A George Clooney parece que le está pasando la cuenta la edad en Hollywood. El actor, de 54 años, bromeó con que "antes ganaba las peleas y ahora me zurra cada robot que pasa por delante", como a los que se enfrenta en "Tomorrowland", cinta que presentó ayer en Valencia (España, donde transcurrió parte del rodaje) y que se estrenará mañana en Chile.
"Cumplir años en esta industria implica transformarte. Y en esta película me lo he pasado bomba dándome golpes", reconoció Clooney que en la producción de los estudios Disney interpreta a Frank Walker, quien fuera un niño prodigio y ahora es un inventor frustrado.
UN DESCONOCIDO MUNDO
Por casualidad, Walker conoce a una joven fascinada por el mundo científico llamada Casey Newton (encarnada por Brit Robertson). Ambos se embarcan en una misión para desenterrar los secretos de un universo desconocido en tiempo y espacio, pero conocido por todos como Tomorrowland.
Durante su peligrosa aventura deben enfrentarse al déspota David Nix (Hugh Laurie, conocido por su rol en la serie "House"), pero juntos se dan cuenta de que sus acciones pueden cambiar el destino del mundo. La historia dirigida por Brad Bird ("Ratatouille") transcurre entre viajes en el tiempo, explosiones, desintegraciones, persecuciones y la recreación de una sociedad ideal.
"Tomorrowland" es, según su realizador, una cinta típica de entretenimiento, aunque con un mensaje que espera que cale entre los jóvenes: el futuro es para los soñadores que no se quedan tumbados esperándolo, sino que caminan sin descanso hacia sus sueños.
Eso es precisamente uno de los aspectos que destacó George Clooney, quien aceptó hacer la película porque "me gustó cómo plantea que el futuro no es inevitable y que se puede hacer algo (para cambiarlo) si te involucras".
Haciendo gala de su compromiso en la defensa de los Derechos Humanos, recordó cómo su generación, en los años '50 y '60 supo darse cuenta del poder que tenía cada voz para intentar cambiar las cosas. "A veces ese mensaje se pierde, nos bombardean con noticias malas. ¿No podemos hacer nada?", se preguntó, aludiendo así a su personaje.
Para hacer la cinta, Disney desembolsó 190 millones de dólares. Un riesgo, ya que la crítica estadounidense ha manifestado sus dudas sobre este filme, tachándolo de "decepcionante" y "mediocre", según las palabras usadas por "Variety"; aunque otros medios como "The Hollywood Reporter", han aplaudido su belleza y su apuesta por una historia que "no pertenece a ninguna franquicia".