumbra a leer el tradicional testamento, aprovechó de referirse al acontecer nacional del país.
"Partiré mi testamento, lo que es labor popular, dejando algunas cosas al acontecer nacional. A los candidatos llorones de pura cebolla, les dejo sin que pidan el raspado de la olla", expresó la simulada autoridad, antes de que fuese quemado Judas, dando fin a las celebraciones de Semana Santa en el tradicional barrio de la Ciudad Jardín.