Interrogantes ante la universidad gratuita
¿Cuánto costará la gratuidad universitaria? Ante esa pregunta, el jefe de Educación Superior del Ministerio de Educación, Francisco Martínez, ha respondido que es algo que aún está en estudio. El titular de la cartera, Nicolás Eyzaguirre, entretanto, ha dejado en claro que en ese proyecto nada está zanjado. Estas declaraciones fueron formuladas luego de que se informara sobre un posible impuesto a los titulados para financiar la prometida gratuidad universal en la docencia superior.
Todo lo anterior cuando las cuentas sobre los fondos destinados a educación indican que de los US$ 5.000 millones que ingresarán por la reforma tributaria ya están comprometidos US$ 1.600 millones.
Además, está pendiente el gasto de la carrera docente, entre US$ 2.000 millones y US$ 2.500 millones. A ello se deben sumar US$ 1.000 en la fase inicial de la desmunicipalización.
Así, claramente falta una definición económica sobre la gratuidad universitaria, ante lo cual se ha filtrado la posibilidad del tributo a los egresados. Por el lado de los alumnos esa posibilidad es desestimada, según lo expresa a este Diario el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Santa María, José Allende, quien estima que ese tributo sería un ataque a la clase media insistiendo en que "si no hay un mayor impuesto a las empresas o personas que efectivamente tengan sueldos altos (…) no se va a solucionar el problema". Paralelamente, el dirigente pide mayor información por parte de la autoridad y considera nuevas movilizaciones.
Por su parte, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Claudio Elórtegui, destaca que en las reuniones sobre el tema gratuidad en el Ministerio de Educación nunca se ha postulado el tema del impuesto, agregando que para él "no es el mejor mecanismo, pero si no hay otra forma, yo no lo descartaría". A la vez, el rector insiste en un aspecto reiteradamente planteado: "Financiar a los estudiantes de más altos ingresos con dinero de todos los chilenos es una medida que va en contra de la reducción de la desigualdad (…) es regresiva y profundiza la desigualdad".
Y tiene razón el académico cuando llama a un "debate amplio entre todos los actores y teniendo como objetivo principal la construcción de un país justo y sin desigualdades".
Y en ese debate, de profundo interés en Valparaíso, el segundo gran polo universitario del país, se debe considerar como objetivo la equidad, la calidad, la transparencia del gasto y también el valor del esfuerzo personal de aquellos que reciben el beneficio de la educación superior.