Nuestro archivo
150 años | 8 de junio de 1865
Cochero atropellado por
Un cochero fue llevado anoche bastante estropeado a la policía y de allí a su casa, a consecuencia de haberse atropellado el mismo, al caer del pescante al tiempo de subir a él y las ruedas le pasaron por el cuerpo. Después de tantos atropellos a los transeúntes, vemos por primera vez que uno de ellos se atropella a si mismo.
100 años | 8 de junio de 1915
su propio coche
A las 7 de la mañana fondeó en este puerto el crucero británico "New Castle", procedente de alta mar, habiendo sido Coquimbo el último puerto de arribo, proveyéndose de fruta. En Valparaíso se abastecerá de víveres frescos para variar el rancho. En el buque llegó el adicto naval inglés en Chile, capitán de navío señor Burnes.
50 años | 8 de junio de 1965
El arribo del crucero
En reunión entre el subsecretario de Transportes Sr. Sergio Saldivia y el Intendente Sr. Enrique Vicente, con representantes de los empresarios y choferes de la locomoción colectiva, se acordó mantener la tarifa única en los recorridos de microbuses entre Valparaíso y Viña del Mar y los cerros, que será de 120 pesos y 180 nocturna.
inglés "New Castle"
Mantendrán tarifa única
para los microbuses
Paralización de un ascensor porteño
La paralización por casi un año del ascensor El Peral, que será sometido a reparaciones y modernización de sus estructuras, viene a poner en el tapete una realidad que solo a veces es tomada en cuenta, respecto a que la red de ascensores de Valparaíso cumple una función de transporte público y de apoyo al turismo. La inmediata reacción de residentes y comerciantes ha sido de indignación, porque un año paralizados les afectará a unos el cotidiano desplazamiento, y a los otros una merma muy probable de turistas y personas que habitualmente concurrían a los establecimientos del sector.
Al mismo tiempo, viene a reafirmar algo que es un secreto a voces, y es que los ascensores de Valparaíso, fuera de constituir un patrimonio, son parte integrante del transporte público de áreas muy particulares de la ciudad, y constituyen un medio de transporte, ya sea particular, de propiedad municipal (y del Estado en nuestros días), no reconocido como tal por el Ministerio de Transportes, a los que no atañen las regulaciones estatales en torno a este segmento y tampoco gozan de las prerrogativas de tal en relación con las licitaciones por parte del Estado para su normal desenvolvimiento, como ocurre con el Transantiago y los suculentos recursos que se entregan a las regiones como compensación a los apoyos fiscales a un sistema de transporte metropolitano, que es privado.
Todo esto lo hemos recordado a raíz de la decisión municipal de paralizar el ascensor El Peral, que entre otros servicios, es el medio más expedito para acceder al remodelado Palacio Baburizza y su Museo Municipal de Bellas Artes, además de una serie de negocios y para los propios vecinos, acostumbrados a contar con un medio de transporte y a un precio bajo, que es de cien pesos.
Pues bien, la Municipalidad tiene no solo todo el derecho sino la obligación de reparar y mantener un ascensor, que como toda la red porteña tiene sus buenas décadas de servicio, para modernizarlo en beneficio de sus usuarios. Si no lo hiciera, la corporación podría ser reprochada ante cualquier emergencia, por no abordar prontamente a las reparaciones pertinentes.
La intervención debe ser realizada, y los vecinos y comerciante deben asumir el costo, aunque podríamos preguntarnos si el plazo de casi un año es o excesivo para estos trabajos, que si fueran en los alrededores de la La Moneda, demandarían solo un par de meses.