El martes, en cadena nacional, la Presidenta Bachelet dio a conocer su propuesta para mejorar la calidad de la política a partir del informe de 217 páginas elaborado por el Consejo Anticorrupción que puso el foco en el financiamiento de la política, así como también en vacíos en torno a los municipios, compras públicas y el mundo privado.
Entre las medidas anunció un "proceso constituyente" a partir de septiembre, que muchos confundieron con una asamblea constituyente. Sin embargo, el senador Alejandro Navarro cree que es un equívoco, y que sin plebiscito no hay proceso constituyente que avale una nueva Constitución.
-¿Le gustaron los anuncios de Bachelet?
-Valoro el conjunto de propuestas recogidas por la Presidenta, sin embargo aún ronda la incertidumbre respecto al mecanismo que se utilizará para redactar la nueva Constitución.
-¿Por qué?
-La asamblea constituyente es el mecanismo que cumple con los principios de democracia, participación e institucionalidad planteados por la Presidenta. El poder constituyente radica en la ciudadanía y en sus deseos e intereses, por lo tanto, no habrá proceso constituyente sin que existan los instrumentos jurídicos para que la participación ciudadana sea vinculante y resolutiva. Para ello se necesitan votos en el Congreso, por lo que hay que convertir el anuncio de la Presidenta en una gran movilización nacional que acorrale a la UDI y a RN, obligándolos a tomar decisiones sobre un plebiscito vinculante.
-¿Y si no se logra?
-De no ser así el castigo ciudadano debe expresarse en que todos aquellos parlamentarios que hayan rechazado esta vía, en la próxima elección se vayan del Congreso, generando así una mayoría para restituir el plebiscito y poder tener una nueva Constitución desde la base a través de una asamblea constituyente. Sin el instrumento del plebiscito nacional vinculante no existirá la posibilidad de que la ciudadanía vote y decida sobre una nueva Constitución.
-¿Cómo queda el escenario político con estos cambios?
-La derecha sin binominal y sin donaciones secretas, se refugiará en la Constitución de Pinochet y no la transarán por nada. La UDI se adaptó a la democracia, pero no renunciará a su matriz. Hoy la Nueva Mayoría no tiene el quórum de dos tercios o tres quintos para generar estos mecanismos e impedir que se repita la lógica de los consensos o diálogos hechos hasta ahora, los cuales han sido meramente consultivos, sin vinculación con las propuestas finales. Ni con Lily Pérez, Antonio Horvath y Carlos Bianchi tenemos los votos. Y si es con Allamand y con Espina es acuerdo político y en los acuerdos se negocia. Entonces van a discutir los mismos que hicieron los programas de gobierno y los partidos y será complejo integrar a la ciudadanía si ésta sabe que la decisión final pasa por un Congreso carente de legitimidad.
-¿Pero por qué insiste en la asamblea constituyente?
-Es importante tener en cuenta que el mecanismo para confeccionar una nueva Constitución es igual de importante que el contenido de ésta, ya que determina el grado de legitimidad de la nueva carta fundamental. Confío en que la Presidenta dará urgencia al proyecto que instaura el plebiscito nacional vinculante y permitirá a la ciudadanía ser protagonista de un nuevo pacto social.
-También puede ser que se elija un Parlamento constituyente.
-Todos los que cumplamos 32 no podemos repostular. A eso estoy disponible con Carlos Montes. Además la investigación Penta y SQM está en pleno desarrollo y nadie puede anticipar cuánto puede impactar al Congreso. La penetración de SQM fue transversal y planificada para tener amplia protección. Una cosa es clara: la ciudadanía y no una ley es la única que puede exigir la inhabilidad a todos ellos. Y los partidos estarán a prueba si insisten en llevarlos a la reelección. La primera medida de los partidos es no permitir la reelección de quienes tienen tres periodos de diputados y dos de senador.
-Entonces a su juicio no existe otra fórmula...
-Solo es posible un proceso constituyente si hay reflexión, debate y voto ciudadano. Nada puede ser aprobado en un Congreso que en este proceso ha perdido legitimidad por ser incumbente y estar cuestionado. No hay otra salida que un plebiscito ciudadano para una nueva constitución.
-¿Sigue siendo necesario que haya un cambio de gabinete?
-Un cambio de gabinete no es solo necesario sino que imprescindible y será la clave del éxito o fracaso de las propuestas anticorrupción. Ese gabinete tiene una doble tarea. La matriz estructurante anunciada por Bachelet y cumplir estrictamente el programa original, ya que el último año será de evaluación ciudadana. Pero creo que todo es modificable en el nuevo gabinete menos Peñailillo. Es la estabilidad para el cambio.