Como un mal proyecto que atenta contra la realidad de Quilpué y que hará mella en la calidad de vida de los quilpueínos, especialmente de quienes viven en la zona céntrica, calificaron vecinos de la calle Covadonga, el proyecto anunciado por el Servicio de la Vivienda y Urbanismo (Serviu) de ampliación y modernización del camino Troncal Urbano. En la actualidad la estratégica vía estructurante presenta severa saturación vial, precisamente en el centro de la Ciudad del Sol.
De acuerdo a recientes anuncios del Serviu, el proyecto comienza en su fase operativa el próximo año con una serie de mejoras, todo lo cual demandará una inversión superior a los 80 mil millones de pesos. El lado menos amable de la megaobra refiere a las expropiaciones que implica la iniciativa en la misma avenida Los Carrera y en la vía paralela, Covadonga, y también en avenida Quinto Centenario. Y aunque todavía no se entrega una cifra total, los vecinos estiman que se trata de 70 casas o terrenos que sufrirán algún grado de expropiación.
"Que quede claro que nosotros no nos oponemos a que exista este cambio; es necesario que se haga este proyecto, pero que sea como corresponde. Tenemos una carta en que se nos informa que lo primero que iban a hacer era conversar con los vecinos y jamás han conversado con nosotros. Cuando nos dimos cuenta del problema que se nos venía, ahí recién las autoridades del gobierno pasado y de este gobierno se han puesto a hablar con nosotros", manifestó René Rojas, presidente de la Junta de Vecinos Arturo Prat de Quilpué, uno de los vecinos que será expropiado por las mejoras en calle Covadonga.
Rojas lidera una mesa técnica desde 2012 con diferentes asesores. En su crítica a Serviu asegura que este organismo no ha ido a terreno a evaluar los alcances del proyecto, al tiempo que fustiga a las autoridades por su forma de actuar en los conflictos sociales, y que a su juicio obligan a la población a salir a la calle a protestar. "Queremos que se nos demuestre que el estudio que se está haciendo es el adecuado, porque las falencias que ha tenido el proyecto fueron demostradas por nosotros", enfatizó el dirigente vecinal.
No es solución
Una prueba de lo mal concebido del proyecto, según los vecinos, radica en que calle Covadonga mantiene una serie de servicios públicos, como colegios, consultorios, hospitales, sistema judicial y la Plaza Vieja, que se verían drásticamente afectados con los grandes flujos vehiculares que se proyectan a partir de la iniciativa de Serviu.
Franco Guidi, ingeniero civil y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, además de ser asesor técnico de quienes se oponen al actual proyecto, es también otro de los vecinos que se verá afectado con las expropiaciones en calle Covadonga.
"Lo que nosotros hacemos es cuestionar el trasfondo del proyecto, que es esta idea de hacer circular vías expeditas por el centro de la ciudad, con las consecuencias de las expropiaciones que eso implica. El cuestionamiento de fondo es que para nosotros no es una solución que preserve la calidad de vida dentro de la ciudad, sino que es una solución que la daña y afecta. No lleva a un nivel urbanístico superior como se dijo alguna vez en una reunión de Concejo, por el contrario", manifestó Guidi.
"En la medida -prosiguió el ingeniero- que hagamos más vías expeditas y baratas para circular por el centro de la ciudad, la demanda de conductores que tienen que circular entre Viña y Villa Alemana, se va a canalizar en parte hacia estas nuevas vías por lo tanto es muy probable que se tiendan a saturar nuevamente, con todo lo que ello conlleva".
Los vecinos perciben como negativo que, con la habilitación de una vía par como Covadonga, cuyo propósito será alivianar los flujos vehiculares del Troncal Urbano que transiten en dirección a Villa Alemana, se sume como un cuarto "corte transversal" de la ciudad, tal como sucede hoy con el Troncal Sur, el propio Troncal Urbano (Los Carrera) y la línea férrea de Metro Valparaíso.
"Nosotros creemos que la solución ideal es hacer un by pass por la ciudad, que es una tendencia de países desarrollados, europeos, que se preocupan de la calidad de vida de los ciudadanos y desvían los flujos vehiculares por zonas que no son las centrales, que es lo contrario de lo que se quiere hacer acá. Nosotros no queremos otro eje Viana por el centro de Quilpué", sostiene enfático Franco Guidi.
¿Por qué Covadonga?
Dirigentes de los opositores a las expropiaciones perciben como una propuesta vial inmadura la actual iniciativa, ya que, por ejemplo, no considera variables de contexto. "No hay variables técnicas que expliquen por qué decidieron que pase por Covadonga. El proyecto original pasaba por otra calle. Simplemente se tomó la decisión en base a un criterio no técnico, y nosotros no los hemos encontrado en ningún oficio o informe. En una reunión de 2012 nosotros preguntamos y se nos dijo que no habían variables técnicas consideradas", aseveró Guidi.
Lo que más preocupa a estos vecinos es que el proyecto genere a futuro una mayor saturación del radio urbano de Quilpué. En ese sentido sostienen que, incluso, una medida como vías reversibles aparece como una mejor idea para reordenar los flujos, con cambios informados en los sentidos de las calles de acuerdo a los volúmenes de vehículos según horario.
Sostienen que si un estudio técnico asegurara que son indispensables las vías pares para descongestionar avenida Los Carrera, aun así se preguntan si calle Covadonga es la mejor alternativa, habiendo otras paralelas que presentarían mejores condiciones para aplicar dicha medida. Mencionan como ejemplo calle Buenos Aires que corre paralela y más cerca al Troncal Sur, y un poco más alejada del centro de la ciudad.
René Rojas comentó a El Mercurio de Valparaíso que desde que se manifestó la idea de las expropiaciones en el marco del proyecto en El Troncal Urbano, han sostenido reuniones permanentes con los vecinos por casi tres años. "Nos estamos levantando todos los días angustiados. Yo creo que la autoridad se tiene que preocupar por la persona porque ellos están en su puesto gracias a que nosotros los trajimos ahí. Yo pierdo completamente mi casa; con mi señora trabajamos 30 años para poder vivir ahí nuestra vejez tranquila, y ahora nos han dicho que tenemos que dejarla, y esa misma angustia que tengo yo la tiene otros vecinos. Para nosotros esto sería un segundo Transantiago, en que están intentando solucionar un problema y van a generar otro", acotó el dirigente vecinal.
Ernesto Curti