Nuevos datos de sonda Rosetta desafían teoría de la formación de los cometas
Espacio. Misión encontró que el cometa en que se posó la sonda no tiene campo magnético propio. Su módulo Philae "despertaría" en las próximas semanas.
Los datos de la sonda espacial Rosetta señalan que el cometa 67/P Churymov-Gerasimenko (67P) no tiene campo magnético propio, lo que contradice la creencia científica actual sobre la formación y evolución de los cometas.
Esta revelación fue presentada ayer en Viena por Hans-Ulrich Auster, un científico alemán del proyecto Rosetta, desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Los datos del módulo de aterrizaje Philae, de Rosetta, fueron difundidos en una rueda de prensa celebrada durante el congreso de la Unión Europea de Geociencias que se celebra hasta el viernes en la capital austriaca.
Las mediciones del instrumental de Philae, que aterrizó en noviembre pasado sobre ese tipo de cuerpos celestes, sugieren que fuerzas magnéticas "no juegan un papel dominante en la formación y evolución de un cometa", sostuvo Auster.
Aunque fuera difícil de comprobar, la comunidad científica pensaba hasta ahora que procesos como la magnetización eran una parte integral de la formación y la evolución de los cometas. Así, algunos astrofísicos han sugerido que el magnetismo podría ser responsable de alinear y después aglutinar rocas para formar cuerpos más grandes durante las primeras fases de la formación de un planeta.
Pero en un estudio publicado ayer en Internet por la revista Science, los científicos liderados por Auster, de la Universidad Técnica de Braunschweig (Alemania), indicaron que sus datos no respaldan esta teoría.
Allan H. Treiman, científico jefe del Instituto Planetario y Lunar en Houston, Texas, quien no participó en el estudio, señaló que los resultados apuntan de forma creíble a que ese fenómeno se debiera a otras fuerzas.
En misiones espaciales anteriores resultó siempre complicado obtener datos fiables al respecto, por la interacción entre los vientos solares y los cometas, explicó el científico en la actividad en Viena.
Enviado al espacio en marzo de 2004 por la Agencia Espacial Europea, la aeronave Rosetta está orbitando 67P desde el año pasado y se acerca a ratos a unos diez kilómetros de su superficie.
Los instrumentos a bordo del módulo de aterrizaje de la sonda incluyen dos sofisticados medidores magnéticos, usados por el equipo liderado por Auster, de la Universidad de Braunschweig, Alemania.
Durante varios contactos directos con la superficie del cometa, los científicos pudieron tomar mediciones precisas que de forma consistente estaban por debajo de niveles considerados críticos.
Por eso, los científicos encabezados por Auster interpretan estas observaciones como un indicio de la ausencia de un campo magnético global en torno al núcleo del comenta.
Eso sugiere que las fuerzas magnéticas no podrían ser tan importantes como la ciencia pensaba hasta ahora para el nacimiento y la evolución de comentas de ese tamaño.