El día que estrenó su primer cortometraje, la abuela de la directora Maite Alberdi ("El salvavidas") no se presentó. ¿La razón? Tenía un compromiso ineludible con sus amigas, con quienes se juntaba religiosamente una vez al mes desde que salieron del colegio. Fue en ese momento que tomó conciencia de la importancia del rito que la había acompañado toda la vida y decidió convertir el evento en una película.

Así nació "La once", documental que ha sido premiado en el Sanfic, además de Guadalajara, Miami y Barcelona, por nombrar algunos festivales, y que se estrena hoy tanto en circuito comercial como en salas de cine arte.

LA VERDADERA AMISTAD

"Son muy distintas entre ellas, como que tienen personalidades muy, muy distintas. Como que hay días que se odian, que se quieren matar, pero al final se siguen queriendo", asegura. Desde esta perspectiva, la realizadora pensaba que estas reuniones reflejaban la verdadera amistad, en el sentido que "los amigos del colegios no son los que se parecen más a uno, pero uno los quiere, son parte de la vida, casi familiares. Entonces, estas mujeres en esta etapa casi lo que más tienden es a los amigos, más que a la familia".

Una de las particularidades que tiene el filme es que Alberdi instaló la cámara y dejó que el evento se desarrollara. "Nosotros no interactuábamos con ellas, las grabábamos en sus rutinas tal cual eran. Tampoco le cambiamos nada, porque ellas seguían conversando como si fuéramos de utilería, totalmente invisibles", dice, y afirma que "eso es lo impresionante de la película: el acceso privilegiado".

Por el tiempo que duró el registro acumuló horas y horas de material; sin embargo, no le fue difícil montar la historia. "Se movían en ciertos temas y esos son los que están", asevera la realizadora, ejemplificando con la viudez, la sexualidad en la vejez y el rol de la mujer en la sociedad, y advierte que "no sé si era competencia o qué, pero entre ellas decían la que habla de enfermedades ponía luca en la mesa. Era un tema prohibido, se estaban muriendo y todo, pero no importaba".

UN NUEVO DESAFÍO

"La película para mí como directora es radical en términos de lenguaje. Una apuesta de cinco años, en un solo lugar, con solo una mesa", precisa Maite Alberdi. No obstante, "los personajes son tan reconocibles para todas las nacionalidades que es increíble".

Esa es la explicación que tiene para que "La once" haya obtenido tantos reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional; y, desde esa perspectiva, considera que "los premios son un regalo".

El lado más difícil, eso sí, fue tener que explicar por qué la película lleva ese título, ya que la tradición de la hora del té solo se vive en Chile. "Cada vez que presento la película, me preguntan por qué en español se llama 'La once'. Después decía 'bueno, obvio que debería haberle puesto otro título en español para los otros países', porque ha sido una explicación que siempre que he tenido que dar".

Actualmente, junto con promocionar este documental, se encuentra en la etapa de edición de su nuevo trabajo "Los niños", el cual trata sobre un grupo de adultos de 40 o 50 años con síndrome de down, que siguen siendo tratados como niños.