En un deslucido partido, Santiago Wanderers igualó sin goles ante Libertad en el estadio Elías Figueroa por la primera fase de Copa Sudamericana. Era el regreso del Decano a un torneo internacional tras 11 años, y pese a su inexperiencia, el cuadro caturro se vio ordenado en términos defensivos, aunque mostrando grandes falencias a la hora de crear, lo que generó que en muchas ocasiones las jugadas de peligro dependieran más de la porfía y habilidad de sus delanteros que de un juego asociado y profundo.

Sin dudas, fue un encuentro trabado de principio a fin y sin muchas emociones, más aun considerando que el rival ofrecía muy poco a nivel ofensivo, buscando mantener su arco en cero y haciendo gala de la férrea defensa que caracteriza a los paraguayos.

Los primeros minutos fueron de estudio y con ambos onces mostrándose un tanto imprecisos, hasta que lentamente el local comenzó a tomar confianza y de la mano de un activo Ronnie Fernández se las arregló para generar peligro en el pórtico guaraní.

La primera de peligro llegó a los 26', cuando el puntarenense se juntó con Carlos Muñoz, quien se metió al área y apurado sacó un remate que se fue alto.

Si bien Libertad no inquietaba mucho, lo cierto es que a ratos Wanderers carecía de salida clara, salvo por Jorge Ormeño, lo que fue motivando que los defensores abusaran del pelotazo, saltándose el mediocampo para buscar a los atacantes. De todas formas, el equipo de Emiliano Astorga también intentó por las orillas, donde tanto Luis García como Óscar Opazo tuvieron un gran despliegue, pero en los metros finales carecieron de profundidad y la habilidad necesaria para desequilibrar.

Ya sobre el final del primer tiempo, la visita avisó en serio con los pies de su jugador más peligroso, Jorge Recalde, quien desde la entrada del área remató apenas desviado. Fue una alerta de que el rival también jugaba y que Wanderers no podía tener desaplicaciones defensivas como en otras ocasiones.

UNA LLAVE ABIERTA

Ya en la segunda etapa, el cuadro verde se vio con ímpetu y decidido a ir por un gol. Y cerca estuvo de conseguirlo a los 49', con un gran remate de Ormeño que se estrelló en el palo del arco norte.

Sobre los 60', la galería volvió a encender bengalas -ya lo había hecho en menor medida en el primer tiempo- y el árbitro se vio obligado a detener el juego por unos minutos. Tras ello, el buen arranque que mostró el Decano se diluyó y las acciones volvieron a emparejarse sin mostrar un claro dominador, con un Wanderers que se vio muy previsible, poco profundo y lateralizando mucho su juego.

A los 76' llegó un nuevo aviso de los locales. Centro de Fernández y Muñoz metió un cabezazo desviado. Fue la última de la dupla de ataque, que fue sustituida pese a que el partido pedía más creación y volumen de juego que otra cosa. Cambios que por lo demás le quitaron todavía más peso ofensivo al equipo.

De esta forma, Wanderers terminó igualando sin goles, lo que si bien deja la llave abierta, exige ir a Asunción con la obligación de mantener su valla invicta y esperando dar la estocada de contragolpe.