¿Existe alguna relación entre la desalineación de los dientes y los dolores de espalda? ¿Es efectivo que si caminamos curvados, con el tiempo podríamos ver afectada nuestra capacidad para masticar adecuadamente los alimentos?
Si bien no es factible responder con un sí categórico a dichas interrogantes, es cada vez mayor la evidencia que revela que las alteraciones que sufren las estructuras osteomusculares de nuestro cuerpo son también capaces de afectar nuestra salud bucal.
En los últimos años, diversos especialistas han logrado relacionar el padecimiento de escoliosis y otras alteraciones de columna, cuello o cabeza con el desarrollo de ciertas disfunciones orales como el bruxismo y la maloclusión de los dientes.
Incluso, han comprobado que la hiperextensión cervical provocada por cuadros mayores de estrés o malas posturas influye de manera directa en la retracción de la mandíbula, lo que termina por afectar los procesos fisiológicos de la masticación, respiración, fonoarticulación y deglución.
Debido a su eventual consecuencias, este tema ha ido adquirido cada vez más relevancia. Sin embargo, a nivel mundial aún son escasas las investigaciones que se enfocan en este ámbito de estudio, sobre todo porque integra dos disciplinas complementarias que aparentan ser inconexas entre sí: la odontología y la kinesiología.
En España, por ejemplo, el impacto de las deficiencias posturales en la salud bucal se considera un síndrome que se analiza bajo el concepto de odontología holística, y algunos trabajos académicos allí realizados advierten que el 60% de los pacientes con dolor crónico de espalda presenta alteraciones que derivan en la ausencia de piezas dentales, prótesis mal adaptadas, metales que provocan corrientes galvánicas u ortodoncias no integradas, entre otras.
CAUSA Y EFECTO
En Chile, la realidad no difiere de la señalada, pero en los últimos años han ido apareciendo cursos y trabajos que contribuyen al avance en este campo.
Uno de los pocos especialistas dedicados al tema en nuestro país es el kinesiólogo y profesor de la Cátedra de Salud Pública de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso, Sebastián Espinoza Espinoza, quien ha analizado en detalle la asociación entre la anteposición de cabeza y cuello y las desarmonías dentomaxilares.
"El sistema estomatognático -conformado principalmente por los maxilares, piezas dentales, encías, lengua, glándulas salivales, piso de la boca, articulaciones y músculos asociados- está relacionado directamente con la columna vertebral y el hueso hioides. Esto da cuenta de una influencia recíproca entre todas esas estructuras", afirma el académico.
En su opinión, existe un gran número de trastornos musculares, contracturas o problemas de rendimiento físico que tienen su origen en la cavidad bucal, los cuales pueden causar desórdenes a distancia en el organismo y viceversa. "En otras palabras, existe una relación de causa-efecto entre las alteraciones posturales y ciertas disfunciones cráneo-cérvico-mandibulares", precisa el docente de la Facultad de Odontología de la UV.
En general, a las desviaciones posturales se las clasifica como "descendentes" y "ascendentes". Entre las más comunes se pueden contar la anteposición de cabeza y cuello, las disfunciones de la articulación temporomandibular, el bruxismo y también la escoliosis.
MECÁNICA
En su mayor parte, las alteraciones posturales surgen de un patrón de comportamiento común vinculado a las actividades que realizamos a diario, como leer, caminar agachados, ver televisión acostados, usar anteojos bifocales, dormir doblados o trabajar sentados frente a un computador. En tal sentido, se estima que en Chile el 80% de los adultos padece algún tipo de desviación postural, principalmente de columna.
Por ser su efecto acumulativo, los más expuestos a sufrir eventuales alteraciones que pueden desembocar en tratamientos de ortodoncia son los niños, en especial los que presentan problemas de hiperactividad, déficit de atención, descoordinación o dislexia.
"Los niños son el tipo de paciente al que más debiéramos educar al respecto, ya que en la infancia las malas posturas todavía son flexibles. A medida que avanzamos en edad nuestras posturas se van fijando hasta que la estructura óseo-articular queda establecida. Cuando eso ocurre ya es muy difícil corregirla y a nivel odontológico solo queda intervenir", asegura Sebastián Espinoza.
Por lo anterior, el especialista recomienda a los padres preocuparse de que sus hijos adquieran desde pequeños los hábitos de sentarse derechos y caminar bien erguidos. Asimismo, sugiere a los adultos utilizar mobiliario adecuado, no permanecer sentados por largo tiempo, hacer pausas, caminar y trabajar en ambientes iluminados.
Sebastián Espinoza,