Imputado por muerte de estudiantes inició terapia psicológica en la cárcel
Al igual que los otros 50 internos, imputados y condenados, que están en el módulo 107 de la Unidad Especial de Alta Seguridad (UEAS) del Complejo Penitenciario de Valparaíso, Giuseppe Briganti, el único imputado por el asesinato de Exequiel Borvarán y Diego Guzmán el jueves pasado, vive sus primeros días de prisión preventiva con un guardia que lo cuida las 24 horas del día por las amenazas de muerte en su contra.
Briganti inició esta semana, además, una terapia psicológica para evitar un posible suicidio. El sábado pasado fue su primera mañana ahí, y a las 8.30 horas ya debía estar levantado para comer, salir al patio, hacer deporte o recibir visitas. Pero él prefirió dormir un poco más. Hasta que en la tarde sus padres lo visitaron para saber cómo estaba.
Lo que vieron no les gustó: Briganti se veía más deprimido que de costumbre y con un ánimo que les hizo pensar a ellos y a los directivos de Gendarmería que era urgente atenderlo psicológicamente para evitar que atente contra su vida.
Según su padre, José Briganti, Giuseppe fue cambiado el fin de semana al módulo 118, que no tiene las mismas medidas de seguridad que el 107 y en que en su mayoría está compuesto por internos provenientes de las Fuerzas Armadas.
Desde que llegó a la cárcel, el viernes en la tarde, un guardia especial lo sigue a todos lados las 24 horas del día. El jueves en la tarde, luego que se filtrara su nombre y rostro en las redes sociales, tanto él como su familia directa, tíos, tías y su polola recibieron amenazas de agresiones y muerte, las que, según su familia, continúan.
Incluso, José Briganti dice que han amenazado de muerte al hermanastro de 9 años de Giuseppe, a través de su WhatsApp. Por eso es que ya hizo dos denuncias a Carabineros.
Rutina
A las 17 horas, Giuseppe Briganti debe regresar a su celda, que según Gendarmería comparte con varios reclusos que también requieren medidas de seguridad especiales. Se trata de internos que han sido protagonistas de delitos de gran connotación social, o que, debido a su compromiso delictual requieren de una mayor seguridad penitenciaria.
Allí, de acuerdo a Gendarmería, duerme en una de las literas, conversa un poco, siempre bajo la vigilancia de su guardia personal, y ocupa el baño incluido en el lugar. Sin embargo, su padre, José Briganti, dice que en ese lugar está en una celda solo, con un colchón y una especie de urinario. Todo esto, cuenta, ha ayudado a incrementar su depresión. "Duerme todo el día, no hace nada, solo duerme para no pensar, para olvidar", precisa.
El sábado, a las 13 horas, lo visitó por solo 20 minutos y ahí Giuseppe lo abrazó y le dijo entre lágrimas: "¡Yo no los maté, yo no maté a nadie! Me estoy volviendo loco acá".
"Sabemos que está muy afectado, lo vimos y la gente de Gendarmería y la psicóloga nos han dicho lo mal que está", dijo su madrastra, Graciela Rojas, quien lo conoce de años.
Después de esa visita lo trasladaron al módulo 118, pero este lunes lo cambiaron nuevamente al módulo de alta seguridad 107, en el que permanece hasta ahora.
ALTA SEGURIDAD
Este es similar, en términos generales, a los otros 22 módulos de la unidad. Está dividido en dos edificios, de cuatro pisos, donde están las celdas. La diferencia con otros edificios del complejo es que tiene características de seguridad especiales y más control, acceso restringido y sistemas de vigilancia (cámaras y otros dispositivos) adicionales, con presencia de personal permanente.
"Mi hijo es inocente, no mató a nadie, pero lo están tratando como un delincuente, lo están inculpando para cubrir a otra persona. No puede ver tele, no puede hacer nada. Lo tienen medicado con pastillas supuestamente para que no haga nada, porque está muy, muy triste. No puede conversar con otros reclusos", dijo su padre, en una versión muy diferente a la que dio Gendarmería.
