Autoridades realizan dura autocrítica a situación actual de la Ciudad Jardín
viña del mar. Parlamentarios y concejales aconsejan una planificación pensada a futuro.
El último fallo de la Corte de Apelaciones que dejó sin efecto el permiso de obras para la construcción de un edificio en Santa Inés, sumado al retraso en las obras del estadio Sausalito y los estacionamientos subterráneos en la plaza Sucre, dejan en evidencia una serie de problemas que el municipio de Viña del Mar ha venido arrastrando en su última administración y que ha transformado a una ciudad en "poco amable", según la opinión del destacado columnista de El Mercurio, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales y miembro de la Comisión Asesora Presidencial contra Conflictos de Interés, Tráfico de Influencias y Corrupción, Agustín Squella.
La razón, esgrime, se da ante el aumento de la suciedad y rotura de las principales calles, pero también por la sumatoria de permisos de construcción en altura, la expansión del comercio ambulante, la escasa solución dada a los campamentos y el desorden del transporte público, ente otros problemas que integran una larga lista de apreciaciones.
"No nos engañemos, no tenemos una ciudad bella y bastaría que tuviéramos una más amable", concluye Squella.
Autoridades municipales, parlamentarios, concejales y organizaciones vecinales y de comerciantes coincidieron con el diagnóstico del académico, asumieron su grado de responsabilidad y plantearon la necesidad de realizar una planificación urbana de largo plazo para la Ciudad Jardín.
"Es cierto que ya no es la ciudad donde nos criamos, dejamos de tener un compromiso y todos somos responsables de la situación en que se encuentra Viña del Mar", comentó la concejala Laura Giannici. Agrega que Viña del Mar, efectivamente, ya no es amable: "Se han privilegiado otros temas, como el arreglo de las calles por sobre las veredas, o el aumento inmobiliario en vez del cuidado de los jardines, que era por lo que se caracterizaba nuestra comuna".
Similar opinión sostuvo el senador Francisco Chahuán (RN), quien precisó que "claramente la ciudad tiene muchos temas pendientes, por ejemplo, la erradicación de los campamentos, la ciudad tiene los dos más grandes del país. Aquí hubo un acuerdo entre el Gobierno Regional y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), pero lamentablemente ha habido una acción poco diligente de la autoridad regional para poder terminar con la erradicación definitiva".
En cuanto a la imagen actual de Viña del Mar, el parlamentario reconoció que "falta un plan de desarrollo en la ciudad que permita repotenciar ciertos sectores que son esenciales en la imagen de la comuna, como la avenida Valparaíso y el sector de Viña Oriente, donde son necesarios impulsos y fortalecimientos económicos para el comercio. Se requiere de una planificación urbana para que el centro de la comuna tenga más valor".
AVANZAR HACIA EL FUTURO
Uno de los más autocríticos fue el concejal Víctor Andaur (PC), al señalar que dentro de las autoridades no había agilidad en la toma de decisiones. "Las críticas corresponden a una realidad que vivimos y en la que hay responsabilidades compartidas. El problema general es que hay una falta de planificación porque se trabaja día a día, hay una ausencia de una planificación estratégica, lo que se traduce en que no existe la idea de pensar la ciudad hacia un futuro", comentó, agregando que "asumimos la responsabilidad, porque al trabajar durante cuatro años no se piensa muchas veces que esto continúa por más tiempo. Falta una cuota de autonomía de cada una de las autoridades pertinentes".
En la misma línea, el diputado Rodrigo González (PPD) destacó que el deterioro en la ciudad ha ocurrido en los últimos dos periodos de la alcaldesa Virginia Reginato, y que la falta de liderazgo en la conducción provoca un "déficit estructural dentro de la administración".
"Se ve un desperfecto en la calidad de vida de los viñamarinos, al ver el nivel de desagrado con el que viven los vecinos. La municipalidad no tiene una visión a largo plazo y se contradice con los enormes recursos con los que cuenta. No ha sabido cómo invertir estratégicamente, hay una falta de anticipación con los fondos que recibe. Por ejemplo, con los aportes del Casino Municipal, donde en 15 años se debió prevenir que en algún momento podían dejar de recibirlos. Ahora existe la preocupación", precisó el parlamentario.
Sobre la capacidad de la alcaldesa para comandar un proyecto a futuro, González agregó que "dudo que el municipio actual tenga la capacidad de conducir un proyecto así, porque no lo ha hecho en sus tres anteriores administraciones", aunque también responsabiliza a los vecinos, a quienes culpa de la baja participación ciudadana que tuvieron en las elecciones municipales de 2012.
