El debate por la reforma laboral cuya discusión deberá marcar la pauta del Congreso Nacional durante varios meses sigue agregando aristas en la medida que cada uno de los protagonistas del sector productivo del país, y en particular de la región, da a conocer su visión respecto a uno de los ejes emblemáticos del gobierno de la Nueva Mayoría.

En el rubro de la construcción también existe inquietud por la nueva normativa, considerando que el sector ya suma a nivel país once meses consecutivos a la baja en los indicadores de empleo.

Una realidad que también golpea a la zona donde, en el último informe de desocupación correspondiente al trimestre móvil diciembre 2014-febrero 2015, se revela una caída de 13,4% en la comparación anual, lo que equivale a 9.810 plazas de trabajo menos.

A eso se suma el Índice de Actividad de la Construcción Regional (Inacor) que comenzó el año con una caída de 2,7%, manteniendo la tendencia acumulada durante todo el ejercicio 2014, donde la actividad constructora local, medida a través consumo de materiales, solicitud de permisos de obra y contratación de trabajadores, disminuyó 2% respecto de 2013.

"Como gremio estamos preocupados de la caída de nuestra actividad, porque es dinamizadora de toda la economía regional y motor del empleo, y la atribuimos, entre otros factores, a que evidentemente no hay un clima apropiado para las inversiones", comenta el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Valparaíso, Jorge Dahdal.

CONTRA REACTIVACIÓN

En esa línea, el titular del gremio considera que como está planteada, la reforma laboral va en contra de la reactivación del sector y por ende de la creación de nuevos puestos de trabajo en una área que ya viene con complicaciones.

A su juicio, la normativa está provocando un ruido y advierte que tendrá un impacto negativo en la actividad a nivel regional, sobre todo en lo que se refiere a las microempresas y las pymes. En esa línea, Dahdal enfatiza que la reforma desconoce la realidad que existe en el gremio de la construcción.

PARTICULARIDADES

"La ampliación de la negociación colectiva a trabajadores por obra o faena provocará grandes efectos en las pequeñas y medianas empresas del sector y en las oportunidades laborales para las personas", señala el líder gremial. Al respecto, explica que el nuevo cuerpo legal que está en discusión promoverá la formación de sindicatos y la negociación colectiva sin interiorizarse de las particularidades de la actividad.

En esa línea, Dahdal indica que se debe considerar, entre otros aspectos, el carácter transitorio de obras y proyectos, características que definen el tipo de relación contractual que predomina en el área. "La construcción es una actividad básicamente transitoria, donde los proyectos, en promedio, no duran más de 12 meses y los presupuestos se adjudican a suma alzada; por lo tanto, no hay posibilidades de modificarlos", subrayó.

Debido a esto, agrega que el tipo de contrato más común en el sector no es el indefinido, sino el contrato por obra o faena, cuya duración fluctúa en torno a los 6 meses. "Así los trabajadores negocian individualmente en cada obra a la que se incorporan. Y por ello es que entre 2004 y 2014 las remuneraciones del sector aumentaron 55%, mientras que el promedio nacional solo llegó al 33%", enfatizó el titular de la CChC de Valparaíso.

De acuerdo a ello, el líder gremial sostiene las dificultades que tendrán las empresas más pequeñas para adecuarse a lo que plantea la reforma. "Las grandes empresas podrán adaptarse, pero las microempresa y pymes que dan el 81% del trabajo en la construcción se verán fuertemente afectadas, y van a empezar a perder contratos y progresivamente a quedar fuera de mercado", dijo Dahdal.

situación compleja

Una realidad que, advierte, no será fácil de absorber por otros sectores económicos, dadas la especificidad de la actividad de la construcción. "Esto tendrá un impacto muy negativo en la economía general pues al reducirse la cantidad de empresas pequeñas y medianas del sector, se perderán puestos de trabajo, lo que es una situación muy compleja para trabajadores de la construcción, con baja preparación y con escasas posibilidades de reconversión laboral", sostiene el representante gremial.

Es por eso que sostiene que se deben mantener las regulaciones que existen para la actividad.

"Por ello como Cámara solicitamos al Gobierno que se mantenga el régimen especial que actualmente rige para los trabajadores de la construcción, en virtud de las características propias de nuestro sector, las que imposibilitan la negociación colectiva, como pretende el proyecto", enfatizó el personero.

"Las grandes empresas podrán adaptarse, pero las microempresas y pymes que dan el 81% del trabajo en la construcción se verán fuertemente afectadas"

Uno de los planteamientos que realizó la Cámara frente a la reforma laboral es que se trata de una actividad transitoria, donde las obras en promedio duran 12 meses. La mayoría de los proyectos y faenas de construcción se adjudican bajo la modalidad de "suma alzada", es decir, las empresas se comprometen por contrato a realizar el trabajo a cambio de una suma total, lo que les obliga a estimar con anticipación y a mantener un estricto control de los costos de cada variable. El gremio advierte que cambios significativos en estos costos podría llevar a la paralización de las obras.

Claudio Ramírez

9.810

puestos de trabajo se perdieron en el sector en el último trimestre móvil (dic. 2014 a febrero 2015) respecto al año pasado.

81%

del empleo que entrega la actividad de la construcción radica en las micro, pequeñas y medianas empresas.

55%

aumentaron las remuneraciones de los trabajadores del sector en un plazo de diez años (2004-2014), comentó el líder gremial.

2%

fue la caída del índice de actividad de la construcción en la Región de Valparaíso durante el año 2014, tendencia que se mantiene.