"No pedimos que esté en un hotel, pero que tenga algo, tampoco quiero que le pase nada o que haga algo contra él. Tuvo todas las comodidades en su vida y ahora tiene que pasar por esto siendo que es inocente", critica, adelantando que pedirán un análisis de sangre a su hijo para que se descarte el consumo de drogas. "Nunca lo vi consumir y menos vender cocaína", dice su papá.
"TENGO QUE ESTAR AHÍ"
La madre de Exequiel Borvarán, Olga Salinas, dijo que marchará mañana junto a los miles de estudiantes y trabajadores que cada año protestan en medio de la Cuenta Pública Presidencial de cada 21 de mayo.
Aunque reconoce que antes de la muerte de su hijo nunca estuvo muy de acuerdo con las manifestaciones, porque las encontraba peligrosas, ahora la historia es diferente. "Tengo que estar ahí marchando, a lo mejor no como ellos, ya estoy mayorcita, pero sí acompañándolos. Mi hijo realmente tiene todo el derecho a que yo lo ayude, que lo apoye en lo que él creía. Esto pasa por un tema de tolerancia más que nada. Se rayó o no se rayó, no es ese el tema en discusión. Si porque tú escribes algo, no sé, te pegan un tiro... eso deja claro que acá hay un problema grave de intolerancia".
Salinas aclaró que no quiere politizar el tema, porque su hijo no era militante de un partido y, de hecho, confiesa que "ya le había dicho que no participara en las manifestaciones, egoístamente, porque él no tenía problemas para pagar su universidad. Cuando le decía eso, él me respondía: 'Tengo compañeros que no tienen beca, ningún beneficio', pero yo no lo entendía, veía todo como madre, egoísta con su hijo, que no le pase nada, para qué ir a marchar. Hoy yo voy a hacerlo en su honor y por el otro joven que murió ese día".
PUDO HABERSE SALVADO
Una de las críticas más fuertes que hace la madre de Exequiel es contra los hospitales y el sistema de urgencia que, dice, no funcionaron ese día. "Fue un factor importante en lo que pasó. Mi hijo pudo salvarse probablemente. Hubo una tardanza que no sé cuánto fue, pero debe haber sido más de 20 minutos los que pasaron para que recibiera atención. Fue socorrido por sus amigos, por muchachos inexpertos".
Por eso pide al Gobierno mayores fondos para los hospitales con el fin de que mejoren los servicios de atención de urgencia. "Los hospitales dependen del Gobierno. Marcharé también para que no vuelva a pasar lo que le ocurrió a mi hijo y al otro muchacho, para que nunca más por el retraso de la atención de urgencia se pierdan vidas. Para que nunca más por negligencia hospitalaria ocurran estas desgracias".
AMBULANCIAS EN MARCHAS
Para la marcha de mañana y las que siguen, la madre de Exequiel pidió que se instalen varias ambulancias en el lugar, para que puedan reaccionar rápido. "Deberían estar siempre en cualquier tipo de evento con muchas personas, sobre todo cuando son de este tipo, cuando hay enfrentamientos. Se sabe que puede haber gente herida, así que, por favor, que lo hagan de ahora en adelante. Creo que estoy en mi derecho de pedirlo".
Tanto en Valparaíso como en Santiago se realizaron ayer marchas para recordar a Exequiel Borvarán y Diego Guzmán. Y si bien la llevada a cabo en la capital terminó con serios desórdenes en la Alameda, la desarrollada en la Ciudad Puerto fue más tranquila, adhiriendo a ella unos mil jóvenes que con banderas, lienzos, globos, velas y un minuto de silencio rindieron un sentido homenaje a los estudiantes universitarios asesinados el jueves 14 de mayo. La manifestación, que comenzó cerca de las18 horas, terminó con un acto cultural en el Parque Italia. Posteriormente se registraron incidentes aislados.
Pamela Boltei