Al respecto, uno de los integrantes de la Fundación Defendamos la Ciudad, Carlos Valencia, le restó responsabilidad a los vecinos al señalar que "son los parlamentarios, la alcaldesa y los concejales los que no cumplen con su función y después culpan a la escasez de recursos. Viña se ha convertido en la ciudad del cemento, en el verano se transforma en Santiago y las edificaciones han afeado la panorámica maravillosa que teníamos hace menos de cinco años".
expansión INMOBILIARIA
La expansión inmobiliaria se ha convertido en uno de los puntos más criticados en el último tiempo, obligando al municipio a congelar permisos de edificación en sectores como Recreo, Limonares y Jardín del Mar.
"La ciudad es una selva de cemento", comentó el senador Chahuán, mientras que el diputado González apuntó a que "las inmobiliarias hacen lo que quieren y la Dirección de Obras Municipales (DOM)- por su autonomía- aprueba lo que se le antoje. Hay que hacer un Plan Regulador con intensiones a futuro, que no vaya en beneficio de las edificaciones, sino de los vecinos".
Justamente, la modificación al actual -que data de 2002- se comenzó a materializar hace dos años a través de la propuesta que presentó el diputado Osvaldo Urrutia (UDI), en ese entonces director de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla). "El Plan Regulador nuevo en el que se está trabajando va a ser mucho menos invasivo que el actual, que por cierto fue un muy mal plan que la alcaldesa Reginato tuvo que heredar. Por algo contiene cerca de doce correcciones que sirvieron para que no se siguiera construyendo en algunos sectores", precisó el parlamentario.
Además, recordó que son los concejales quienes tienen la responsabilidad de aprobar el Plan Regulador y sus modificaciones. "Los congelamientos son, claramente, una práctica que no se debería hacer, porque deja en evidencia que se está corrigiendo algo mal hecho", dijo.
En tanto, la concejala Pamela Hodar (UDI) confirmó que el Concejo Municipal está trabajando para cambiar el actual plan. "No estoy en contra del desarrollo, pero esto tiene que ser en armonía con los vecinos, la comuna tiene que volver a ser hogareña, en la que se pueda transitar a pie y sea bonita, como una verdadera ciudad costera", sostuvo.
POSICIÓN DEL MUNICIPIO
Desde la Municipalidad de Viña del Mar reconocieron que "es evidente que la imagen actual no es de las mejores en algunos sectores, pues, a pesar de las medidas de mitigación en los alrededores de la plaza de Viña, se ha visto impactada por la construcción de los estacionamientos subterráneos de la plaza Sucre. Además, ocurre una situación similar en el entorno del muelle Vergara, que actualmente se encuentra cerrado por remodelación. Es una realidad que ha generado complicaciones vehiculares y peatonales, que están dentro de la ejecución del programa de repavimentación de calles".
Por ello, señalan, "sancionar a esta ciudad por zonas que hoy están siendo objeto de construcciones o intervenciones que -obviamente- durante su ejecución van a generar un costo de funcionamiento, imagen y estados de ánimo, no nos parece ni justo ni objetivo, es más, a lo menos es parcial".
Sin embargo, recordaron que Viña del Mar ha sido escogida como una de las mejores para vivir dentro del país. "Nuestra comuna muestra y ofrece una calidad de vida que es reconocida y apreciada por la gran mayoría de los chilenos. Un logro de todos los viñamarinos", precisan.
En su calidad de secretario general de la Unión Comunal de Viña del Mar, Fernando Pérez reconoció que el deterioro de Viña del Mar es una realidad en la parte alta de la ciudad. "La ciudad perdió su belleza en las jardinerías, porque se llenó de edificios en todos los sectores. Ya no existe la calidez de antes, porque el mejor barómetro lo da la gente y está descontenta. Lamentablemente, no se controla a las inmobiliarias y ellas hacen lo que estimen conveniente. Eso genera que la suciedad aumente en las calles, por lo menos en los últimos cinco años. Falta el apoyo de las autoridades", comentó.
"Los congelamientos son una práctica que no se debería hacer, porque deja en evidencia que se corrige algo malo"
"Lamentablemente ha habido una acción poco diligente de la autoridad regional para erradicar los campamentos"
"Se ve un desperfecto en la calidad de vida de los viñamarinos, al ver el nivel de desagrado con el que viven los vecinos"
Cristián Rodríguez F.
2002
es el año en que se modificó por última vez el Plan Regulador. A la fecha tiene cerca de doce correcciones.
5
años atrás comenzó el deterioro de la Ciudad Jardín, según señalan las autoridades y vecinos.